La Junta Departamental de Salto aprobó en la noche del lunes el proyecto de fideicomiso de 60 millones de dólares a pagar en 20 años presentado por la intendencia del coalicionista Carlos Albisu. Según ha declarado públicamente el jefe departamental, el financiamiento estará destinado a saldar deudas que tiene la intendencia y el resto será volcado a obras de infraestructura.
El proyecto requería de una mayoría de 21 votos de un total de 31 ediles. Luego de intensas horas de sesión con debates caldeados, logró 22 votos afirmativos, incluidos cuatro ediles fuera de la Coalición Republicana –actual oficialismo–; se trata de dos edilas del Frente Amplio (FA) adheridas al sector del exintendente Andrés Lima, entre ellas Analía Fernández, actual esposa de Lima, y otros dos ediles electos por el FA, pero que se declararon independientes.
La sesión transcurrió con dificultades, con cuartos intermedios e incluso con el ingreso de la Policía al recinto. Desde las afueras del propio edificio, y dentro también, se hicieron presentes exmilitantes de Lima, que acusaron de “manga de traidores” al sector y afirmaron que “son peor que Albisu”. A la propia edila Fernández la calificaron de “inmundicia” cuando acompañó la aprobación del fideicomiso, según videos difundidos por Espacio Ciudadano 360.
Negociaciones entre la Coalición Republicana y ediles del FA
“Nosotros creemos que es fundamental; la gente el 11 de mayo eligió un cambio de rumbo en el departamento. El departamento tiene una deuda de infraestructura enorme con la sociedad, con los salteños, y creemos que garantiza que ese cambio se pueda ver plasmado y empecemos a pensar en otras cosas”, aseguró a la diaria el edil por la coalición –y del sector de Albisu– Facundo Marziotte.
Para lograr la aprobación, Marziotte declaró que se realizaron negociaciones con ediles individualmente, lo que resultó en “un documento que tiene algunos parámetros fundamentales”. En este documento se destacan algunas obras puntuales que son producto de la negociación directa con estos ediles. “Por ejemplo, uno es una piscina, que es un reclamo histórico del pueblo Belén, y uno de los ediles del FA lo solicitó”, dijo el edil de la coalición.
Respecto de las tensiones en la sesión, Marziotte expresó que son “cosas que no compartimos, que repudiamos”. “Nosotros lo preveíamos, porque algunos nos anunciaban que podía pasar eso”, agregó. “Creo que ningún edil merece estar presionado y menos a los gritos y de pesado. Entonces, no podemos contemplar eso, no porque sean en este caso los que votaron lo que nosotros entendimos que es la mejor opción para Salto, sino nadie”.
“Parece que era una cuestión llamada por alguno que quiso entorpecer o ensuciar la cuestión. En definitiva, todo salió como debía, con la seguridad que tenían que tener los ediles. Con un mal rato y un mal trago para algunos, pero bueno, cada uno define de qué manera quiere cuidar la democracia. Para nosotros no es esa la forma”, finalizó Marziotte.
Edila del FA Manuela Mutti: “Fue un antes y un después”
Una vez que ingresó el proyecto a la Junta, “empezamos a discutirlo en el FA y a darnos cuenta de que esa propuesta de endeudamiento no contenía dentro una proyección del crecimiento de la intendencia; inclusive los números que tenía proyectados los basaba en el presupuesto anterior, y a su vez era un presupuesto que se había modificado, debido a que tuvimos en estos meses el despido de 290 funcionarios de la intendencia”, explicó a la diaria la edila del FA Manuela Mutti.
“El plan de obras a nosotros nos fue comunicado de forma verbal por parte de la intendencia, sin plantear un estimativo de lo que costaba cada obra, y sin contar con los ingresos por el Fondo de Desarrollo del Interior que aportó la Oficina de Planeamiento y Presupuesto”, dijo Mutti. Y agregó que “ante todas esas incertidumbres, el FA hizo un análisis y nuestro plenario, después de cinco reuniones de la Mesa Política, termina resolviendo por 46 votos contra un voto solamente, no votar este endeudamiento si no se presenta previamente el presupuesto departamental”.
“En ese momento, y durante todo este proceso, ninguno de los ediles de Lima planteó discrepancias con no votar el endeudamiento, ninguno; algunos se expresaron en la postura de no votar el endeudamiento justamente”, mencionó Mutti.
La edila frenteamplista manifestó que el día de la sesión manejaban rumores de que habían existido negociaciones con ediles de manera individual, de que “habían estado algunos ediles por su cuenta negociando de forma paralela a la bancada y que habían estado reunidos en la intendencia con el intendente”. “Incluso la prensa nos llamó en un momento para decirnos que la bancada del FA había presentado una propuesta de fideicomiso el día anterior a esto. Nosotros les aclaramos que no, que el FA como bancada no presentó ninguna propuesta alternativa de un endeudamiento”, agregó Mutti.
Ya en el momento de declarar el voto, Mutti contó que “Eduardo Varela Minutti –edil electo por el FA, pero que se declaró independiente–, que había sido director de la intendencia de Lima en Juventud y Deporte, vota junto con la coalición la propuesta de endeudamiento, porque le habían dicho que iban a hacer una piscina en Belén, lo cual aclaro que no está escrito en ningún lado de la propuesta de fideicomiso, y se excusa tras esa piscina”, “desobedeciendo lo que fue declarado como asunto político por amplia mayoría en un plenario del FA”.
“La gente que estaba fuera de la Junta Departamental reunida, muchos exmilitantes de Lima se concentraron sabiendo que había algún tipo de acuerdo político de la gente de Lima. Realmente ahí se generó una situación bastante desagradable porque estaba la gente desconsolada afuera gritando”, comentó Mutti.
Ante estas posturas de no seguir la decisión del plenario del FA, Mutti señaló que la Mesa Política departamental del FA está evaluando y analizando la situación, y “se tomará la resolución; al ser de asunto político, posiblemente esto se envíe a la Comisión de Ética para que se expida, pero creo que la condena más grande en este momento es la condena social, de los militantes del FA y de los militantes de Lima”. “Yo creo que fue un antes y un después para quienes depositaron durante todos estos años confianza en él”, acotó.