La asamblea general de la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU) empezó con dos horas de retraso y una versión uruguaya del himno de la Internacional Socialista. A la instancia de este martes en el Antel Arena asistieron finalmente 3.467 personas, aproximadamente 30% de los afiliados al sindicato, que por amplia mayoría -aunque no sin cuestionamientos- aprobó el acuerdo alcanzado entre la dirección de AEBU, la Asociación de Bancos Privados y el Poder Ejecutivo para “salvar” a la Caja Bancaria.

Para las cajas paraestatales, la reforma jubilatoria recientemente aprobada establece un período de transición de diez años hacia un “sistema previsional común”, que entre otras cosas tendrá una edad mínima de retiro de 65 años. Sin embargo, en el caso de la Caja Bancaria, por su déficit estimado de 900 millones de dólares durante 13 años, este escenario se adelantará.

El gobierno trabaja desde febrero junto a representantes de los distintos órdenes de la Caja Bancaria en la elaboración de un proyecto de ley para resolver el problema. Por disposición constitucional, el plazo máximo para legislar es el 27 de octubre, un año antes de las elecciones. Este martes, en un Antel Arena lleno de gente hasta la primera bandeja, la asamblea general de AEBU aprobó los lineamientos de ese proyecto de ley.

El secretario general del sindicato, Fernando Gambera, enfatizó en rueda de prensa que se trata de “la primera parte”. “Somos optimistas, pero estamos expectantes de que seamos capaces de transmitir a las bancadas parlamentarias la importancia que tiene este acuerdo de las partes involucradas para encapsular el problema entre quienes somos parte del problema, y no transmitir nada de este problema al resto de los uruguayos”, expresó.

Respecto del acuerdo alcanzado, Gambera dijo que es una “fórmula” que “consagra el esfuerzo compartido” de las partes. Algunos trabajadores se jubilarán “más tarde”, algunos jubilados pagarán “un impuesto”, los bancos aumentarán la Prestación Complementaria Patronal (PCP), que se calcula “en función del balance de la empresa”, y además volcarán recursos “en función de los depósitos”, y el Estado, en tanto, colaborará con una “garantía soberana” para que “la Caja Bancaria pueda endeudarse para transitar esta década que tiene de problemas de financiamiento”.

El informe en mayoría

En efecto, según Pablo Andrade, dirigente de AEBU encargado de explicar ante la asamblea general el informe en mayoría -es decir, el acuerdo alcanzado-, “la tendencia de la Caja, más allá de la etapa de crisis que estamos atravesando, indica que a partir de 2034 vuelve a un escenario de superávit”. El asunto, sostuvo, es “cómo calmamos la tensión que está provocando el exceso de jubilaciones”.

Fundamentó el desequilibrio entre pasivos y activos por medio de tres factores: la eliminación de vacantes en el sector público, el efecto de la pandemia sobre el empleo y el salario, y la aceleración tecnológica, “que puso en jaque la cantidad de puestos de trabajo en el sistema”. Señaló que en los últimos dos años la Caja Bancaria perdió “2.300 puestos de trabajo”, “el 10% de nuestros aportantes”, lo que implicó que “el proceso crítico se acelerara”.

Andrade estableció cinco grupos para explicar el alcance de la propuesta en consideración. Los jubilados anteriores a 2008 no tendrán “ninguna medida que cambie sus jubilaciones”, señaló. En cambio, a los jubilados por la Ley 18.396 -última reforma de la Caja Bancaria- y a los que “sigan jubilándose en los próximos años por esa ley van a tener una contribución de un impuesto del 4%”.

En cuanto a los afiliados activos, señaló que los nacidos entre 1965 y 1972 van a tener “un aumento de la edad de jubilación”, así como “alguna pequeña modificación en el tope jubilatorio”. En concreto, este grupo se jubilará con 63 años, cuando, en la reforma jubilatoria, los 63 años rigen por primera vez para los nacidos en 1975.

El siguiente grupo, los nacidos entre 1973 y 1977, se jubilará con 65 años, aunque esto “sólo se aplicará si la Caja no alcanza las reservas que están planificadas”, señaló Andrade. “Si la Caja alcanza un 50% de su presupuesto anual en 2032, la medida no se aplicaría”, agregó. Por último, a los nacidos después de 1978 se les aplicarán únicamente los cambios previstos en la reforma jubilatoria.

Por su parte, los bancos aportarán unos 400 millones de dólares por medio de dos ajustes de la PCP y un nuevo impuesto a sus depósitos. En tanto, el Estado otorgará una “garantía soberana” para un préstamo de hasta 400 millones de dólares para la Caja Bancaria. No habrá transferencias desde Rentas Generales.

María Eugenia Estoup, presidenta del Consejo del Sector Financiero Oficial de AEBU, mencionó ante la asamblea general que el gobierno “tiene los votos para imponer” el aumento de la edad jubilatoria “en forma inmediata” y aseguró que sin la participación de AEBU en la negociación el acuerdo alcanzado “sería más regresivo y perjudicial”. La propuesta fue aprobada por amplia mayoría; no obstante, recibió críticas por parte de una minoría.

El informe en minoría

Álvaro Legaspi fue uno de los encargados de leer el informe en minoría. De entrada, cuestionó la gestión de las corrientes mayoritarias de AEBU: “Si no peleamos para defender las vacantes, si no enfrentamos los despidos y aceptamos los envíos al seguro de paro, si aceptamos contratos precarios que evaden aportes a la Caja, ¿no estamos dejando desfinanciar nuestro sistema jubilatorio, no es una crónica de una muerte anunciada?”.

También por la oposición, Lorena Lavecchia cuestionó, tras afirmar que dentro del gremio hay “censura”, “persecución” y “una dirección profundamente antidemocrática que está haciendo añicos a la organización sindical”, que los empleados bancarios “seamos los únicos trabajadores que vamos a aceptar trabajar más de 60 años”. Y manifestó: “Cuando la clase trabajadora recula, ¿la clase dominante qué hace? A ver, a ver los que estudiaron a Marx... Avanza, avanza”.

Legaspi subrayó que, en caso de aprobarse la propuesta, “los bancarios vamos a tener peores condiciones que el resto de los trabajadores”, porque “vamos a ir más rápido al aumento de la edad de retiro”. “Parece que hay que festejar que nos rebajan derechos”, expresó.

En tal sentido, Andrade había dicho minutos antes que la Caja Bancaria otorga mínimos jubilatorios “superiores a los del régimen general” y había destacado que gracias a “su sistema solidario intergeneracional” el organismo “arroja jubilaciones que son un 30% mayores a las que brinda una AFAP sumada a la jubilación del BPS [Banco de Previsión Social]”.

Durante su intervención, Legaspi valoró la reciente resolución del PIT-CNT de promover un plebiscito constitucional para mantener la edad jubilatoria en 60 años, eliminar las AFAP y elevar las pasividades más bajas, pese a que “nuestro sindicato lamentablemente no lo votó”. Afirmó que “sería una gran incoherencia aceptar que la edad de retiro se aumente para los bancarios mientras juntamos firmas para derogar la reforma antipopular”.

Consultado al respecto en rueda de prensa, Gambera dijo que “el único detalle, no menor y muy importante, es que la situación de desfinanciación de la Caja nos urgía”, dado que “en breve iba a tener alguna posibilidad de default”. “Teníamos que tomar alguna determinación”, resaltó. Sin embargo, aseguró que AEBU “es parte indisoluble del movimiento sindical” y seguirá “luchando con el PIT-CNT por una reforma mejor que la que tuvimos”.