El gobierno actual y el que asumirá a partir del 1º de marzo observan con cautela las resoluciones y los discursos del flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en materia de política comercial. No se trata solamente de las decisiones concretas que tome la nueva administración, sino también de las señales políticas. Esto puede impactar en el clima del comercio global y en las decisiones de otros países.

Por la elección de su equipo de gobierno en esta área, Trump parece haber dejado claro que materializará su discurso proteccionista en acciones. Tanto en el Departamento de Estado como en el Departamento de Comercio, el nuevo presidente designó a funcionarios conocidos por sus posturas proteccionistas, como el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer.

“Hay que ver realmente cuáles son los siguientes pasos. En donde hay que poner atención es en las dinámicas proteccionistas que se pueden llegar a generar, más que nada por el impacto indirecto que puede existir. Muchos países cuando aumentan las medidas proteccionistas en estos contextos tienden a hacerlo con medidas generales para no entrar en una confrontación bilateral. Y estos espirales de proteccionismo no son buenos nunca”, dijo a la diaria el vicecanciller Nicolás Albertoni.

Las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores que asumirán sus cargos el 1º de marzo resolvieron por el momento no dar entrevistas, pero una fuente del gobierno electo de Yamandú Orsi opinó en diálogo con la diaria que con la asunción de Trump “el mundo del comercio deja la etapa más diplomática o de negociación y pasa a la ley de la selva”. “Eso siempre es una mala noticia para países como nosotros”, “intentaremos que no nos apliquen medidas”, apuntó. De todos modos, señaló que si se observan las órdenes ejecutivas firmadas hasta el momento por el presidente estadounidense, por ahora no hay medidas concretas en materia de aranceles: “Digamos que renovó las amenazas en las órdenes ejecutivas, pero no estableció medidas”.

Para Albertoni, ante el nuevo gobierno de Trump, Uruguay debería “seguir potenciando el mensaje de que es un país que comparte muchos valores defendidos históricamente por Estados Unidos, como son la defensa de la democracia y los derechos humanos. Y que para seguir desarrollándonos necesitamos más mercados”. Sobre posibles impactos negativos, consideró que “no hay razones para pensar que exista un ánimo de afectación a un país como Uruguay, todo lo contrario”. “Y si surgen medidas que afecten por políticas genéricas que se puedan implementar, habrá que remangarse e ir a tocar la puerta nuevamente”, apuntó. “Se vienen tiempos en los que se necesitará ya no sólo una política comercial dinámica, sino anticipatoria. Es decir, no se puede esperar que la medida nos afecte para despertarnos, hay que anticiparse. Y para eso se necesita mucha inteligencia comercial a todos los niveles”, agregó.

La fuente del gobierno electo consultada recordó que “el gran mercado” de Estados Unidos para Uruguay hoy es en materia de servicios globales, en tecnologías de la información. “Ahí el mercado está abierto, y la eventualidad de que se cree algún tipo de impuesto a quien provea servicios a distancia es un problema. Te lo resolvería algún tipo de acuerdo de doble tributación que no tenemos con Estados Unidos”, señaló. Recordó que Estados Unidos le ha ofrecido en varias oportunidades a Uruguay firmar un acuerdo de este tipo, pero no se ha concretado por resistencias en el sector exportador uruguayo.

Milei y su propuesta de firmar un TLC con Estados Unidos

Esta semana, el presidente de Argentina, Javier Milei, expresó su voluntad de que su país firme un tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos. “En estas condiciones nosotros podemos avanzar en mayores acuerdos comerciales con Estados Unidos, de la misma manera que estamos avanzando con China”, declaró a radio Rivadavia. Dijo también que si el Mercosur se opone, Argentina dejará el bloque, aunque consideró, en diálogo con la agencia Bloomberg, que “hay mecanismos” en el Mercosur que permitirían el acuerdo. “Así que creemos que se puede lograr sin tener que abandonar lo que se tiene el Mercosur”, acotó.

Milei afirmó que “Argentina ha decidido volver a integrarse al mundo y para eso hay que avanzar en tratados de libre comercio, abrir la economía, y el Mercosur no puede ser una traba”.

Consultado al respecto, Albertoni consideró que esta voluntad del gobierno argentino no debería ser motivo de una ruptura del Mercosur. “⁠No habría razón para pensar eso. Creo más bien que podría ayudar a sincerarlo. Si dos países concuerdan con cerrar un acuerdo y el resto entiende que no es el momento, no se tiene por qué limitar la soberanía comercial del que quiera avanzar”, argumentó, en línea con lo que ha sido el reclamo del gobierno uruguayo en relación con el acuerdo comercial con China.

Por su parte, la fuente del gobierno electo consultada opinó que no ve a la administración Trump firmando acuerdos comerciales de este tipo “con nadie”. “No veo a la administración de Estados Unidos aceptando esta propuesta, pero bueno, en el caso de que suceda que sí, eso necesita el OK del Mercosur, y que Argentina se vaya del Mercosur no parecería ser una amenaza muy creíble, por el sector industrial argentino. Si Brasil le retira todas las preferencias a Argentina en los productos industriales, es un verdadero caos”, analizó.