La exsubsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Ache, declaró este miércoles en la Fiscalía por la causa que investiga irregularidades en la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset, y con sus afirmaciones a la salida de la sede puso un manto de duda sobre el accionar del gobierno en torno al caso. Asimismo, los audios que presentó en la audiencia, que incluyen conversaciones telefónicas con el canciller, Francisco Bustillo, que divulgó Búsqueda, pusieron en el ojo de la tormenta tanto al canciller como al asesor de Presidencia Roberto Lafluf, puesto que le pidieron explícitamente que ocultara el contenido de las conversaciones que ella mantuvo con el subsecretario del Interior, Guillermo Maciel, sobre la peligrosidad de Marset.
El contenido de la audiencia, al que accedió la diaria, revela más detalles del manejo del caso por parte del gobierno: ante el fiscal Alejandro Machado, Ache aseguró que en una reunión previa a la interpelación que impulsó el Frente Amplio, en una sede del Ministerio del Interior, se acordó ocultar los chats de Whatsapp entre ella y Maciel, en los que hablaban sobre Marset, y fingir que no lo conocían cuando se tramitó su documento.
Ache inició su declaración ante el fiscal Machado con algunos datos de contexto político, señalando que Bustillo, al asumir en la cancillería, la excluyó de todos los procesos de toma de decisión. Acusó, además, “faltas de respeto” de su parte, pero apuntó que el 8 de marzo hubo “un quiebre definitivo” en el vínculo, luego de que ella presentara una carta con denuncias de 70 funcionarias diplomáticas que denunciaban haber sido víctimas de acoso y Bustillo no llevara adelante la investigación administrativa correspondiente.
“El trabajo era tan difícil que yo se lo comunico al presidente de la República”, señaló Ache, y leyó un chat que le mandó al presidente Lacalle el 28 de abril de 2021: “Hola, Luis, ¿cómo estás? Perdoname que vuelva con el tema, lejos de mejorar la situación se agudizó y se está haciendo muy difícil el ministro, me tiene afuera de todos los temas, no me da información y mantiene una actitud muy hostil, no quiero involucrar al Partido [Colorado], no quiero un problema político, simplemente trabajar mejor. Gracias otra vez”. “Ok, lamento tu noticia, hablé y pensé que había cambiado, me encargo una vez más”, le respondió Lacalle.
El inicio del caso Marset y las conversaciones con Maciel
Ache declaró que conoció la situación de Marset a partir de uno de los dos mensajes enviados por el subsecretario del Interior, justamente los que Bustillo y Lafluf pretendían borrar. “Yo tomé conocimiento de la situación del Sr. Marset el 21 de setiembre de 2021, cuando el subsecretario del Ministerio del Interior, Guillermo Maciel, me escribe por Whatsapp, solicitándome que le averiguara por un ciudadano uruguayo detenido en Dubái. Me pregunta: ‘queremos saber con qué nombre y número de documento ingresó’”, sostuvo.
Ache dijo que le reenvió esos mensajes a la directora de Asuntos Consulares, Pauline Davies, y ella le dio toda la información requerida y a su vez le informó que todo eso sería comunicado a Interpol. Ache se refirió también al segundo mensaje que le envió Maciel para saber qué había pasado con Marset, el 3 de noviembre: “Me escribe por segunda vez, me manda el documento y me dice: ‘Hola, Caro, ¿podemos saber qué pasó con este delincuente detenido en Dubái por documento falso? Es un narco muy peligroso y pesado. Saber si sigue detenido o si lo liberaron, lo cual sería terrible’. Esa fue la última vez que hablé con Maciel sobre este tema”.
La subsecretaria dijo que no le comentó de estas conversaciones ni al enlace de Inteligencia en la cancillería, Fernando López Fabregat, ni al canciller Bustillo, porque le avisó a la directora Pauline Davies en la segunda consulta. “No entendí que era necesario avisarle a Bustillo porque si el número 2 estaba informado de que Interpol tenía toda la información no vi la necesidad de decirle a Bustillo, y además el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, también tenía la información en su momento de que el subsecretario me estaba consultando”, sostuvo, y agregó que todo lo que ella consultaba a un director era transmitido al ministro Bustillo.
La interpelación a Heber y Bustillo y la información que ocultaron al Parlamento
El fiscal Machado consultó a Ache sobre la interpelación por la entrega del pasaporte a Marset, realizada a los ministros Heber y Bustillo el 22 de agosto de 2022, y particularmente por la información que fue ocultada al Senado de la República. “Usted en la interpelación del 3 de noviembre dijo que Maciel no le había dado detalles. A la luz de los whatsapps, le dio detalles. ¿Por qué se ocultó esa información en el Parlamento?”, consultó el fiscal.
