Fernando Pereira tiene un espacio asignado para trabajar en La Huella de Seregni mientras se da la transición, que terminará con su asunción de la presidencia del Frente Amplio (FA) el 5 de febrero. En ese lugar recibió a la diaria y conversó sobre diversos temas, como sus planes para el período, la estrategia para ganar el referéndum, la negativa de la coalición multicolor para los préstamos a las intendencias de Montevideo y Canelones, y la designación de Esteban Valenti como el encargado de la campaña propagandística del Sí.

En tus primeros días como presidente electo hiciste diversas propuestas, por ejemplo que la Mesa Política sea paritaria y recorra el interior. ¿Cómo viene siendo el trato con los sectores?

Muy bueno. Nosotros queremos consolidar una dirección del FA que represente múltiples sensibilidades, algunas de ellas generacionales, otras de género y otras de colocar a la estructura política del FA al servicio de una construcción de 30 años. Esto implica que el FA cambie parte de su dinámica de funcionamiento. ¿Es porque se hizo mal hasta ahora? No, es porque la política hoy reclama otras cosas del FA, que esté en cada localidad, que escuche a las organizaciones de cada lugar, que aprenda, que escuche. Tenemos una estrategia de corto plazo que es que se reúna la Mesa Política y el Secretariado el lunes, que el martes tengan entrevistas con sectores que las puedan precisar, y de miércoles a viernes salir, y salir para quedarnos en cada localidad y escuchar, tomar nota, ver cuáles son los problemas que los uruguayos tienen de verdad en territorio, no interpretar la realidad desde Colonia y Ejido [en el Centro de Montevideo, donde está La Huella de Seregni], sino interpretarla desde Quebracho, desde Bella Unión, desde el pueblo más pequeño de Uruguay hasta el más grande.

Hablás de una recorrida por el interior con un cronograma semanal. ¿Ahí está una de las razones por las que el FA viene de derrotas electorales en 2019 y 2020?

El FA hizo enormes transformacionales nacionales: asumió un gobierno que tenía 40% de uruguayos pobres y 47% de niños pobres; el FA recibió el Banco República quebrado técnicamente, igual que el Banco Hipotecario; recibió un presupuesto educativo pésimo, de inversión por alumno dolorosa; recibió un país que salía de una crisis durísima, tal vez la más dura que se haya vivido en los últimos 50 años. Entonces, que el FA hizo transformaciones, no hay dudas. ¿Esas transformaciones las acompañó de un relato político? La salida de la crisis, la convocatoria a los consejos de salarios, la apertura inmediata de ámbitos de negociación colectiva, la cantidad de leyes obreras, la reforma tributaria, las obras de infraestructura, la cantidad de puestos de trabajo, ¿eso fue reflejado en el relato del FA en su gestión de gobierno, o quedó obnubilado por relatos de la derecha que casi que nos planteaba que la solución de la crisis de 2002 había sido parte del gobierno de [Jorge] Batlle? Hay relatos que tenemos que reconstruir. No podemos dejarnos decir que hubo una década perdida en el gobierno del FA cuando los salarios crecieron 60%, cuando las jubilaciones mínimas crecieron por encima de ese guarismo, y en el caso de las trabajadoras domésticas por tres, en el de los trabajadores rurales por cuatro, en el de las trabajadoras de la educación por dos, y en el de las auxiliares de comedor y de limpieza por tres. Hay una parte del relato nuestro que faltó, y eso es ausencia de política.

¿Cómo pasó eso?

El FA gobernó para la gente pero no con la gente. Gobernar con la gente es tener una cercanía que te permita entender, por ejemplo, que en un pueblo del interior lo más importante era tener un cajero, que la inclusión financiera podía significar para la gente algo muy importante, pero si no tenía el cajero en el lugar le significaba un problema. Hicimos una ley de inclusión financiera, pero la micropolítica hay que mirarla con la misma atención que se mira la macropolítica. Nos faltaron algunas cuestiones que son de estar en contacto con la gente.

¿Percibís que los partidos que están actualmente en el gobierno están haciéndolo y que eso puede implicar un riesgo para el FA en 2024?

Algunos sí y otros no, [pero] el riesgo hoy lo tienen los partidos que están en el gobierno: segmentación, se acusan de tener partidos con la mitad de los miembros torturadores -los propios miembros de los partidos-, de que son tibios... Las acusaciones no vienen del FA. Cuando dicen que “el FA es una máquina de criticar”... No, amigo, se critican entre ustedes mismos, es sólo leer los diarios. Ahora, ¿cuál es el problema que tienen los partidos tradicionales? ¿Este? No, tienen el otro: rebaja salarial, rebaja de las jubilaciones, problemas de seguridad pública -por más que digan que los resultados van bien, la gente sabe que hay problemas de seguridad pública, sobre todo cuando empezó a haber movilidad completa-, la gente va al supermercado y sabe que está caro, que hay carestía. No se lo tiene que explicar el presidente del FA, lo sabe. Este es el problema grave que tienen los partidos de gobierno.

