“No es una guerra, es un genocidio” y “¡Alto el fuego!” eran algunos de los mensajes que se podían leer este miércoles de noche en la explanada de la Intendencia de Montevideo en los carteles que sostenían manifestantes convocados por la Coordinación por Palestina, que nuclea a varias organizaciones sociales y sindicales, como el PIT-CNT, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay y la Federación Uruguaya de Cooperativas por Ayuda Mutua (Fucvam). Al igual que en la última marcha masiva que hubo por Palestina, la proclama pidió el cese de las relaciones diplomáticas con Israel por “violar mil veces el derecho internacional humanitario”.
La convocatoria fue para las 18.30 y de a poco se fue sumando gente, hasta que una hora después la marcha se desplazó a paso lento pero firme hacia la plaza Independencia, con más de dos cuadras colmadas de gente. En la explanada municipal estaba el senador del Frente Amplio Óscar Andrade, quien, al ser consultado por la prensa sobre el motivo de su presencia, contestó que “es imposible no conmoverse ante una situación de la naturaleza de la que está pasando el pueblo palestino”, ya que “hay más de 35.000 personas asesinadas, la mitad de ellos niños”. “Hace tiempo ya que la comunidad internacional tendría que haber reaccionado con más fuerza. El reclamo del alto al fuego es un reclamo que es de humanidad. No es solo de solidaridad con el pueblo palestino: es de humanidad”, insistió.
Además, el senador preguntó quién puede pensar “que asesinar a 15.000 niños es derecho a la defensa”, como alega Israel, y enfatizó en que es “absurdo” pensar que “es una práctica lógica asesinar 15.000 criaturas”. Andrade agregó que sabe “que en el fondo de esto hay intereses siempre geopolíticos”, que terminan derivando “en que, cuando pasemos cuentas, va a haber ganadores y perdedores, y seguramente entre los ganadores estén la industria armamentista, y cómo esto genera lógicas de volver al incremento de las armas y a querer resolver conflictos geopolíticos y de recursos naturales vía cañonazos”. “Pero los que mueren son los pueblos. En este caso lo que hay es claramente una masacre que tiene que parar ya”, finalizó.
“No es una guerra”, sino “un genocidio”
Al final, bien entrada la fría noche, ya en la plaza Independencia, frente a la Torre Ejecutiva, en donde había más presencia policial que de costumbre, se leyó la proclama por parte de los voceros de la coordinadora, Ruben Benítez (de Fucvam) y Adriana Vaselli (de Servicio Paz y Justicia). En la lectura se subrayó que mayo para el pueblo palestino es el mes de la memoria de la Nakba o la Catástrofe, que implicó “la destrucción de más de 500 localidades palestinas, el asesinato de 15.000 personas, la expulsión forzada de 750.000 personas de sus hogares y tierras, a las que nunca más se les permitió regresar”.
En la proclama se señaló también que hasta el día de hoy “esos crímenes no sólo continúan impunes sino que tampoco han sido reconocidos por los perpetradores”, y “muchos de ellos se convirtieron en ministros y presidentes del flamante Estado de Israel, implantado sobre las ruinas de Palestina”. Vaselli subrayó que reclaman “el derecho al retorno de toda la población palestina refugiada”, y sostuvo que “el movimiento sionista, surgido en Europa a fines del siglo XIX, se propuso conquistar Palestina, deshacerse de sus habitantes árabes y sustituirlos por los colonos traídos de todo el mundo”.
“En ese proyecto colonial y racista nunca hubo ni hay lugar para la población palestina, por eso la Nakba no es un hecho del pasado sino un proceso continuo de despojo, colonización, apartheid y genocidio” que hoy tiene su “capítulo más sangriento y devastador”, afirmó.
Vaselli agregó que lo que está pasando en Gaza “no es una guerra contra Hamas”, como se plantea desde el gobierno israelí, “sino un genocidio contra todo el pueblo palestino”, y la mayoría de los presentes aplaudió. Luego de pedir por el fin de la “impunidad”, exigió “sanciones para Israel, por violar mil veces el derecho internacional humanitario”.
Por su parte, Benítez subrayó que con esta marcha también denuncian “la ofensiva del sionismo, en Uruguay y en todo el mundo, para silenciar y criminalizar a quienes denuncian el genocidio”. Con referencia a la reciente polémica por la participación del politólogo Alberto Spektorowski en una actividad sobre laicidad en la Universidad de la República (Udelar), agregó que defienden “la autonomía y el cogobierno” de la Udelar, pero consideran que “negar o justificar un genocidio no es libertad de expresión” y “tampoco lo es reescribir la historia”.
El vocero dijo que “las máscaras han caído y el régimen criminal de Israel ha quedado al desnudo en toda su crueldad y sadismo despiadado”, por lo tanto, “ya no van a poder imponer su relato falaz y victimista”. “Esto no empezó el 7 de octubre, la violencia de los oprimidos no es causa, sino respuesta a la violencia anterior, estructural y mucho mayor del opresor, y no hay peor terrorismo que el que practica el Estado de Israel desde hace siete décadas con todo el pueblo palestino”, señaló.
Por último, ambos voceros leyeron al mismo tiempo el tramo final de la proclama, pidiendo “sanciones y ruptura de todo tipo de relaciones con Israel”. “¡Viva Palestina, libre y soberana!”, exclamaron.