El presidente Luis Lacalle Pou brindó este martes de noche su primera entrevista luego del discurso que dio el sábado ante la Asamblea General, en el informativo Telenoche, de Canal 4.

En esa instancia, el mandatario fue consultado acerca de lo que había dicho durante la campaña electoral de 2019, cuando se definió como “garantía de transparencia”, y se le recordó que es una de las áreas en donde menos se cumplió lo prometido en el documento Compromiso por el País: fortalecer los organismos de control, por ejemplo.

El presidente contestó que crearon la Agencia de Monitoreo y Evaluación de Políticas Públicas (dentro de la ley de urgente consideración), que para el gobierno “era importantísimo”, y cambiaron “el sistema de compras”. Agregó que en un año se le dio una “partida extraordinaria” a la Junta de Transparencia y Ética Pública, pero consideró que “debería haber sido todos los años”.

“Se han hecho cosas, quedan cosas por hacer. Sin perjuicio de lo cual, y esto obviamente es subjetivo, suscribo en mi conducta y en mi forma de ser que soy garantía de transparencia. ¿Quiere decir –y sería tonto si aquí lo afirmo, con algunos sucesos que ha habido– que no va a pasar nada? No, ha pasado. Lo que sí estoy seguro es que ninguno de ustedes puede discutir que la forma en la cual ha reaccionado este gobierno ha sido contundente, y no ha tenido una defensa a ultranza cuando de alguna manera algún funcionario se ha equivocado”, sostuvo.

Lacalle Pou agregó que “este gobierno, cuando ha habido un error, ha modificado no sólo la conducta, sino que ha reemplazado a algunos funcionarios, cosa que todos acá sabemos que en el gobierno pasado se los defendía, y eso es un cambio sustancial en la forma en que se abordan los temas que hacen a la transparencia de un Estado”.

En ese sentido, el presidente fue consultado por algunos de los casos polémicos y más sonados de su gobierno, como el pasaporte tramitado para el narcotraficante Sebastián Marset, los cargos de confianza designados en la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande y los varios delitos por los que fue preso su exjefe de seguridad Alejandro Astesiano. El presidente subrayó que hay que “separar bagre de tararira” y sostuvo que “obvio que hay autocrítica” sobre esos casos. “Aunque me gusta estar informado de todo, a veces te quedás con ese sabor de decir ‘tendría que haber estado un poco más informado, porque quizás algunas de esas cosas no pasaban’”, reflexionó, aunque no quiso aclarar específicamente a qué casos se refería.

Además, el mandatario dijo que algunas personas “se están comiendo un garrón gigante”, en particular relacionadas al caso Marset, porque “no quedaba otra que otorgar el pasaporte, de acuerdo a las reglas jurídicas de nuestro país”. “Entonces, yo creo que ahí realmente algunos exgobernantes se comieron un garrón, no me cabe la menor duda”, insistió, y señaló que específicamente se refería a su exasesor Roberto Lafluf, porque “si hay alguien que no la comió ni la bebió, fue él”. Consultado sobre si no hubo eliminación de pruebas en el caso Marset, como denunció la exviceministra Carolina Ache en la Fiscalía, Lacalle Pou dijo que está “tranquilo de que Roberto Lafluf, o algún otro que participó, actuó de acuerdo a la ley”.

Nuevo embajador en Venezuela

Por último, el presidente fue consultado sobre por qué decidió mantener un embajador de Uruguay en Venezuela luego de la renuncia de Eber da Rosa en ese cargo. Contestó que la embajada no es el vínculo de Uruguay con el presidente Nicolás Maduro, sino “con el pueblo venezolano”, que espera “que tenga un gobierno democrático”.

“¿Por cada gobierno que no te guste sacás la embajada? Es más, me atrevo a decir que donde más complejo está, más presencia nuestra”, subrayó Lacalle, y negó rotundamente que pensara en no designar a un nuevo embajador. Consultado sobre quién será el sucesor de Da Rosa, contestó que “una persona de carrera”, pero no quiso dar un nombre. “No hay mucha gente que saque número y haga fila para ir a Venezuela, ¿no? Se complica conseguir”, finalizó.