¿El FA está logrando canalizar eso?

Lo tiene que hacer, y en eso nos vamos a colocar. ¿Es tener una política agresiva? No, pero sí mostrar la realidad. La gente no puede escuchar una sola campana, la gente tiene que escuchar la voz del FA por los medios, pero en el mano a mano mucho más. Hay encuestas que indican que el Sí está lejos de ganar el referéndum y hay una más reciente que dice que está más cerca de lograrlo.

¿Cuál es tu percepción?

Que hay que trabajar activamente para ganar el referéndum, que no se gana ni se pierde por una encuesta, se gana o se pierde por la acción política, y que la encuesta es una herramienta de trabajo como es la persona que sale con un volante. Entonces, ¿de qué va a depender la campaña? De que decenas de miles de militantes del Sí puedan golpear las puertas de los hogares de los uruguayos y con modestia les puedan explicar los principales ejes temáticos que queremos derogar y los porqués. Si esos temas quedan instalados dentro de un núcleo familiar, el Sí va a ganar, porque tenemos razón. Hoy te puedo asegurar que vamos a golpear la mayoría de las puertas de los uruguayos porque hay un trabajo metodológico que nos permite asegurar esto, y va a ser una especie de campaña voto a voto. ¿Hoy está ganado? No. ¿Está perdido? No. ¿Estamos en condiciones de ganarlo? Por supuesto que sí. Tenemos lo más importante: la razón. El problema es que la razón entre en los hogares uruguayos.

Hay dirigentes del FA que manifiestan que, en caso de que gane el No en el referéndum, podría venir un recrudecimiento del programa de gobierno, una especie de avanzada de derecha. ¿Coincidís?

Sí. Está ahí medio dormida la reforma de la seguridad social; yo mismo le planteé a [el presidente Luis] Lacalle Pou que no se resolviera solamente con un diálogo de expertos, que se necesitaba un diálogo social que tomara la totalidad de las opiniones de las organizaciones, las sindicales, las de jubilados, las de empresarios, los partidos políticos, porque si hacen una reforma de ese volumen tiene que tener amplios consensos sociales y políticos que no se logran en una comisión de expertos. Ahí hay un riesgo, [también] hay un riesgo sobre la ley de medios, sobre políticas que se mencionan y que todavía no se han aplicado, sobre el precio de paridad de importación [para los combustibles]. ¿Qué va a pasar después del 27 de marzo con precios que no se han aumentado a pesar de que la unidad reguladora le recomienda al gobierno aumentarlos? ¿Cuánto valdría hoy la nafta si se hubiera aplicado el precio de paridad? Hay políticas liberales o conservadoras dentro del gobierno que están paradas, que no han avanzado a la velocidad que se pensaba precisamente porque las 800.000 firmas tuvieron un efecto de freno.

Fernando Pereira en La Huella de Seregni.

Fernando Pereira en La Huella de Seregni.

Foto: Federico Gutiérrez

¿Qué opinás sobre lo que sucedió con el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la Junta Departamental de Montevideo?

Palo en la rueda. Los inventores del palo en la rueda le dieron un golpe de Estado al edil colorado para que no votara en la Junta Departamental de Canelones, dicho por el edil colorado. Eso es un palo en la rueda. [Después] se trabaja el préstamo del BID para generar mejores condiciones de saneamiento y de limpieza en la ciudad [de Montevideo], que en cierta medida contribuirían a evitar problemas como los que se dieron en estas horas de lluvia, que son picos inesperados pero que hay que pensarlos, y votan negativamente con un solo objetivo: evitar que las intendencias del FA tengan logros como han tenido en los últimos 30 años en Montevideo y en los últimos 15 o 20 en Canelones. Entonces, ¿se traba justo lo de Montevideo y Canelones? Hay cuestiones que son claramente intencionales y que no tienen que ver con si están de acuerdo o no con un proyecto, es cómo traban al FA para que no avance en dirección de mantener los gobiernos departamentales pero al mismo tiempo de que sean posibles candidatos. Es el síndrome del candidato: si alguien se mueve y le ven chances, le pegan porque está en una playa [en referencia a una imagen que se divulgó en redes sociales en la que se lo veía a él en una playa]. No sé si me entendés el nivel de bajeza política. Ven en Yamandú [Orsi] y en Carolina [Cosse] posibles competidores y tiran golpes a la altura de la alcantarilla.

