La 61ª reunión ordinaria del Consejo del Mercado Común comenzó con una oratoria del canciller uruguayo, Francisco Bustillo, que deja la presidencia pro témpore del bloque. Como era de esperarse, en su intervención realizó varios comentarios que apuntaron a defender las iniciativas uruguayas de acuerdos bilaterales con otros países y bloques, algo que resumió al afirmar que “necesitamos un bloque capaz de estrechar lazos con otros países y bloques. No nos podemos permitir el inmovilismo”. Ante la solicitud uruguaya para adherir al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), las cancillerías de Argentina, Brasil y Paraguay advirtieron que evaluarán adoptar medidas “para defender sus intereses en los ámbitos jurídico y comercial”.
Con este escenario de fondo, Bustillo afirmó en el inicio de la Cumbre del Mercosur que durante el mandato uruguayo se propuso “un conjunto de prioridades, que abarcaron distintas áreas, como la económico-comercial, institucional, de cooperación, agenda verde y agenda digital. Hemos registrado avances en muchas de estas áreas”. Sin embargo, remarcó que tras 31 años de trabajo “el bloque no puede ni debe conformarse” con “estos logros”.
“Precisamos un bloque que pueda y quiera proyectarse en las nuevas dinámicas y tendencias mundiales. Precisamos un bloque moderno que quiera y pueda enfrentar los desafíos del ayer, del hoy y del mañana”, dijo Bustillo.
El ministro de Relaciones Exteriores aseguró que Uruguay busca “reforzar nuestra vocación de integración regional”, que incluso está señalada en la Constitución de la República. “Esta es una vocación ligada a la necesidad de formar parte de proyectos de integración regional que busquen innovar, contemplen un mercado ampliado y sean una plataforma de inserción internacional”, agregó.
En su discurso el canciller repasó la situación actual del Mercosur en materia de acuerdos internacionales: “A la fecha, el Mercosur tiene tan sólo 11 acuerdos vigentes, solamente cuatro de ellos extrarregionales. Nuestro último acuerdo comercial es del año 2011, con Egipto”.
“Un dato no menor es que desde el año 2010 a la fecha, la OMC [Organización Mundial del Comercio] registra 172 acuerdos de libre comercio. Ninguno del Mercosur”, señaló, y agregó: “No tenemos acuerdo con ninguna de las diez principales potencias económicas y comerciales en el mundo”.
“Con la región de Asia, la de mayor crecimiento en los últimos años, el Mercosur solamente tiene dos negociaciones en curso, una con Corea y otra con Singapur, y con India un acuerdo de mínima significación económica”, apuntó.
“Si no nos permitimos ni tan siquiera cuestionarnos el aquí y el ahora, nuestro bloque estará condenado irremediablemente al fracaso, a la intrascendencia”, subrayó el ministro.
Asimismo, hizo una crítica a la interna del Mercosur: “Tenemos un Arancel Externo Común que no tiene absolutamente nada de común. No existe, por tal, un Arancel Externo Común. Como no existe una Unión Aduanera, porque en realidad nunca la hemos querido conformar”.
“Luego de un arduo y comprometido trabajo en el que procuramos sincerar y modernizar el bloque [tenemos] el convencimiento de que estamos en el estadio de integración que la mayoría ha querido y en el que nos movemos con tranquilidad y mansedumbre”, comentó Bustillo, y agregó: “En pocas palabras, somos lo que hemos querido ser: una zona de libre comercio imperfecta”.
Desde Argentina advierten por una “ruptura” por parte de Uruguay
Cada canciller brindó unas palabras inaugurales y uno de los más críticos hacia los movimientos uruguayos fue el ministro argentino, Santiago Cafiero, quien habló de una posible “ruptura” del Mercosur.
Cafiero apuntó que “para nuestros países el crecimiento de las exportaciones es fundamental” y consideró que en esta línea se debe “impulsar nuestra agenda de manera conjunta, conforme lo establecen los tratados fundacionales del Mercosur”, algo que, aseguró, quedó demostrado con los avances hechos con Singapur y la Unión Europea.
El canciller argentino insistió en que las negociaciones se deben hacer primero a la interna del bloque, aunque sean “más trabajosas” y demanden “más tiempo”: “Estamos convencidos de que la mejor estrategia no es apresurarse a cerrar acuerdos que luego profundicen nuestras brechas productivas y científico-tecnológicas con otros estados o bloques”, dijo y agregó: “Las negociaciones deben arrojar resultados equilibrados para todas las partes; de lo contrario ningún acuerdo es viable y sustentable”.
“Nos preocupan ciertas actitudes unilaterales orientadas a negociaciones bilaterales con terceros países, al margen del consenso del bloque”, subrayó Cafiero y recordó lo anunciado días atrás en un comunicado conjunto de Argentina, Brasil y Paraguay sobre la posible toma de medidas en caso de que Uruguay insista en los acuerdos sin consenso.
Para el canciller del gobierno de Alberto Fernández, el hecho de que Uruguay avance de forma inconsulta es “contrario a la normativa del Mercosur, no tanto porque resulte incompatible con el artículo 1 de construir una unión aduanera, sino porque es violatorio de la regla de consenso principio fundamental del Mercosur”.
De todas formas, dijo que no buscaba una discusión jurídica, porque eso se dará en distintos ámbitos, ni tampoco minimizar el hecho de que ha habido acuerdos bilaterales antes, pero “han sido siempre fruto del consenso”, remarcó.
“Es la unilateralidad de ciertas decisiones lo que nos preocupa”, dijo y apuntó que llama la atención “cierta correspondencia política que aquí está faltando; no estamos observando una aspiración a la futura convergencia dentro del bloque, vemos con preocupación que se emprende un camino que parece ser unilateral y que muy probablemente podría desembocar en una ruptura”.