El intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, y el alcalde de Porvenir, Ramiro Ayende –ambos nacionalistas–, protagonizaron un conflicto este miércoles, situación que quedó registrada en un video que filmó el mismo Ayende y que circuló en las redes sociales. El conflicto se produjo a raíz de que, según la comuna, el alcalde no dejaba ingresar a niños al CAIF de su municipio, en el área de Experiencias Oportunas, que se desarrolla una vez por semana en una de las reparticiones de la alcaldía.
Según consignó El Telégrafo, el secretario general de la comuna sanducera, Fermín Farinha, dijo que el gobierno departamental “tomó la decisión de garantizar a los usuarios del CAIF el funcionamiento del mismo, porque el convenio con el INAU [Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay] lo hizo la Intendencia de Paysandú, no el municipio”. Asimismo, expresó que “si para hacer efectiva esa garantía es necesario proceder al traslado de parte de las oficinas del municipio, como el despacho del alcalde, lo haremos”, porque “todos los locales dentro del territorio, administrados por algún municipio, están dentro del área de competencia de la intendencia, que puede determinar cambios de acuerdo a necesidades”.
“De forma dictatorial y militar”
Ayende dijo a la diaria que en “ningún momento” impidió el ingreso de los usuarios del CAIF, sino que comunicó a las autoridades del INAU y de la Intendencia de Paysandú que el centro tiene algunas “dificultades que van en contra de los niños”, por ejemplo, un cable de alta tensión que está por encima del techo. “Eso representa un peligro porque con el viento y el movimiento el cable se pela y puede hacer un cortocircuito”, indicó, e ilustró: “Imaginate que el cable se pele y pegue a la chapa. Puede matar a varios gurises o a un maestro”. Asimismo, Ayende expresó que el “único responsable, por ley”, de la gestión del centro es el alcalde.
Al ser consultado por su entredicho con el intendente, señaló que Olivera “mandó” a la directora de Promoción Social y Descentralización, Guadalupe Caballero, “a cortar el candado” para hacer entrar a los niños, algo que calificó de “un delito”. El alcalde agregó que a ese problema se le suma que el salón no cuenta con la habilitación de Bomberos. “Es grave, entonces yo me comuniqué con las autoridades del INAU y de la intendencia”, expresó.
Según el alcalde de Porvenir, Olivera se presentó con cuatro policías “a tirar la puerta abajo” de su despacho del municipio: “Si yo no hubiera estado, lo hubieran hecho. Es otro delito. Apareció [Olivera] de forma dictatorial y militar, porque ya es de público conocimiento que el intendente manipule las fuerzas públicas, y eso es un hecho gravísimo”, apuntó.
Ayende admitió que la relación con el intendente “nunca fue buena” porque, según dijo, “intentó destruir el municipio” al quitarle 15 funcionarios y maquinaria vial. “Quiso destrozar el municipio y no pudo, o sea, me sacó 15 funcionarios, me culpaban de malos tratos hacia la gente, mandó un abogado para que hablara con los funcionarios acusándome de malos tratos, y nunca se hizo una investigación administrativa; es horrible trabajar así, con un intendente que aplica políticas dictatoriales hacia todos los municipios del departamento”, lamentó.
la diaria se comunicó con Olivera para esta nota, pero no obtuvo respuesta.