El conflicto entre Ucrania y Rusia trajo consecuencias directas para el agronegocio nacional, principalmente porque el comercio con Rusia está interrumpido y eso trae consecuencias tanto en lo que se le puede vender al país como en lo que Uruguay necesita importar desde esas latitudes. El titular del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Fernando Mattos, habló este martes al respecto y dijo que hay varios frentes de preocupación: por un lado, el hecho de que Rusia no pague la mercadería que ya llegó, que la que está en camino no pueda llegar a destino y que Rusia no pueda enviar los productos fertilizantes habituales.

“Lógicamente tenemos un volumen de exportaciones a Rusia de alrededor de 110 millones de dólares que está interrumpido. Lo compone en su gran mayoría los lácteos, en torno a 50 millones de dólares anuales, ahí la leche en polvo pero fundamentalmente la manteca son los productos preferenciales”, comentó Mattos. Con respecto a la carne, aseguró que “muchos productos que no se envían a China porque no están incluidos en el protocolo sanitario con ese país se derivaban a Rusia, fundamentalmente lo que son lenguas, hígados, mondongos y carnes de cabeza, que tenían una preferencia de colocación en el mercado ruso, además de algo de pescado y algo de fruta”.

Para el ministro “hay una imposibilidad de comercialización con Rusia porque las cargas no llegan, muchas navieras se han negado a entregar mercadería por considerar que es zona de conflictos, hubo buques alcanzados por artillería y eso implica un incremento de los costos de los seguros, evidentemente se restringen las posibilidades de comercio”.

Según explicó, el comercio está interrumpido también en parte por la decisión que tomó Occidente de bloquear a Rusia del sistema Swift, por lo que los compradores rusos no pueden hacer transferencias bancarias internacionales para pagar los productos que ya llegaron al país.

El ministro detalló que en estos casos paulatinamente los bancos rusos están encontrando alternativas para emitir los pagos correspondientes y el Estado uruguayo colabora para que se pueda efectivizar el cobro de la mercadería. Al respecto puntualizó que “la información que estamos teniendo es que se han cancelado muchas de estas operaciones, pero no tenemos el reporte final, si todos han podido cobrar de acuerdo con lo que es justo”.

“Por otra parte, tenemos todo el capítulo del aprovisionamiento de fertilizante y otros insumos fundamentales para que el sector agropecuario continúe produciendo y en la dinámica que viene verificando; Rusia es un importante proveedor de fertilizante, el segundo después de China”, dijo Mattos, y agregó que se compra a Rusia fertilizante y similares por unos 70 millones de dólares anuales.

Aumento de precios

Otra de las preocupaciones que tiene el MGAP es que el aumento de precios en las materias primas impacte directamente en la canasta familiar. Para Mattos, al retirarse actores fundamentales de la producción agrícola mundial “se refleja la elevación de los precios de los productos derivados” y “elevan de forma importante los costos que ya venían incrementándose”. En concreto, dijo que en Uruguay afecta “no sólo a la seguridad alimentaria, también la formación de los precios”.

En ese sentido reafirmó lo dicho por el presidente Luis Lacalle Pou sobre las medidas que se están diseñando para controlar el aumento de precios. Según comentó, “no hay muchas alternativas”, pero una de ellas puede ser el acuerdo de precios, que a su entender “funcionó en 2020 al inicio de la pandemia”: “El acuerdo de precios puede ser un factor necesario de acuerdo, entre privados y voluntario, a efectos de no reflejar directamente aspectos especulativos que afectarían el bolsillo de todos”.

En particular Mattos hizo referencia a las medidas que tomó el gobierno de Argentina para controlar la exportación de trigo. “Se ha restringido el volumen exportable, topeando la cantidad de toneladas que se pueden exportar y determinando a través de mecanismos financieros un valor bastante reducido para el trigo que maneja la industria panificadora argentina, en torno de los 114 dólares, mientras que en el mercado internacional está en torno a 370. Lo que ocurriría es que la industria de panificables argentina podría ser oferente al mercado uruguayo de mercadería mucho más desacoplada del valor internacional y competiría deslealmente con la industria nacional, que tiene que pagar los valores internacionales”, explicó.

A su entender son medidas que toma el gobierno encabezado por Alberto Fernández y no son opinables, pero puntualizó que hay que “salvaguardar que eventuales distorsiones que pudieran ocurrir no perjudiquen la industria nacional y el empleo de los uruguayos”.