“Yo entiendo que la interpelación es un asunto que es político. Yo no iba a hablar en esa interpelación; hubo una reunión para preparar esa interpelación en la casona del Prado del Ministerio del Interior”, en la que estaban presentes “las autoridades del Ministerio del Interior, el ministro, el subsecretario, el director general de Secretaría”, que en ese momento era Luis Calabria; “después estaba el asesor en comunicación de Presidencia, Roberto Lafluf, el ministro Bustillo, estaba yo, el director general de Secretaría, Diego Escuder, el director de prensa de la cancillería, Horacio Abadie, y el jefe de gabinete y enlace de Inteligencia, López Fabregat”.
Consultada sobre si se conversó sobre los mensajes con Maciel, respondió: “Se conversó de esos whatsapps no mencionarlos. Los whatsapps estaban arriba de la mesa, los tenía impresos el subsecretario Maciel, todos sabían de esos mensajes, y además yo se los había enviado previamente al ministro Bustillo”, aseguró Ache al fiscal.
Los audios de Bustillo: “Vos perdé el celular”
Al ser consultada sobre las coordinaciones del gobierno para que no se conocieran los mensajes entre Maciel y Ache, la exsubsecretaria anunció que presentaría unos audios, comenzando, concretamente, por una conversación mantenida el 14 de noviembre de 2022, tres meses después de la interpelación. La conversación comienza con Ache diciéndole a Bustillo que tiene todo preparado para presentar ante la investigación administrativa de la cancillería, a lo que el ministro le responde: “Aguantá que esto es un desastre, dejame que hable con Carlos Mata [coordinador de las direcciones de Derecho Internacional y Asuntos Jurídicos] a ver si él tiene algún tipo de influencia sobre la tipa [la funcionaria sumariante, Karina Antenor]; que por no menos no guaranguee con las preguntas, que mande a un tercero y que no sea tan incisivo, no sé; que nos dé una salida para evitar dar los whatsapps”. Cuando Ache le dice que no hay manera de no entregar los whatsapps, Bustillo le responde: “Busquemos la vuelta para que no tengas que entregar eso, porque ahí te dejan repegada, al cuete. Dejame hablar con Mata para ver si hay algún tipo de forma en la que él pueda hablar con la tipa [Antenor] e incidir”.
Ache le plantea a Bustillo que igual después esos mismos chats se los va a pedir la Fiscalía en la investigación penal, a lo que el ministro de Relaciones Exteriores le responde: “Eso es otro cantar, acá hay que ir ganando tiempo y llevándola”.
En el segundo audio aportado por Ache, Bustillo plantea la posibilidad de fingir que el celular de Ache se perdió. “Que se mande al frente Maciel; vos perdé el celular, estoy imaginando escenarios [...] hay que ir sorteando esto paso a paso”, insistió.
Ya en el tercer audio, Ache le explica a Bustillo que los mismos audios que ella tiene los tiene Maciel. “Ah, sí, claro, pero yo no creo que Maciel sea tan tarado de blanquearlos; se pegaría un tiro en el pie. Maciel no zafa mandándote al frente a vos, no zafa. Los únicos que podían detener la expedición del pasaporte, o no, es el Ministerio del Interior. Más allá de la alerta que te haya dado, eso no le quita la responsabilidad a él, [responsabilidad que es] superlativa cuando él sabía que había una investigación contra este tipo; me parecería un anormal si hace eso, se incrimina solo”, expresó el canciller.
Cuando la exsubsecretaria le planteó que Maciel ya había “volanteado” esas conversaciones, Bustillo respondió: “Sí, porque es un tarado, pero yo creo que a esta altura tiene que haber reflexionado y darse cuenta de que no zafa por ahí. Yo creo que el tipo es un tarado”, repitió.
Bustillo se refirió a la reunión en la casona del Prado en la que las autoridades de gobierno acordaron ocultar la existencia del chat: “Yo cuando lo sentí en el Ministerio del Interior en la casona del Prado decir lo que dijo me quedé helado, me di cuenta de que es un tarado, cuando estábamos hablando de que en la interpelación ni siquiera [había que] mencionar los whatsapps y decir que había comunicaciones y la dejamos por esa plata, y nadie preguntó si eran whatsapps, si era por escrito, si era verbal, y zafamos bien”, comentó.
