El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) anunció la semana pasada que le había quitado la “confianza” a la Coordinadora Popular y Solidaria (CPS), que nuclea a merenderos y ollas populares, y que, a partir de ahora, la cartera se encargaría de la distribución de alimentos con apoyo del Ministerio de Defensa. El viernes y el sábado el Ejército trasladó los insumos a las ollas, pero se registraron varios problemas en el proceso de entrega.

Esteban Corrales, integrante de la CPS, contó a la diaria que si bien todavía no tienen una aproximación exacta, “hubo muchas ollas que entregaron la información y no les llegó la comida”, “a otras redes enteras se les llevó al día siguiente y no el día que estaban esperando”, “hubo casos donde se le entregaban cosas del merendero a ollas y cosas de ollas a merenderos” y también “en muchos casos la cantidad de comida estaba por debajo de lo que realmente llegaba por el sistema anterior”.

Para Corrales, lo que “queda claro” es que la decisión de “colocar al Ejército a repartir la comida a las ollas fue un ataque a la organización directamente, en el marco de un escenario creado artificialmente”. Según dijo, se trata de “una forma extraña” de querer silenciarlos, porque lo “que molesta es que no solamente cocinemos y saquemos ollas adelante, sino que nos preocupemos por el contexto económico, social y político y sobre por qué tiene que haber ollas populares en Uruguay”. “La pregunta que nos dimos y la respuesta que encontramos parece haber molestado bastante y, en un contexto donde se busca desviar el foco de atención de otros problemas, quedamos como los chivos expiatorios”, agregó.

Desde la CPS consideran que que las autoridades del Mides “nunca comprendieron que la coordinadora popular no es ninguna intermediaria; la coordinadora son las ollas”, dijo. Esto queda en evidencia cuando se elimina “la parte de distribución que hacíamos nosotros con trabajo voluntario, pero que tenía un procedimiento que estaba muy aceptado. Eran las propias redes las que hacían llegar a puntos donde verdaderamente era necesaria la comida”, apuntó.

Hasta ahora se recolectaban los alimentos con camiones de la Intendencia de Montevideo en el centro de acopio de Uruguay Adelante y luego se llevaban hasta el Mercado Modelo. Desde allí se entregaban a los centros cercanos a las redes de ollas y merenderos, y en todo el proceso participaban integrantes de CPS.

Corrales apuntó que el “ataque es más mediático que práctico”, ya que lo que “se hizo fue cambiar una logística por la otra y montar un escenario de cuestionamiento político” hacia la CPS. De todas formas, señaló que a partir de los cambios la CPS no puede “garantizar que los insumos lleguen a todos lados -antes sí lo hacíamos-”, por lo que están “muy atentos a ver cómo evoluciona” el tema.

Movilización: “Si hay hambre, hay lucha”

Este martes, a las 18.00, la CPS llama a marchar desde la plaza Cagancha hasta la Torre Ejecutiva, bajo la consigna: “Si hay hambre, hay lucha”. Corrales apuntó que la expectativa es “muy alta” y espera que sea “una respuesta de mucha gente, una respuesta de la calle, una respuesta frente a la insensibilidad del gobierno y a la falta de respeto que han tenido para quienes le hemos estado poniendo el cuerpo durante dos años y medio”.

“Nosotros sentimos que es una situación muy injusta ponernos en el lugar de gente que actuó de mala fe, cuando en ningún momento hubo la comprobación de ningún tipo de desvío de nada. Imaginate: con el escándalo que armaron con todo esto, si un kilo de arroz hubiera ido a parar al lugar equivocado, seguramente nos lo hubieran hecho saber”, apuntó.

También considera que la movilización, a la que adhirió el PIT-CNT y gremios de la educación, entre otros, será “una prueba de la legitimidad que tiene el trabajo de las ollas en la gente, que son en definitiva los que nos han visto poner la cara y el cuerpo a las situaciones complejas que se ven en el territorio”. Según dijo, será una demostración del apoyo a las ollas y “que a quienes han querido enchastrar” el trabajo que realizan, “tarde o temprano, el pueblo les va a pasar factura”.