Con una amplia concurrencia y un clima de división interna que continúa, se desarrolló el miércoles una asamblea de la Asociación de Escribanos del Uruguay (AEU), convocada por un grupo de profesionales que cuestionó la decisión de la directiva de lanzar, previo al referéndum por 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC), un spot publicitario en apoyo al No. En una proporción de “tres a uno”, los presentes respaldaron a las autoridades actuales, informó el presidente de la AEU, Diego Stirling, aunque desde el grupo opositor se plantearon varias críticas sobre el funcionamiento de la asamblea.
La polémica dentro de la entidad, que cuenta con unos 7.000 socios, se desató diez días antes del referéndum del 27 de marzo, cuando por diversos canales de comunicación se divulgó un spot de 30 segundos en el que la AEU llamó a los profesionales a votar para mantener los artículos en consulta de la ley promovida por el gobierno: “Los escribanos debemos decir la verdad, por eso decimos No a derogar la LUC. No es cierto que redujo los controles de lavado de activos. En dos años de aplicación comprobamos que trajo libertad a los ciudadanos, racionalidad y seguridad jurídica. El 27 los escribanos damos fe de que esta es una buena ley para el país. Por eso apoyamos el No”.
Tras esto, un grupo de escribanos manifestaron su rechazo a la pieza publicitaria porque la decisión no pasó por la asamblea, y entendían que la directiva no tiene potestades para tomarla. En paralelo, se lanzó un grupo de “Escribanos por el Sí”, se pidió una asamblea extraordinaria y también la renuncia de la comisión directiva.
Así se llegó a la instancia del miércoles, que se desarrolló en el Teatro del Notariado. A propósito, Stirling destacó, en diálogo con la diaria, la concurrencia “histórica” que tuvo la asamblea y que fueron más de 700 los socios que participaron. La escribana Mary Galiano, integrante del grupo de profesionales que cuestiona a la directiva, dijo que el lugar quedó chico por la concurrencia y que prácticamente todos los asistentes tenían un poder para votar por otro asociado que no había podido ir a la asamblea.
De acuerdo con Stirling, “la decisión” final en una proporción de “tres a uno” ‒unos 500 votos contra menos de 200‒ fue en favor de lo hecho por la actual directiva: “Se respaldó la gestión de la AEU y el apoyo a la no derogación de la LUC”.
“El clima no era parecido al de ninguna otra asamblea. Gritos, aplausos, abucheos, fue impresionante. Se limitó el tiempo de debate a tres minutos [por orador], y luego de que empezara hubo una exposición de 20 minutos de la directiva y el presidente. Después, [mientras transcurrían los intercambios], se cerró la lista de oradores”, contó Galiano.
Si bien admitió que hubo “discusiones de todo tipo, como en toda asamblea”, el presidente dijo que “quedó más que claro que la AEU tiene un artículo en su estatuto que habilita a administrar [a la entidad por parte de las autoridades elegidas] en todo su contenido y actuación”. En el caso del referéndum, se decidió apoyar el No porque “había cinco o seis artículos que pedimos que se modifiquen y en cuya redacción participamos”, dijo Stirling, en referencia a modificaciones normativas en la ley de inclusión financiera y el esquema de controles sobre el lavado de activos.
En su opinión, la LUC trajo una “racionalización” de las tareas para los escribanos y “ordenó muchísimo” su actuación, no habiendo existido “en dos años [desde que se aprobó] ningún perjuicio ni comercial ni jurídico ni de ningún tipo”.
Distinta es la visión del grupo de escribanos que cuestiona a la directiva, que entiende que no debió haber un pronunciamiento ni a favor ni en contra de la LUC por parte de la AEU, y que en todo caso la decisión debió pasar por una asamblea.
En el grupo que integra Galiano, al que definió como “espontáneo” y aún sin nombre, si bien se valoró que con el reclamo “se logró una instancia en la que se buscaron respuestas” de la directiva, estas no fueron satisfactorias, además de que “hubo falta de diálogo y faltas de respeto, porque la asamblea se manejó con prepotencia”, en alusión a las actuales autoridades.
Así las cosas, el mandato de la actual directiva que encabeza Stirling culmina al final del año y el grupo opositor tiene bajo análisis impulsar una lista para competir en las elecciones. “No tenemos infraestructura y hay que ver varias cuestiones, pero surge la idea de generar una corriente gremial distinta a la que ha primado en la actualidad, porque hubo una partidización, casi que se hizo campaña”, concluyó Galiano.