Nicolás Albertoni, subsecretario de Relaciones Exteriores, y Paolo Berizzi, embajador de la Unión Europea en Uruguay, son optimistas con el avance de las negociaciones efectuadas en las últimas semanas y meses para que se alcance el tan negociado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Ambas autoridades estuvieron presentes este jueves en el Club de Golf en la apertura del segundo Encuentro Empresarial Europeo en Uruguay del año, en un desayuno de trabajo.
El vicecanciller apuntó hacia la próxima reunión del Mercosur, “que puede ser una cumbre en la que podremos ver buenas noticias de avances de lo que puede ser el acuerdo regional más importante del mundo”, dijo, y agregó que “hoy nos encontramos en un contexto en el que estamos convencidos de que hay que dinamizar esos procesos de integración para hacernos mejor a los países que somos miembros”.
“Hay un dato, y es que, en 1991, cuando nace el Mercosur, ya había un multilateralismo comercial y una Organización Mundial de Comercio en marcha, había 40 acuerdos comerciales en el mundo. En la actualidad, los acuerdos notificados en la OMC son más de 500”, subrayó, y agregó que si se analiza dentro de esos acuerdos, sólo 10% son de integraciones profundas, mientras que el 90% son zonas de libre comercio.
Albertoni aseguró que esos datos muestran la necesidad de “flexibilizar para tener una mejor integración, no es un capricho”, y remarcó que el mundo ha ido hacia “una lógica más flexible y dinámica del comercio”.
Asimismo, precisó que “cuando hablamos de esta tan mentada y necesaria apertura comercial, ya va más allá. Es una apertura del desarrollo. Porque la agenda que está negociando el comercio trasciende netamente lo comercial”. Manifestó también que “estamos convencidos de que debemos abrirnos al mundo para ser más competitivos”, y agregó que eso “nos da fuerza y nos expone a ver cuánto más necesitamos para ponernos a los estándares de lo que el mundo hoy está pidiendo”.
En el tramo final de su participación, recordó que el presidente Luis Lacalle Pou realizará próximamente un viaje a China, y sobre eso comentó que el gobierno tiene por delante “esa zanahoria en el horizonte, que es el acuerdo comercial, y parecería que todo va hacia el acuerdo, como éxito o nada. Pero en el camino estamos logrando muchísimas cosas, por ejemplo, accesos y facilidades sanitarias, que luego tienen mucha repercusión en el país, y eso no es el acuerdo en sí mismo”.
La evolución de las negociaciones con China y los avances con la Unión Europea seguramente sean tratados en la próxima Cumbre del Mercosur, que se desarrollará del 4 al 7 de diciembre en Río de Janeiro. El encuentro se divide en tres instancias: la Cumbre Social, los días 4 y 5; la Reunión del Consejo del Mercado Común, el día 6, y la Cumbre de Presidentes, el jueves 7. En este evento está previsto que asistan el presidente Luis Lacalle Pou y el canciller de la República, Omar Paganini.
Embajador de la UE en Uruguay
Por su parte, Berazzi expresó que es “optimista sobre el desenlace del acuerdo. Y no digo hipotético acuerdo. Digo futuro acuerdo. Las negociaciones se han intensificado en las últimas semanas con una atención particular a los temas de sostenibilidad, y otros temas que los socios del Mercosur han puesto sobre la mesa. Estoy convencido de que con este acuerdo van a ser enormes las ventajas y oportunidades comerciales y económicas para ambas partes”.
Afirmó que habrá reducción de aranceles, liberación de sectores de actividad, nuevas reglas previsibles y transparentes que atraerán también nuevas inversiones, generación de empleo y el impulso de la innovación y mejora de la productividad. “Aun si nos olvidamos por un momento de todas estas enormes ventajas y oportunidades, igual el acuerdo significaría muchísimo. Por un lado, para el Mercosur, para la construcción de su integración regional, para la imagen de bloque que puede hacer acuerdos con todo el mundo, y por otro lado por la Unión Europea, que queriendo jugar un papel global busca vincularse a países socios que sean confiables y compartan los mismos valores, como es Uruguay. Todo esto no está escrito en el acuerdo. Son ventajas invisibles, pero al mismo tiempo de valor inconmensurable”.
El diplomático resaltó que si a las ventajas de un acuerdo entre los bloques se suman los temas abordados en el evento, como lo son la implementación de medidas de facilitación de comercio que mejoren las condiciones para las exportaciones y las importaciones, como resultado se observarán reducciones de costos que mejorarán la competitividad en las dos regiones.
Recalcó que a la Unión Europea le interesa que sea revisada la tasa consular, la estructura de precios del puerto con tasas diferentes para los productos importados y exportados, la existencia de 19 registros bromatológicos diferentes en los departamentos del país y los permisos de importación. Además, hizo especial hincapié en los controles del LATU, “con un precio al valor que en nuestra opinión no refleja el costo del servicio prestado”.
Agregó que son medidas de larga data que posiblemente fueron implementadas con la idea de proteger la industria local o con un objetivo meramente recaudatorio, lo que es o era costumbre en varias partes del mundo. “Quizás llegó el momento de revisar para agilizar trámites y bajar costos. Serviría para generar más comercio y mejorar la competitividad del país. Estos cambios pueden ser una nueva señal a los inversores de que Uruguay se consolida como puerta de entrada al Mercosur. Estoy convencido de que un país que quiera obtener la máxima inserción internacional en todo el mundo tiene todo el interés en garantizar la máxima apertura a quienes quieran hacer negocio con él o invertir en él”, concluyó.
El evento
En la apertura otro de los oradores fue Juan Grasso, presidente de la Euro Cámara Uruguay. La oratoria principal estuvo a cargo de la magíster Victoria Martini, que analizó los beneficios de una mayor apertura comercial, además de tipificar posibles mejoras que se pueden implementar en Uruguay.
Los oradores de la actividad en su mayoría fueron diplomáticos, académicos y operadores comerciales con vínculos con Europa, que apuntaron a los efectos de la apertura comercial y de la facilitación del comercio en el descenso de los costos y en la mejora de la competitividad del país.
En el panel, compuesto por Juan Labraga, director de la Asesoría de Política Comercial del Ministerio de Economía y Finanzas, Ana Laura Fernández, asesora de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, Agustín Carrau, presidente de la Asociación de Importadores y Mayoristas de Almacén, y Roxana Balay, gerenta general de CMA CGM Uruguay, y moderado por el consejero Damian Kamiński, jefe de la Sección Económica y Comercial de la Unión Europea en Uruguay, intercambiaron opiniones sobre los cambios de facilitación de comercio que podrían aplicarse para incrementar el comercio entre la Unión Europea y Uruguay.