Este jueves la Corte Electoral terminó de numerar las firmas entregadas para convocar un referéndum para derogar 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC). A principios de julio la Comisión Nacional Prorreferéndum anunció que presentaron 797.261 adhesiones, una cifra muy por encima de las necesarias (para convocar a las urnas se necesitan 671.544).

Este viernes el ministro de la Corte Pablo Klappenbach confirmó a la diaria que terminaron con el proceso de numeración y, sin dar detalles, aseguró que la cifra alcanzada se acerca mucho a la enunciada por la comisión. De todas formas aclaró que el proceso de homologación aún continúa y va a durar varios meses. El ministro no dio el número exacto porque aseguró que falta otra etapa de revisión para corroborar, por ejemplo, que no se hayan numerados dos papeletas juntas o para detectar fallas en el sello mecánico.

No obstante, Rafael Michelini, representante del Frente Amplio en la Comisión Prorreferéndum, anunció en su cuenta en Twitter que en la enumeración primaria la Corte Electoral contó 795.750 papeletas.

Las firmas se entregaron el jueves 8 de julio y al lunes siguiente la Corte inició la numeración; el lunes pasado se empezó a cotejar las impresiones digitales. “Es un trabajo muy minucioso en el que se contrasta la impresión digital de la papeleta contra la que está en los archivos”, dijo, y mencionó que este viernes iban 35.209 papeletas ingresadas al sistema. Klappenbach comentó que en la página de la Corte se pueden ver las cifras actualizadas día a día. Hasta el jueves se habían aceptado 24.217, 1.414 fueron rechazadas y 5.730 están en proceso.

Con relación al tiempo estimado para que se termine con el proceso dijo que, por ley, tienen 150 días hábiles; “por algo ese plazo está previsto, es una tarea que lleva su tiempo”, dijo, y comentó que en total hay 100 funcionarios que trabajan en jornales de seis horas con una extensión horaria de dos.

Klappenbach comentó que el cotejo de las huellas no es cómo lo muestran series de televisión como CSI: “Las hacen parejas de funcionarios que están integradas por un técnico dactilóscopo y un idóneo dactilóscopo” que ven en pantalla las huellas y las cotejan “a ojo”.

Si bien las huellas digitales son únicas y no cambian con el paso del tiempo, sí puede suceder que los técnicos encuentren algunas dificultades cuando la persona ha trabajado mucho con materiales nocivos para la piel, como el hipoclorito de sodio, pero “si se toma bien la impresión se puede cotejar”, aclaró el ministro.