Lo que dice la coalición en Montevideo es que a la Intendencia de Montevideo le faltó diálogo con ellos para llegar a conformar un programa para el préstamo del BID que contemple a más barrios pobres.

Pero el gobierno nos dice “a nosotros nos eligieron para gobernar”, ¿y en Montevideo a quién eligieron para gobernar? Probablemente la idea del Partido Nacional [PN] sea una distinta de la del FA porque eligieron al FA para gobernar Montevideo, y el PN con todo derecho podría criticar, ahora, ¿trabar? Es un pecado no contra el gobierno municipal ni contra Cosse, es un pecado contra los montevideanos. Y en cada lugar donde no se haga una obra hay que denunciar: aquí no hay saneamiento porque no lo votaron los partidos que dicen que son los partidos de la libertad, pero que a la hora de posibilitar obras no las posibilitan. Si la gente lo entiende, lo entiende. Ahora, tenemos que explicar con claridad. El FA no se esconde más, el FA va a debatir en la cancha pública, pero en el mano a mano, en cada barrio.

También argumenta la coalición multicolor que el FA negó sus votos tanto en Rocha como en Río Negro.

Pero en Rocha ya hubo observaciones de todo tipo que no tiene el préstamo del BID. En Río Negro, en estas horas me van a pasar el informe. Pero si ese fuera el problema, analicemos cada una de las intendencias para ver qué se está trabando, y si efectivamente se entiende que el FA está trabando algo, actuaremos.

Tanto a finales de 2020 como de 2021 el FA y Cabildo Abierto (CA) votaron un proyecto de ley sobre forestación juntos y han mostrado sintonía en otros temas. ¿Esta alianza parlamentaria puede persistir en el tiempo para algún otro proyecto?

El FA tiene que analizar proyectos de ley y, si son compatibles con su forma de ver el Uruguay, los tiene que analizar y acompañar, independientemente de dónde provengan. Pueden provenir de CA como pueden provenir del Partido Independiente o del PN, y en algunos se construirán consensos y en otros no. Lo que el FA no puede hacer es decir “no lo voto simplemente porque lo presentó CA” si considera que eso va a ser mejor para Uruguay. Porque el FA siempre fue responsable con Uruguay. Cada pocas horas nos piden una carta de fe democrática, pero estuvimos 15 años en el gobierno y no perseguimos ni a un medio, ni a un periodista, ni a un dirigente político, no hubo nadie preso un minuto por acción política o por protesta social. ¿Qué más carta democrática que esa? Perdimos el gobierno por un punto y Tabaré Vázquez le entregó la banda presidencial a Lacalle Pou; en otros países del mundo, cuando se pierde por ese porcentaje hay unos líos en las calles que ni Dios sabe.

Sobre los tuits de Valenti: “La política es dinámica”

Consultado acerca de la designación del publicista Esteban Valenti para la campaña en favor del Sí, Pereira expresó que “se entendió que para esta instancia, en la que se requiere una comunicación política profunda y rápida, este era el nombre adecuado en función de sus antecedentes profesionales”. A pesar de ello, reconoció que, “como cualquier iniciativa, puede tener apoyos y gente que no” esté de acuerdo. “Entiendo los ruidos”, dijo sobre la decisión, “pero inmediatamente después del ruido hay que salir a construir esa nueva mayoría”, apuntó.

Este lunes, en Twitter se compartieron antiguos comentarios de Valenti, en los que tuvo expresiones como “yo no firmo por el referéndum” o que “convocar a un referendúm contra la LUC, parcial o total, es un grave error”.

Sobre este punto, Pereira aseguró que habló “en alguna oportunidad” con Valenti y, actualmente, “está recontra convencido” de la opción del Sí. “En el momento en que escribió el tuit no estaba convencido, es evidente”, reconoció. Sin embargo, dijo que “la política logró cambiar algo que era imposible, que es que se llegara a 800.000 firmas, y ese dato cambió la realidad nacional”, lo que también pudo haber influido en la opinión de Valenti, sostuvo Pereira.

“La política es dinámica, la gente cambia de opinión. Lo crudo es que nadie debería resistir un archivo, nadie es tan perfecto como para decir algo y a los seis meses no poder estar arrepentido o haber modificado la posición; si no, todos pensarían lo mismo a lo largo de toda su vida”, dijo el futuro presidente del FA, y agregó: “Probablemente en su análisis previo no hubiera considerado que era posible llegar a las 800.000 firmas, que ese camino era para otro momento histórico del país”.