En el marco de una visita oficial a Bruselas, el canciller uruguayo, Omar Paganini, aseguró que poder “firmar y hacer funcionar” el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur —de alguna forma— en la actualidad, “es una señal fuerte para el mundo”.

“800 millones de personas, en un mercado que se forma, apuestan al comercio basado en reglas, apuestan a un acuerdo a largo plazo y al cumplimiento de los compromisos, además países que creen en la democracia, en los derechos humanos, en la libertad de las personas”, apuntó Paganini en una entrevista con la agencia Efe, y consideró que el acuerdo “es una alianza muy interesante en un mundo que está rompiendo muchas reglas que hasta ahora nos parecían muy importantes”.

El 6 de diciembre de 2024, en el marco de la LXV Cumbre del Mercosur realizada en Uruguay, se anunció el acuerdo técnico por el tratado de libre comercio entre la UE y el Mercosur.

Sin embargo, a pesar de que el acuerdo alcanzado en diciembre significó el cierre de un proceso de negociaciones de 25 años, la firma del acuerdo aún está sujeta a que los parlamentos de ambos bloques lo ratifiquen. En el caso del Mercosur, debe ser aprobado por los cuerpos legislativos de todos los países miembros. En la UE lo debe hacer el Parlamento Europeo, y luego se somete a votación en el Consejo Europeo que integran los presidentes y primeros ministros del bloque.

En ese marco, Paganini y la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, viajaron a Bruselas para reunirse con jerarcas de la Comisión Europea, así como con parlamentarios del bloque, y tal como indicó un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, hacer un seguimiento del proceso que sigue en Europa en cuanto al acuerdo, y “transmitir el fuerte apoyo de Uruguay a la ratificación del texto acordado en la Cumbre del Mercosur de Montevideo”.

De esa forma, en la entrevista con la agencia de noticias, Paganini manifestó el interés del gobierno uruguayo en que “esto avance” así como de “entender la situación en Europa”, las preocupaciones, “poder conversar sobre ellas y transmitirles también los puntos de vista nuestros”.

El principal opositor a la firma del acuerdo es Francia, con el presidente Emmanuel Macron a la cabeza, por entender que la alianza comercial no garantiza “condiciones justas de competencia para nuestros agricultores”, según expresó en noviembre del año pasado la ministra de Agricultura, Annie Genevard.

Sobre estas preocupaciones, Paganini señaló que cree que están previstas las “salvaguardas suficientes” para que no se generen daños en los sectores que —según entienden— “tienen preocupaciones legítimas” que “además tienen otras exigencias que cumplir” y “al final el sector agrícola se siente demasiado sobrecargado de temas”. “Creo que el Mercosur simbólicamente puede ser un problema para ellos, pero en la realidad no lo va a ser”, afirmó.

A su vez, consultado por Efe sobre la economía global y su vinculación con la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump de imponer aranceles a sus socios, Paganini respondió que hoy “estamos viendo una aceleración del proteccionismo” con el uso de las tarifas “más allá de objetivos económicos, incluso para objetivos geopolíticos”, lo cual es “contrario” a lo que países como Uruguay “defendemos”.

“Nos parece que es bueno que los acuerdos se respeten y que haya reglas a largo plazo, y que el mundo vaya evolucionando al funcionar basado en reglas, basado en acuerdos”, continuó y remarcó: “Cuando vemos cómo se rompen acuerdos, se amenaza con tarifas y demás, obviamente que nos preocupa a todos, esa no es la posición del gobierno uruguayo”.

En ese sentido, opinó que en el contexto mundial actual, para el Mercosur y para Europa “es muy importante fortalecer nuestras alianzas” y “poder apostar juntos a un crecimiento a largo plazo basado en los valores que nosotros creemos”, los cuales son “valores del comercio libre, de las reglas de juego estables, del cumplimiento de los acuerdos, de la defensa de la democracia y de los valores que tenemos juntos desde hace 500 años”.