El canciller Mario Lubetkin, que asumió formalmente este miércoles la conducción del Ministerio de Relaciones Exteriores junto con la subsecretaria Valeria Csukasi, defendió su cuestionada postura sobre no reconocer a ninguno de los dirigentes venezolanos que se adjudican la presidencia tras las elecciones del 28 de julio de 2024, ni a Nicolás Maduro ni a Edmundo González Urrutia.

“Tampoco podemos ser la Corte Electoral de Venezuela”, dijo Lubetkin al ser consultado sobre si no reconocer al expresidenciable de la oposición es legitimar a Maduro. El canciller consideró que Uruguay no es “nadie para decir ‘usted, señor, ganó las elecciones’, como hace una Corte Electoral”, si bien “la mayoría de los uruguayos estamos de acuerdo en que eso [las elecciones] no se puede reconocer” porque hubo “falta de componentes democráticos”.

Lubetkin argumentó que la nueva postura de Uruguay sobre González Urrutia va en línea con el resto de los países, porque “no pasa de seis” de un total de 194, la cifra de estados que formalmente apoyan como presidente al opositor venezolano, por lo que “es un problema de la oposición venezolana que consiga más apoyos en esa dirección”.

En ese sentido, el canciller recordó a Juan Guaidó, el opositor venezolano que en 2019 se autoproclamó “presidente encargado” de Venezuela tras desconocer los resultados de las elecciones. “¿Qué pasó con la comunidad internacional? Inmediatamente pasó un crecimiento de reconocimiento sobre la figura de Guaidó. ¿Dónde está Guaidó? Además de las acusaciones de robo de fondos de los que le dio Estados Unidos, acusado por Estados Unidos”, cuestionó Lubetkin, y aclaró que no compara a Guaidó con González, pero “es el escenario venezolano”.

“Estamos solamente haciendo lo que la comunidad internacional hace”, reafirmó el ministro, y desestimó que su postura sea “lavarse las manos”, ya que tanto la oposición uruguaya como el oficialismo venezolano lo “atacaron durísimo”: “Si te atacan es porque no te lavás las manos”, sostuvo. “Basta de leer las cosas en función del escenario uruguayo y olvidarse del mundo. Caemos en el ridículo. Creo que eso es lo que hay que evitar”, aseveró Lubetkin.

Sobre el lugar que ocupa el tema de Venezuela en las prioridades de la cancillería, Lubetkin dimensionó que “ayer, en el inicio de mi gestión formal, no hablé de Venezuela. Y ahí está la respuesta. Todo lo que hablé ayer es donde están nuestras prioridades”.

Sin embargo, afirmó que no son “insensibles” a la situación, pero está claro que Venezuela no “mueve la perspectiva de captación de inversiones del exterior, de aumento de fuentes de trabajo en este país, de desarrollo tecnológico de la innovación, que son nuestras preocupaciones en este país”.

“La parte que nos preocupa de Venezuela es que si no hay suficiente estabilidad en la región, no podemos llevar adelante lo que tenemos que llevar adelante. Y efectivamente todo lo que gira alrededor de Venezuela, más que estabilidad, genera inestabilidad”, consideró el canciller.

Acerca de los uruguayos que residen en Venezuela y los venezolanos que están en Uruguay, Lubetkin afirmó que sus problemas, que no tienen dónde resolverlos porque las embajadas están cerradas, son la “zona de emergencia”. El ministro afirmó que la embajadora en Venezuela está en Uruguay “esperando qué hacer” y se refirió a la situación de “embajadas cerradas pero sin ruptura de relación diplomática” como una “cosa tan extraña que yo no vi en ninguna parte del mundo”.

Lubetkin afirmó que el objetivo 2025 sobre Venezuela es encontrar una forma diplomática para que “los venezolanos aquí estén protegidos y los uruguayos en Venezuela estén protegidos”, y para eso hay dos aspectos fundamentales: “Tener diálogo con el gobierno venezolano y tener diálogo con la oposición venezolana”.