“El gobierno anterior puso fibra óptica en Pocitos, Buceo, Malvín, Punta Gorda, ¿dónde la va a poner este gobierno? En Casavalle”, dijo el presidente Luis Lacalle Pou el jueves e instaló un nuevo debate entre el oficialismo y la oposición, ya que el Frente Amplio (FA) suele destacar los avances que ha tenido el país en telecomunicaciones durante sus administraciones.

Una de las primeras dirigentes del FA en responderle al presidente fue la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, quien fue presidenta de Antel entre 2010 y 2015, período en el que empezó la instalación de la fibra óptica. La jerarca manifestó en Twitter que el mandatario estaba, “por lo menos, desinformado”, y le hizo un repaso de varios barrios de la capital que ya contaban con conexión antes del inicio del actual gobierno, y luego agregó otros tantos del interior.

En declaraciones a la prensa, Cosse apuntó que “el proyecto de fibra óptica al hogar es el más importante de telecomunicaciones que ha llevado adelante el Uruguay” con Antel a la cabeza, lo que ha sido “revolucionario”, ya que fue por “la equidad, llevando la mejor calidad a todos los rincones del país”. “Me parece que es de política pequeña ponerse a decir quién hizo más que quién, porque además las cifras son abrumadoras”, dijo, en referencia al nivel de cobertura que se tenía antes del cambio de gobierno. Así las cosas, reafirmó que Lacalle Pou “seguramente está mal informado”, porque “la realidad habla por sí misma”.

En esta línea, un informe elaborado por el director del FA en Antel, Daniel Larrosa, al que accedió la diaria, indica que “la conectividad llegando con cable de fibra óptica a los hogares es técnicamente adecuada para centros poblados, no para zonas rurales”, donde “las soluciones de buena calidad son inalámbricas”. Y para ello hay tres pasos: “Primero se instala en las poblaciones de mayor envergadura y densidad y en zonas de mejor poder adquisitivo, ya que allí se maximiza la ganancia respecto a la inversión”. Esto es porque “se necesitan menos kilómetros de fibra óptica para conectar más clientes (menos inversión) y se recauda más y más rápido en contratos, para poder llevar adelante las obras en las poblaciones de menor envergadura y densidad poblacional, que son más intensivas en inversión”. En segundo lugar, “se va instalando en localidades más chicas”, de “hasta 10.000 habitantes”. Y en tercer lugar “se instala en centros poblados de menos de 10.000” personas.

En su informe, Larrosa afirmó que “al año 2019, los dos primeros pasos del proceso estaban recorridos completamente, y el punto tres ya iniciado”. “A 2020 quedaba menos de 12% del trabajo a realizar. Este gobierno se encontró con la instalación muy avanzada, con obras ejecutadas, y a Uruguay ya posicionado entre los países pioneros a nivel mundial”, añadió.

Otro informe de Larrosa indica que a diciembre de 2020 Uruguay estaba a la vanguardia en penetración de fibra óptica, con 89% de los servicios de acceso a internet, por encima de países como Japón (81%), Suecia (73%), España (70%), Noruega (57%), Nueva Zelanda (57%) y Finlandia (55%). Ese documento también señala que, a esa fecha, “81% de la población urbana del interior” estaba “cubierta con fibra óptica al hogar, con 100% de cobertura en los 40 poblados con más de 10.000 personas y con 88% en los de más de 5.000”.

Fuentes de Antel indicaron a la diaria que en este momento hay “90 obras en marcha” vinculadas a la instalación de fibra óptica en todo el país, con las que, si todo sale como está planeado, a fines de 2022 se habrá cubierto 100% de las conexiones que hasta ahora son de cobre.

Se añadió que “no hay ninguna duda de que la obra se inició en los gobiernos del FA”, pero es necesario analizar “cuál fue el ritmo” y “qué se dejó de hacer”. Desde ese punto vista, se considera que “hubo un gran frenazo” de las obras “por cómo quedó Antel financieramente por lo del Antel Arena”, “y lo que está claro es que hubo otras prioridades que no fueron Casavalle ni Cerro Pelado [en Maldonado] ni las 141 villas, pueblos y ciudades del interior que no tienen fibra óptica y nosotros las estamos resolviendo en este año”.

Otras voces surgieron desde el oficialismo. El senador del Partido Nacional Sebastián da Silva aseguró a la diaria que “en algunos barrios y sobre todo en las localidades del interior” las administraciones del FA no pusieron fibra óptica y “el desvelo” de este gobierno “es darles la misma calidad de vida a los que viven en un pueblo chico que en Malvín”. Consultado sobre esa afirmación, dijo que en los gobiernos anteriores “había ciudadanos de primera y de segunda” en materia de telecomunicaciones, y que “la gente honesta no tiene por qué ser castigada por vivir en una zona mal calificada y la gente que vive en un paraje alejado no tiene la culpa de trabajar ahí y por eso tener que subir a un cerro para tener señal de celular”.