Con cierta incertidumbre, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, junto con el canciller, Omar Paganini, tomarán vuelo este martes rumbo a Río de Janeiro, donde se llevará adelante una nueva cumbre del Mercosur en la que el principal tema parece ser el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur. Las negociaciones están sobre la mesa desde hace más de dos décadas y, si bien se ha intentado arribar a un consenso entre ambos bloques, pasan las presidencias y las diferencias persisten. Pese al giro que intentaron darle al tema ambos bloques, con España a la cabeza de la UE y Brasil al frente del Mercosur, para zanjar la discusión, ahora se ve nuevamente trancada.

En el marco de la Conferencia de las Partes (COP 28) sobre cambio climático el presidente norteño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par español, Pedro Sánchez, coincidieron en darle un “impulso político” al acuerdo, ya que entendían que estas fechas eran claves; no obstante, tanto Argentina –en los últimos días de Alberto Fernández como presidente– como Francia –con Emmanuel Macron a la cabeza– apuntaron que no es viable firmar el acuerdo en este momento. Asimismo, el propio Lula pidió días atrás “paciencia” frente a la posibilidad de que no haya acuerdo, pero lo achacó al “proteccionismo de los europeos” y no a que haya “falta de voluntad de los sudamericanos”.

Este domingo, en una entrevista con el medio argentino La Nación, el ministro de Relaciones Exteriores saliente, Santiago Cafiero, dijo que el principio de acuerdo Mercosur-UE, que data de 2019, tiene un “impacto negativo en la industria” del Mercosur, “sin reportar a cambio beneficios para sus exportaciones agropecuarias, que están limitadas por cuotas muy restrictivas y sujetas a regulaciones ambientales unilaterales que las exponen a una vulnerabilidad a futuro”.

En ese marco, dijo que el Pacto Verde, que estableció la UE ese mismo año, “supone ya hoy mayores costos y restricciones para las exportaciones del Mercosur de alimentos y otros productos”. Macron, por su parte, en el marco de la COP 28, dijo que el acuerdo “no es bueno para nadie”.

La postura del gobierno de Fernández va a contrapelo del futuro gobierno de Javier Milei, que asumirá tres días después del cierre de la cumbre del Mercosur, dado que la futura canciller, Diana Mondino, señaló que quieren que se “firme ahora”: “Que Alberto lo concrete y se lleve ese logro. Es mucho mejor tener el acuerdo que no tenerlo”.

Mientras tanto, quien asumirá la presidencia del Mercosur, el presidente paraguayo, Santiago Peña, adelantó meses atrás que si no se concreta ahora, él no continuará con las negociaciones en nombre del bloque sudamericano.

Desde el gobierno uruguayo, hasta los últimos días hubo “buena expectativa” de que se pudiera cerrar el acuerdo, pero tras las declaraciones de Macron, las expectativas bajaron. De todos modos, fuentes del gobierno señalaron a la diaria que van “a esperar” a ver cómo transcurre la cumbre y “qué señales se dan” al respecto. “Cambió el panorama en las últimas horas. Las señales van a contar; capaz que puede haber alguna novedad”, aventuraron.

Días atrás, Lacalle Pou dijo que había “una chance” de que el acuerdo se concretara por el compromiso del gobierno español con el brasileño. “Esperemos que tengan buenas noticias”, había dicho, y agregó que “no parece lógico” que el acuerdo esté en negociaciones desde hace 25 años: “Si lo vamos a hacer, hagámoslo, porque si no, además, genera frustración”. “Si yo hace 25 años que le digo a uno ‘mirá que vas a poder exportar tales cosas a la UE’ y no lo hace, bueno, al fin y al cabo, termina descreyendo”.

En veremos

La doctora en Ciencias Sociales de la Universidad de San Pablo y licenciada en Relaciones Internacionales Nastasia Barceló opinó que el acuerdo no se va a firmar “antes de fin de año” y, en diálogo con la diaria, consideró que con la asunción de Milei en Argentina “se van a cerrar las posibilidades” de avanzar, pese a las declaraciones de Mondino que matizan la postura antiintegracionista del presidente electo. “La posibilidad que está sobre la mesa es que antes del 10 se firme el acuerdo; creo que con la asunción de Milei –que es crítico de la negociación externa del Mercosur con otras regiones, con otros bloques o con otros países, también lo es al propio bloque Mercosur– las posibilidades de una negociación tan larga se agotan”, expresó.

Asimismo, agregó que Milei “prácticamente no cree en los foros multilaterales o en los organismos internacionales”. “Realmente será muy difícil de aprobar”, aventuró.

Por su parte, el doctor en Relaciones Internacionales Ignacio Bartesaghi consideró que hay “dos lecturas” en torno al acuerdo: por un lado, la política, a partir de la cual se “encuentra el optimismo de que el acuerdo se cierre antes de fin de año”, y por otro, la técnica. El especialista comentó que los negociadores, que se reúnen de una forma “muy activa”, no terminan de resolver “los problemas de fondo”.

“Hay una dicotomía o diferencia muy grande entre lo que dice la política y lo que te dice lo técnico. La política dice que se cierra antes de fin de año, pero ¿qué política habría que diferenciar? Porque la política de Macron es una cosa, otra lo que dice la Comisión Europea y lo que pueda decir Pedro Sánchez”, planteó. Luego, expresó, está lo técnico, “donde te das cuenta que hay muchas dificultades para cerrar el acuerdo”.

A su vez, Bartesaghi señaló que “es razonable” que Argentina diga que no acompañará el acuerdo porque “no va a tomar la decisión a días de que cambie el gobierno”: “Era esperable que este gobierno no tomara la decisión, es para el próximo”.

En ese marco, dijo que no cree que el gobierno entrante argentino siga la misma línea de la administración actual de reabrir negociaciones. “Creo que el gobierno que viene de Argentina le va a decir que sí al acuerdo con la UE, pero eso no es definitivo. Lo definitivo es Brasil y Francia, y ese problema sigue sin resolverse”.

En ese sentido, aseguró que ve “difícil” que este acuerdo se cierre antes de fin de año, pero de todos modos matizó que “uno nunca puede decir que no, porque la voluntad política puede superar la técnica”.

Un “termómetro”

Uno de los principales planteos que prevé elevar Lacalle Pou en la cumbre del Mercosur es pactar una reunión con el presidente chino, Xi Jinping. Esta propuesta surge a partir de las reuniones que el mandatario mantuvo con su par chino en el gigante asiático hace un par de semanas.

Para Bartesaghi, es “razonable” que Uruguay ponga sobre la mesa un discurso sobre su visita a China. En ese marco, recordó que en Uruguay, cuando Lula visitó a Lacalle Pou, el brasileño dijo que “es posible” un acuerdo del Mercosur con China, pero después de concretar un tratado con la UE.

Bartesaghi dijo que “no se puede esperar” mucho de la cumbre y adelantó que va a ser un “termómetro” en el que Uruguay va a adelantar su “estrategia”, que “después va a empezar a implementar una vez que Milei esté en el poder”.

Por su lado, Barceló analizó que para China un acuerdo de libre comercio con la región en este momento “no es prioritario” y que tampoco “lo es para la región como tal”. “Si uno mira las políticas anteriores de los países, de manera individual, vamos a ver que en el caso de Brasil busca la reindustrialización; ese es su principal objetivo”.

Esto se traduce en aplicar medidas “proteccionistas” para “cuidar su producción nacional y su mercado”. Lo mismo buscó hacer Argentina, y “por eso se opuso también al tratado de libre comercio de manera bilateral o como bloque”, concluyó.