Estaban Valenti fue la persona elegida por el comando del Sí en el referéndum contra 135 artículos de la ley de urgente consideración, y a un día de haber perdido en las urnas publicó una columna en su medio digital UyPress en la que reflexiona sobre su rol en la elección y lo que significa el resultado para gobierno y oposición.
“La mitad del país está claramente en contra de los 135 artículos. Y eso no se lo saca nadie”, escribió quien se define como “trabajador del vidrio”. El publicista y comunicador entiende que “no será posible” la anulación de los artículos, pero que “estuvimos mucho más cerca de lo que nadie preveía. Creo que los únicos asustados, asustados, fueron los del gobierno”.
A su entender, la campaña del Sí tuvo “una remontada espectacular” gracias a “la voluntad de los ciudadanos de militar”, por eso opina que “ellos son los triunfadores”. En concreto, resalta que fue “una batalla totalmente despareja, 85% a 15% en publicidad de radios y 70% a 30% en publicidad de TV y en espacios informativos en los medios de 3,5 a 1. Así de grueso. Lo sabíamos al comenzar, pero había que combatir en ese ambiente hostil y se hizo de la única manera, con la gente. Y eligiendo bien los contenidos, los mensajes y replicados o creados por miles de personas. Un nuevo tipo de campaña electoral”.
De ahora en más, Valenti entiende que “es el gobierno que tendrá que cargar con este fardo terrible” de 135 artículos, “no podrá pasarse los próximos tres años echándole la culpa al referéndum, como lo hizo con la pandemia y con la guerra. Tendrá que aguzar su imaginación o hacer cosas tangibles y no inaugurar piedras”.
De todas formas, felicita a “la sociedad uruguaya”, que, “sensible y activa, rompió su inmovilismo ante tantas injusticias, retrocesos disfrazados de selfies y ante tantos fanáticos en las redes que no admiran a Mussolini pero están cerca de sus métodos y de sus odios”.
En particular sobre su rol en la campaña, Valenti asegura: “No quiero obviar en absoluto mi responsabilidad personal cuando me propusieron y acepté hacerme cargo de la campaña de comunicación y publicidad del Sí”, y agrega: “Las responsabilidades hay que asumirlas hasta el último instante, sobre todo después hay que definir los límites y los alcances”.
“Sí puedo decir que fue la campaña más complicada, diferente y en cierta manera difícil, porque sabíamos que enfrente tendríamos de forma despiadada toda la ventaja del poder, económico, gubernamental, de los grandes medios que ocuparon con entusiasmo su papel (no todos por igual)”, escribe y agrega: “La tendencia natural es a sentirse responsable de los resultados, y esa sería una gran falsedad, una pequeñez. El gran protagonista de esta batalla, desde el inicio hasta el último minuto fue la gente, el pueblo rosado y por el Sí”.