“Te sentirás acorralada, / te sentirás perdida o sola, / tal vez querrás no haber nacido, no haber nacido. / Pero tú siempre acuérdate / de lo que un día yo escribí / pensando en ti, / pensando en ti / como ahora pienso”. Estos versos, del español José Agustín Goytisolo, musicalizados y cantados por Paco Ibáñez, inmortalizados en la canción “Palabras para Julia”, salían de varios parlantes apostados en la Plaza Museo Memoria de Punta de Rieles, en Camino Maldonado y Aries, donde ayer de tarde se organizó un homenaje a las ex presas políticas que estuvieron recluidas en el penal de Punta de Rieles.
El homenaje estuvo a cargo de la asociación de ex presos y presas políticas Crysol, y se hizo ayer porque se cumplieron 50 años exactos del día en el que por primera vez las Fuerzas Armadas (FFAA) trasladaron a ese lugar a presas políticas. Durante 1972 los militares habían concentrado a las presas políticas en el Regimiento 9 de Caballería, en José Belloni y Aparicio Saravia, y en la Brigada de Infantería 1, en el kilómetro 14 de Camino Maldonado.
Al empezar el acto, varias de las mujeres que sufrieron la represión y el encierro en Punta de Rieles se turnaron para leer una proclama: Nibia López, Teresa Fernández, Cristina Cámara, Graciela González, Ivonne Trías, Susana Carli, Adriana Castera, Martha Passeggi, Irma Leites, Ana Amorós, Sonia Mosquera, Luisa Casalet, Rosario Rivera y Lucía Fabbri.
“De la ‘Suiza de América’, que en nuestros años escolares habíamos aprendido que era como el sobrenombre de Uruguay, en cinco años sólo quedaba el mote, el mito. Desde 1967 habíamos visto crecer el poder represivo del gobierno con el recurso reiterado de las Medidas Prontas de Seguridad, sustituidas en el 72 por la declaración del estado de guerra interno, que había otorgado a las FFAA el papel protagónico en la represión”, señalaron.
Subrayaron que Punta de Rieles “no fue una cárcel donde reinaran el silencio y la monotonía, sino todo lo contrario”: “Era una cárcel militar. Dirigida por oficiales de las FFAA, custodiada por soldados: soldados hombres, soldados mujeres y perros soldados. Una cárcel militar. Regida por los principios de la verticalidad de los mandos y la subordinación a las órdenes. No había opciones, había una sola cosa para hacer y era obligatorio hacerla. Estaba prohibido negarse o poner objeciones o pedir explicaciones”.
Chela Fontora: “Los sueños siguen latiendo”
En nombre de Crysol habló Nélida Chela Fontora, también ex presa política. “La dictadura cívico militar y el terrorismo de Estado dejaron huellas profundas en nosotras, que seguimos y seguiremos arrastrando todas nuestras vidas”, subrayó. Resaltó que no hay que olvidar a todas las compañeras que tuvieron sus hijos en cautiverio, a las que perdieron sus hijos en la tortura, a aquellas que las llevaron a parir a la cárcel de Punta Carretas, y a las compañeras a las que “les robaron a sus hijos y perdieron su identidad”. “Y no olvidamos a nuestras niñas y niños que recorrieron las cárceles y sufrieron todo tipo de abuso y discriminación y que todavía no están reparados”, agregó.
Fontora dijo que en la cárcel de Punta de Rieles hubo “vejámenes de todo tipo, compañeras a las que indujeron al suicidio, compañeras que salieron mal psicológicamente y se suicidaron estando libres, y otras que no se recuperaron nunca más”. Señaló que el Hospital Militar, que para ellas fue “simplemente un celdario” donde vieron “morir compañeras sin atención médica”, fue un “centro de tortura de los más vulnerables”, donde hubo “todo tipo de violaciones a los más elementales derechos humanos”.
“Las custodias femeninas militares participaron en todo el proceso, nos trataron siempre con odio y por ser mujeres nos pegaban donde más nos dolía: nuestros hijos, nuestras familias, poniendo de lo suyo cuando nos tenían en la llamada ‘casita de las muñecas’, que era el lugar de aislamiento. Pero también en los penales se crearon canciones con contenido, las cartas y visitas de familiares compartidas, manualidades, cuentos, teatro, los más profundos poemas, y también supimos reírnos y burlarnos de la tristeza”, rememoró.
Fontora agregó que hoy, “con unas cuantas arrugas, con cansancio de los dolores mitigados y un andar mucho más lento, pero nunca vacilante, los sueños siguen latiendo” en ellas, porque fueron parte de “una generación diferente, con sensibilidades diferentes, con sueños diferentes”. “Fuimos una generación que sorprendió. Se esperaba al hombre nuevo y surgieron estas mujeres nuevas, luchando por una sociedad más justa e igualitaria. Por eso es necesario rescatar la historia de esta generación de mujeres. Todas llevamos con coraje y dignidad las huellas profundas del terrorismo de Estado”, subrayó.
Aunque la dictadura pretendió dividirlas y crear el terror entre ellas, “y más allá de las diferencias de los grupos políticos”, Fontora dijo que las mujeres se abrazaron, se protegieron y se tomaron fuerte de las manos. “Nos unimos para enfrentar al enemigo común y resistimos”, subrayó, y reconoció al pilar fundamental que fueron sus “viejitas, viejitos, hijas, hijos, hermanas y todos aquellos familiares que con frío, calor, lluvias y tormentas” no solamente las alimentaron con paquetes, “sino también con su amor, su ternura y su entrega”.
Por último, resaltó que no pararán hasta saber dónde están las compañeras y compañeros desaparecidos, “que primero fueron presos políticos, torturados, y más tarde fueron desaparecidos”. “Todavía quedan responsables vivos que saben dónde están. Queremos saber la verdad y queremos justicia. Las nuevas generaciones no pueden cargar con esta pesada mochila. Nunca más terrorismo de Estado”, finalizó.
Cosse: “Frente a la violencia, optaron por el amor”
“Yo no sé si falta algo, pero sé que no sobra nada”, empezó diciendo la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, que estuvo presente en el acto y cerró el evento con unas breves palabras. Subrayó que “no sobra nada de todo lo que han dicho las compañeras a lo largo” de la tarde, y les agradeció. “Así, sin histrionismo, de la mano, con firme dulzura, nos han llevado galopando en su historia, y nos invitan a seguir galopando”, dijo Cosse.
La intendenta resaltó que las ex presas políticas, “frente a la violencia, optaron por el amor, frente al miedo, por buscar a la otra, frente a la dominación, por la respuesta firme y valiente, que se fue construyendo en el medio del terror”. “Y fueron encontrando en las otras la esperanza. Son el mejor ejemplo de lo que decía [José] Artigas cuando hablaba de ir por la hermosa senda de la libertad. Y todas estas mujeres nuestras, heroínas de nuestra historia, nos han enseñado que juntas, uniendo valentías, miedos y corajes, apoyadas en el amor de todos y todas las demás, vencieron. Y juntas venceremos”, finalizó Cosse.