La consultoría que solicitó OSE a Mekorot, compañía nacional del agua de Israel, sigue generando repercusiones en el marco del Proyecto Neptuno, una iniciativa privada para construir una nueva planta potabilizadora de agua que analiza la empresa estatal. Según señala un documento al que accedió la diaria, un informe interno en respuesta al trabajo hecho por Mekorot plantea varios reparos, y advierte que el lugar donde se extraerá el agua tiene “eventos de salinidad fuera de norma”, según registros obtenidos a mediados de 2021.

Previamente hubo una observación del Tribunal de Cuentas por la contratación mediante compra directa de la empresa israelí, así como una advertencia de biólogos sobre la propuesta de la empresa de controlar floraciones de cianobacterias con peces exóticos.

El reciente informe de la Gerencia de Agua Potable de OSE contiene críticas en virtud de las recomendaciones que entregó Mekorot a la empresa estatal uruguaya en un primer informe, que tenía por cometido analizar el sistema de abastecimiento metropolitano y el Proyecto Neptuno. Allí se recuerda que Mekorot planteó entre las principales modificaciones sugeridas: el aumento de las reservas de agua potable, la eliminación de la reserva de agua dulce -polder- propuesta por el Consorcio Aguas de Montevideo -privado que presentó el proyecto- en el estudio de factibilidad, y el cambio del material de la tubería aductora de la nueva planta.

En el documento interno de OSE se califica al informe de Mekorot como “muy somero”, y que realiza análisis “muy generales, propios de un informe de visita, careciendo de estudios técnicos y económicos profundos que soporten las afirmaciones que realizan”.

La eliminación del polder y la salinidad

El Proyecto Neptuno propone extraer agua del Río de la Plata, que es un estuario y tiene episodios de salinidad. El estudio de factibilidad que aprobó el directorio de OSE, con la oposición del director por el Frente Amplio, Edgardo Ortuño, establecía la creación del polder para que se utilice cuando la planta no tenga acceso a agua dulce. En su lugar, Mekorot planteó crear “reservorios de agua potable en Montevideo”, que en un comienzo tendrían “un volumen equivalente a un día de consumo, unos 600.000 metros cúbicos en total”.

“Se planteó en un momento la necesidad de construir una reserva de agua dulce para cuando ocurrieran eventos de salinidad. Esto se descartó porque una consultora israelí que está asesorando a OSE en varios proyectos recomendó que las reservas fueran siempre de agua potable y no agua bruta. Es decir, el proyecto hoy no considera la construcción de un polder”, manifestó el ministro de Ambiente, Adrián Peña, el 17 de junio en una reunión del Consejo del Río de la Plata y su Frente Marítimo, según consignó El Observador.

En el documento de la Gerencia de Agua Potable se indica que si se optara por eliminar el polder y seguir el camino de la empresa israelí, “el volumen y diseño de las unidades propuestas debería garantizar desde el inicio, y en todo momento, el cumplimiento de la norma del agua que se libra al consumo”. “En tal sentido, no sería viable ‘etapabilizar’ esta opción sustitutiva del polder [lo que propone Mekorot], y los costos resultarían mucho mayores a los originalmente planteados”, suma el informe interno.

Por otra parte, se apunta que la eliminación de la reserva “obliga a realizar un planteo paliativo por parte de Mekorot, que consiste en mezclar agua de las dos plantas potabilizadoras (Aguas Corrientes y Neptuno), disminuyendo de esa forma los días en que Neptuno no podría elevar agua potable”.

También se aportan datos sobre la salinidad del lugar donde se extraerá agua, obtenidos por sondas instaladas “a mediados de 2021”: “se registraron tres eventos de salinidad fuera de norma, el último de ellos de al menos 66 días de duración”.

“En función de los datos registrados por la sonda, las proporciones de mezcla que resultarían necesarias para cumplir con la normativa podrían ser durante varios días superiores a las proporciones de mezcla viables, llegando a superar relaciones de 10 a 1. En tales condiciones, la planta Neptuno tendría que ir reduciendo su producción hasta inevitablemente detenerse”, se plantea. El informe agrega que, con la modificación propuesta y durante estos eventos, “la planta Neptuno elevaría agua no potable”.

Los técnicos que elaboraron el documento señalan un punto importante: los eventos de salinidad en el Río de la Plata “se dan en forma conjunta” con los eventos de sequía en la región, por lo que “cualquier accidente o déficit en la planta de Aguas Corrientes que ocurriese durante un evento de salinidad no podría ser cubierto por la planta Neptuno”. Por otra parte, también indican que “se puede afirmar que en las condiciones propuestas en el informe no se satisface la demanda del sistema al año 2045”.

Los impactos ambientales del polder

¿El polder es una solución mágica para el abastecimiento de agua dulce? En el estudio de factibilidad que presentaron los privados que buscan llevar adelante el Proyecto Neptuno queda claro que no, por lo menos en materia ambiental. Allí se enumeran una serie de impactos vinculados a la “modificación de escorrentías superficiales y régimen hidráulico de cursos de agua”, a la fauna que podría verse alterada por la “presencia de un nuevo ecosistema asociado al espejo de agua” y a la posible contaminación del acuífero Raigón si existe “una mala gestión”.