Durante la inauguración de una obra vial en San José, este jueves, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, contó que se comunicó con el expresidente colorado Julio María Sanguinetti y con el expresidente frenteamplista José Mujica para invitarlos a la asunción del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, que se celebrará el 1º de enero. “Eso es lo que tiene que demostrar Uruguay”, argumentó Lacalle Pou.

“No les va a llamar a sorpresa si les digo que tengo alguna diferencia política con el presidente Mujica y que tengo más coincidencias con el presidente Sanguinetti”, agregó. Sin embargo, destacó que lo que busca es reflejar “la continuidad democrática institucional y republicana que, en el mundo de hoy, pocos países en todo el globo terráqueo pueden mostrar”. “Entonces, dejemos de lado las diferencias políticas, dejemos de lado las rencillas diarias y tratemos de pensar en grande. A este gobierno le quedan creo que 799 días u 800 días de mucho trabajo, de mucho esfuerzo, de mucho sacrificio, pero sabiendo que después de que nosotros nos vayamos, va a tener que venir alguien, que la ciudadanía elegirá”, continuó.

El mandatario reflexionó sobre el rol del gobierno y planteó que “la confianza se va gestando” y, sobre esa base, se “va generando esperanza”, lo que consideró “vital en la vida de cualquier individuo. Por eso, hay que ser muy cuidadoso cuando la ciudadanía te presta el poder”, advirtió.

En esa línea, recordó su época de estudiante de Derecho, cuando aprendió que ser gobernante “es un poder-deber, es un derecho-obligación”. “El que tiene determinadas competencias y facultades en la Constitución las tiene que cumplir, porque si no las cumple, entre otras cosas, genera incertidumbre, incertidumbre que genera desconfianza”, consideró.