En la noche del lunes, la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) celebró su 124 aniversario con un evento en su sede que contó con la presencia –en primera fila– de varios jerarcas del gobierno, encabezados por el presidente Luis Lacalle Pou. El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, y el titular del Ministerio de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, estuvieron entre los asistentes.
Alfredo Antía, presidente de la CIU, realizó una exposición de casi media hora en la que dos veces destacó que invitaron a dirigentes del PIT-CNT, pero no asistieron, y antes de empezar le dijo a Lacalle Pou que su presencia era “muy gratificante”. Antía señaló que la industria nacional “es motor de desarrollo, uno de los sectores más importantes que contribuyen al Producto [Interno] Bruto” y aseguró que “167.000 uruguayos, como asalariados o como trabajadores por cuenta propia, incluidos también los empresarios, están en la lista de los que mantienen la llama viva de la industria uruguaya”.
Sostuvo que la “industria” es el sector que tiene “menos informalidad en la actividad económica del país”, ya que “nueve de cada diez trabajadores contribuyen con su salario y los aportes correspondientes”. “La industria paga salarios por encima de la media de la economía, 16% más. Tenemos los mejores estándares de seguridad laboral. Y tenemos la menor brecha de género: las trabajadoras nuestras tienen un 23% de brecha salarial, es bastante inferior al que se registra en otros ámbitos de la economía”, indicó.
Luego, Antía se refirió al estado actual de la “industria”. Señaló que si se mira para atrás, “hay que remontarse a 2014” para encontrar el nivel de producción de hoy, y subrayó que están 10% por encima de la actividad prepandemia, en 2019. “Ahora bien, ¿cómo se llegó a esta situación? Con un tironeo, casi idéntico en la dinámica, de los sectores que producen con manufactura de origen agropecuario y también de los sectores que producen bienes industriales propiamente dichos. Pero estamos en un momento bisagra”, alertó.
Antía agregó que este segundo semestre empezó a mostrar “algunas variaciones interanuales negativas” y no pueden estar “ajenos a una realidad del mundo” que los “golpea” y les muestra “que las cosas no son permanentes”. “Lo que creemos que tenemos logrado, de un día para el otro un virus o el paso que un gobernante da, que pretende cruzar una frontera y decir que eso le corresponde, termina transformando al mundo en esta situación en la que se empiezan a notar nubarrones recesivos. Claramente, la inflación que golpea al mundo está afectando a nuestro país”, sostuvo.
Agregó que “lamentablemente” eso se suma a la situación que se está viviendo en Uruguay con el dólar, que “no acompaña el movimiento” como lo hace “en la mayoría de los países con los que competimos”. “En esta casa sabemos lo que implica esa realidad, cuando el atraso cambiario se instala y se demora en salirse de esa situación”, indicó. Explicó que esto afecta “los márgenes” y cuando eso sucede “las expectativas de inversión también se afectan y prenden las luces amarillas en el tablero”.
“Allí tenemos una discrepancia con el Banco Central del Uruguay [BCU], que interpreta que el margen de rentabilidad del sector exportador está en un nivel bastante más alto que el que nosotros cotejamos de acuerdo a las mediciones internas que hacemos, siguiendo los balances de las empresas a lo largo de series históricas. Le hemos dicho al BCU que revise esto”, dijo.
Paganini: “Si me hubiera contado algo de todo lo que iba a decir...”
Por último, Antía se refirió a aspectos de regulación laboral y llamó a no jugar más “a las escondidas con respecto a las cosas que hay que hacer en el país”. Señaló que “avanzamos en el tema de las ocupaciones” y lo “aplauden” porque “son ilegales”, pero “lamentablemente, hay muchas cosas para definir”. También saludó el proyecto de ley que presentó este año el gobierno para modificar la negociación colectiva, ya que “es la primera vez, desde 2009, que Uruguay hace algo propositivo” en la materia.
“En materia de negociación colectiva nos queda un punto pendiente: los ajustes por encima de los mínimos corresponde que los discutan las partes. Entendemos que la relación bipartita es un mecanismo justo para definir, entre sindicatos y empresas, cuál debe ser el salario en las condiciones que allí se establezcan”, indicó. Además, señaló que se debe ir a un régimen “de descuelgues automáticos” porque “hoy los descuelgues son una quimera, un imposible y terminan llevando a las empresas a la informalidad”.
“Si me hubiera contado algo de todo lo que iba a decir, tendría bastante para agregar”, dijo el ministro Paganini luego de la exposición de Antía y habló por menos de diez minutos. Señaló que desde el gobierno están convencidos de que el camino “está en avanzar en una mayor apertura que nos permita posicionarnos en otros mercados y mejorar las condiciones de acceso a los ya existentes”.