Ache explicó a Machado que, a su entender, los chats con Maciel no debían ser objeto de la investigación interna de la cancillería, que tenía como propósito saber si la expedición del pasaporte había sido diligenciado correctamente. Ache agregó que envió una nota a la instructora diciéndole que si el ministro Bustillo entendía que había que aportar esos chats, lo haría inmediatamente. “Esa nota nunca se me responde y en las conclusiones agrega, de manera falaz, que yo me negué a aportarlas. Yo tenía esa situación de que, por un lado, el ministro Bustillo me estaba diciendo que no entregara esos whatsapps a la investigación administrativa y, por otro lado, la instructora me los estaba pidiendo, y entendía que en esa instancia de la investigación no correspondía porque estaba fuera del objeto”, agregó, y señaló que en ese momento decidió certificar con escribana la existencia de los chats. “Hasta tenía miedo de que me robaran el teléfono”, ilustró.
La desaparición de las conversaciones ante la Justicia de lo Contencioso Administrativo
Ache explicó que en esa investigación administrativa no se le pidieron los chats, pero que el 22 de noviembre, como consecuencia de la sentencia del juicio de acceso a la información pública realizada por el Frente Amplio, se formó un expediente administrativo en el que la división de Jurídica le pidió las conversaciones.
Al día siguiente, el 23 de noviembre, Ache le informó a Bustillo que le estaban pidiendo las conversaciones con Maciel y le expresó que estaba dispuesta a darlas si él así lo entendía. El 24 de noviembre Bustillo respondió oficialmente que no le compete instruir a Ache al respecto. “El ministro, en privado, me pedía que no aporte los whastapps y formalmente y en público me exigía que los aportara, y cuando le pedí instrucciones se lavó las manos”, comentó Ache a Machado.
Finalmente, la exsubsecretaria envió a la cancillería las conversaciones certificadas con escribano público; sin embargo, la cancillería no le entregó a la Justicia esas conversaciones, que eran parte de la sentencia que condenó a la cancillería a entregar a los demandantes toda la información que tuviera respecto de la entrega del pasaporte. Según la información que dio a conocer Ache en la Fiscalía, esto fue así porque Lafluf se encargó de destruir el material, y así se lo transmitió él mismo.
Las presiones en la Torre Ejecutiva, la destrucción de documentos, la consulta al presidente y la entrada por el garaje
Ache contó que el 25 de noviembre, el día siguiente a que desaparecieran las conversaciones con Maciel, recibió un mensaje del asesor del presidente Lacalle, Roberto Lafluf, quien la citó a una reunión en la Torre Ejecutiva con Maciel, pero le pidió que entrara por el garaje.
“Hola Caro ¿cómo estás? Me pide el presidente tener ahora una reunión contigo y Maciel ahora a las tres una reunión acá en el [piso] 11, sería conveniente ingresar por el garage [...] soy Roberto Lafluf, te espero”, le envió.
Ache le relató al fiscal lo ocurrido en la reunión en el piso 11: “En esa reunión, donde estaba efectivamente el subsecretario Maciel, Roberto Lafluf nos pide que borremos los mensajes de Whatsapp, yo sabía que estaba protocolizado y que cuando quería podía tener una copia y lo borré, Maciel también lo borró y a continuación [Lafluf] me solicita que consiga otro escribano y que haga un protocolo con lo que aparecía ahí sin esos mensajes, a lo cual yo me niego”.
Después de la reunión, Maciel llamó a Ache y le dijo que le iba a mandar un mensaje de otro celular, que por la foto de perfil Ache estima que pertenece a la hija del subsecretario: “En términos oficiales, Whatsapp no permite la recuperación de mensajes borrados, ya que una vez el usuario los elimina, estos desaparecen del móvil que los envió y [del que] los recibió sin dejar rastro en los servidores de la empresa. Whatsapp no guarda los mensajes”, decía el mensaje.
El 26 de noviembre Ache le pidió a Lafluf para hablar y le reiteró que no aceptaba certificar con escribano la conversación con los chats borrados: “Le dije que lo que él me estaba pidiendo era un delito y que yo no estaba dispuesta a cometer un delito”.
“Lafluf me dijo que eso no lo puede resolver él, que va a hacer una llamada al presidente, al rato me vuelve a llamar y me dice: ‘presentá todo como está. Lo único que te voy a pedir es que vuelvas a entregar el protocolo’ [las conversaciones con Maciel certificadas por escribano]. ‘¿Y por qué tengo que entregar de nuevo el protocolo?’. ‘Porque no está más porque lo destruí’”.
“Cómo llegó el protocolo desde el despacho del ministro a las manos de él, desconozco”, agregó ante Machado la subsecretaria, quien volvió a pedirle una copia de la certificación a su escribana y se la entregó a Mata, exigiéndole un certificado que dijera que lo estaba recibiendo “por segunda vez”.
“Si yo hubiese accedido a lo que me pedían, hoy seguiría siendo subsecretaria, pero habría cometido un delito, no dormiría tranquila y creo que la dignidad está por arriba de cualquier cargo que uno pueda tener. Yo la pasé horrible, créanme”, agregó.