Luego de 15 años de quietud, en marzo de 2023 cambiarán algunos aspectos del mercado de supergás en Uruguay. El miércoles cerró el llamado a interesados en arrendar las dos plantas de envasado de Ancap. La empresa estatal informó que se recibieron ofertas de tres distribuidores que ya están en el mercado: Riogas, Acodike y Megal. La semana que viene el directorio de Ancap anunciará las adjudicaciones: una empresa operará una planta por ocho años, otra operará la otra planta por cinco años y una tercera empresa quedará por fuera.
La licitación se abrió porque el 28 de febrero de 2023 vencen los contratos de alquiler que durante 15 años regularon el envasado de supergás en Uruguay. Engorroso en extremo, en el esquema todavía vigente, Riogas y Acodike operan las plantas de Ancap -una cada una- a través de Gas Uruguay, una sociedad anónima integrada por Ancap (40%), Acodike (30%) y Riogas (30%). La excepción es Megal, que envasa y distribuye por su cuenta.
El gobierno entiende que este esquema es ineficiente, no favorece la competencia y, sobre todo, perjudica los ingresos de Ancap. Por eso mismo, en el marco de la reforma del mercado de combustibles, que procura un sistema menos regulado y más competitivo, la empresa pública resolvió alquilar nuevamente sus instalaciones, pero con diferentes condiciones. En síntesis, se pretende que la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea) fije un precio intermedio de venta a las distribuidoras y que estas asuman el costo real de producción del supergás.
En conversación con la diaria, Rossana Bucheli, presidenta de Megal, opinó que “el paso que dio Ancap es muy importante”, porque “va a recibir alquileres mayores a los que tiene ahora, estimo yo, además de que las inversiones van a quedar a cargo de los que estén operando las plantas”. A su entender, la reconfiguración del envasado forma parte de “varias acciones que se están haciendo para transparentar el mercado”, que es “lo más importante para que todo esto funcione más eficientemente”.
Los ingresos de Ancap por la venta de supergás han ido cayendo en comparación con los de las distribuidoras, a causa de la metodología de ajuste de costos establecida en los acuerdos. Así, en 2008, el ingreso de Ancap era de cerca de la mitad del precio de la garrafa; la otra mitad se dividía en impuestos y distribuidoras. Hoy el porcentaje del precio de la garrafa que se llevan las distribuidoras es 54%, mientras que a Ancap le corresponde 27%, y existe una carga impositiva de 18%.
Consultada al respecto, Bucheli expresó: “Comparto que hay muchas ineficiencias en el sector, pero no hay un solo responsable. Hay que revisar el sistema entero: cómo se envasa, cómo se distribuye y dónde podemos bajar costos, porque es una realidad que el supergás está subsidiado, pero el tema es cuánto es el subsidio y dónde se puede mejorar la eficiencia”.
Aunque ambas se presentaron al llamado para continuar operando las plantas de envasado de Ancap, tanto Riogas como Acodike presentaron recursos administrativos contra las condiciones establecidas para el arriendo. Una fuente empresarial manifestó a la diaria que el planteo del gobierno de que a mayor competencia disminuirá el precio final es “falaz”, dado que se trata de un valor fijado por el Poder Ejecutivo. Rechazó, además, que “los contratos vigentes favorezcan” a Riogas y Acodike, que junto a Ancap concentran 90% del mercado de envasado y distribución de supergás.
Riogas versus Megal
El diagnóstico de baja competencia del gobierno no refleja necesariamente el tipo de relacionamiento que existe entre las empresas. En entrevista con el semanario Búsqueda, Bucheli dijo que Riogas “es muy desleal” y actúa como “patotero”. Es más: denunció que Riogas y Acodike “están totalmente hermanadas” en un convenio de accionistas dentro de Megal.
Según un documento que Megal entregó al directorio de Ancap a mediados de 2020, al que tuvo acceso la diaria, Riogas “es accionista de Megal a través de una sociedad denominada Kimley”, que tiene 16,28% de las acciones de Megal y es propiedad del dueño de Riogas. A su vez, la empresa sostiene en el documento que Acodike tiene 13,79% de las acciones de Megal, a través de “los hijos de la propietaria” de Acodike, en una sociedad denominada Gusfel Investment.
Juntas, Riogas y Acodike superan entonces el 26% de las acciones de Megal, porcentaje que les permite “bloquear” las “decisiones de importancia” en el manejo de la empresa. “Se están violentando frontalmente los principios de defensa de la competencia de mercado, transparencia y lealtad comercial, afectando en consecuencia al consumidor final”.
Desde Riogas manifestaron a la diaria que los dichos de Bucheli son “disparatados”. “Riogas no tiene acciones de Megal”, aseguraron. Asimismo, mencionaron que cada vez que la acusación se trasladó al ámbito judicial “todos los fallos judiciales dejaron en evidencia que Megal no tenía razón”. A modo de ejemplo, apuntaron que, en 2008, Megal inició “un juicio millonario” contra Ancap por los acuerdos que regularon el sistema de envasado, pero “perdió” en primera y segunda instancia, y también ante la Suprema Corte de Justicia.
Según fuentes de Riogas, se trata de una empresa que “prácticamente no aporta inversiones ni empleo” y “paga los salarios más bajos del sector del supergás”. Rechazaron los calificativos “desleal” y “patotero” por “absurdos” y “agraviantes”. Las declaraciones de Bucheli, sostienen, forman parte de una estrategia de Megal que busca “desesperadamente envasarle a Ducsa”, distribuidora subsidiaria de Ancap que opera en el derecho privado, en el nuevo esquema de envasado. “Confiamos en que a futuro Ducsa elegirá envasar en la planta de envasado que mejor servicio y mayor beneficio económico le otorgue a Ancap”.