En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Democracia, este viernes tuvo lugar el conversatorio “Democracia en Uruguay: importancia y rol de los partidos políticos”, organizado por la presidencia de la Cámara de Senadores. En el evento, en el que participaron dirigentes de todos los partidos políticos con representación parlamentaria, se habló de la salud que gozan actualmente los partidos y se plantearon algunos desafíos a resolver como avanzar en la eliminación de la subrepresentación de las mujeres y que los representantes garanticen “aptitud e idoneidad” cuando se discuten temas de interés público.
“Nos tenemos que exigir más cosas que creo que le harían bien al debate democrático”, dijo el diputado colorado Ope Pasquet, quien remarcó como una necesidad que “así como es legítimo y necesario que respetemos las opiniones, creo que es saludable que empecemos a respetar los hechos”. Señaló que los hechos son “verificables” y “no puede ser que pase, como pasa todos los días acá, que cada uno sale afirmando su versión de los hechos”. En ese sentido, señaló que en muchos casos los legisladores tienen “versiones absolutamente contradictorias” y eso repercute en que “la gente al final no sabe lo que está pasando”.
Para Pasquet, otro aspecto a mejorar es garantizar la “competencia e idoneidad” de los representantes para hablar de los temas de interés general. “Creo que no siempre damos buenos ejemplos en esa materia y que el debate mejoraría mucho si lográramos mostrar aptitud e idoneidad cuando discutimos temas de interés público. El sistema político necesita competencia en la gestión e idoneidad”, señaló.
Veronica Piñeiro, vicepresidenta del Frente Amplio, destacó la “buena salud” que gozan los partidos políticos, pero llamó a prestar atención sobre algunas “sombras”. “No es admisible una democracia que subrepresente a las mujeres como lo hace la democracia uruguaya”, sostuvo, y agregó que hace una década que Uruguay arrastra “indicadores paupérrimos de mujeres en la política”. También señaló que es necesario avanzar en la regulación del financiamiento de los partidos, porque si no el sistema se enfrenta a “ir perdiendo credibilidad y seremos más permeables a la corrupción y al crimen organizado”.
Advirtió que la “democracia siempre ha sido cuestionada” y que mientras “en el pasado se la cuestionaba de manera directa y abierta, ahora no es cuestionada directamente pero sí es socavada a partir de prácticas cotidianas de diversos actores políticos y es desafiada por organizaciones criminales”. Sostuvo que “desde la izquierda” se pagó “con sangre el haber perdido la democracia” y lamentó “la falta de reconocimiento de estas brutalidades como crímenes perpetrados contra toda la sociedad”, lo que consideró como “una de esas prácticas que socavan la democracia”.
En tanto, Pablo Iturralde, presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional, valoró algunas características de la política partidaria y destacó la “convivencia democrática que tenemos”. “Tenemos que sentirnos muy orgullosos del diálogo que tenemos entre el gobierno y la oposición. A mí me enorgullece poder hablar con Fernando Pereira, creo que eso es lo mejor que tiene este país”, expresó.
Los indicadores de apoyo a la democracia
En el último informe de la Corporación Latinobarómetro de Chile, Uruguay volvió a posicionarse como uno de los países de la región que más apoyan a la democracia. En el estudio, que abarcó a 17 países de América Latina, se identificó una disminución de 15 puntos porcentuales en el apoyo a la democracia desde 2010 a 2023 (de 65% a 48%, respectivamente). En el caso de Uruguay, que lidera el ranking, 70% prefiere la democracia a cualquier otra forma de gobierno. En segundo lugar le sigue Argentina (62%) y en tercer lugar, Chile (58%).
En cuanto a la indiferencia sobre el tipo de régimen político, el estudio registró un aumento entre 2020 y 2023 en 12 países; Uruguay es uno de los países donde creció ese indicador, un 5%.
Por otra parte, Uruguay supera el promedio regional de satisfacción con la democracia, que es 28%, y alcanza 59%, ubicándose como el segundo país más conforme con el sistema, por debajo de El Salvador, que registró 64%. En esa línea, también es el país donde mayor porcentaje de ciudadanos creen que sin partidos políticos no es posible la democracia (62%) y opinan que estos funcionan bien (38%).
Asimismo, tan sólo 9% de la población apoya al autoritarismo, posicionándose como el país con menor adhesión a esta opción. Por otra parte, 71% de la población “no apoyaría en ninguna circunstancia un gobierno militar”.