Un joven de 20 años fue atacado el domingo en la puerta de su casa, en el barrio madrileño de Malasaña, por un grupo de personas con capuchas y tapabocas. Lo tiraron al suelo y le escribieron la palabra “maricón” en un glúteo a navajazos. Esa misma palabra le gritaron a otra víctima de un ataque homofóbico en La Coruña, hace poco más de un mes, mientras lo golpeaban.
El 3 de julio, Samuel, de 24 años, fue agredido por un hombre que se molestó porque pensó que lo estaba filmando con el celular. Poco después, el agresor volvió con otras personas y lo golpearon de tal modo que murió horas después en un hospital.
A lo largo del primer semestre del año, los delitos de odio registrados en España fueron 610, lo que significa un aumento de 9,3% con respecto al mismo período de 2019, según datos oficiales. El mismo fin de semana en que fue atacado el joven en Malasaña, en la ciudad de Toledo otro recibió una paliza por ser homosexual, según informó el diario Público.
El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, dijo que hay “preocupación” en el gobierno por “el incremento en el número y la agresividad” de los ataques de odio por orientación sexual, y dijo que las agresiones de este tipo recibirán “una respuesta contundente”.
Al conocerse el ataque del domingo en Madrid, que ocurrió a plena luz del día, el gobierno de España anunció que el presidente, Pedro Sánchez, convocó una reunión de emergencia para el viernes en la que participarán las autoridades que conforman la comisión de seguimiento del plan de lucha contra los delitos de odio. La integran directores de varios ministerios, representantes de la Fiscalía, de la Policía, de la Guardia Civil y de organizaciones sociales.
La vocera del gobierno, Isabel Rodríguez, dijo que en ese encuentro se analizará la situación y se estudiará la posibilidad de “activar nuevos mecanismos” contra este tipo de delitos. Además, Sánchez solicitará al Parlamento y a las distintas bancadas que lo integran que aceleren la tramitación de un proyecto de ley contra la discriminación.
Por su parte, Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 del gobierno y secretaria general de Podemos, vinculó el aumento de las agresiones con “los discursos de odio que la ultraderecha lanza a diario”. Si bien todos los partidos políticos condenaron el ataque del domingo, el secretario de organización de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, Ignacio Paredero, manifestó que “no se puede decir que se condenan los delitos de odio mientras no se condenen también los discursos de odio”.
El líder del partido ultraderechista Vox, Santiago Abascal, dijo que el gobierno oculta casos de violencia “para no hablar del origen de los agresores”, insinuando que son inmigrantes. También el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, condenó “todo tipo de violencia” pero, según informó Público, insistió en que “la violencia tiene una causa directa con la entrada masiva de inmigración ilegal”.
Por su parte, la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, del Partido Socialista Obrero Español, afirmó que en esa región “se han ido sembrando semillas de odio y ahora se están recogiendo los frutos”.
Organizaciones sociales convocaron distintas movilizaciones en Madrid en respuesta al ataque en Malasaña. Para el sábado está prevista una concentración en la Puerta del Sol con la consigna “Nos están matando”, y en el mismo lugar el Movimiento Marika Madrid convocó para este miércoles una protesta contra la violencia.