“Si me preguntabas un año atrás si pensaba ser intendente, no estaba en mi horizonte”, dice el diputado Emiliano Soravilla en su despacho del edificio anexo del Palacio Legislativo, en el que se puede ver una reluciente amatista tamaño familiar –aunque aclara que no es de las más grandes–. Soravilla dejará de ser diputado en julio para asumir como intendente de Artigas. Hace un año no estaba en sus planes ser candidato porque todas las fichas de la agrupación Artigas Adelante (2525), del Partido Nacional (PN) –liderada por el exintendente Pablo Caram–, estaban puestas en la exdiputada Valentina dos Santos, pero en junio de 2024 fue condenada por usurpación de funciones y el directorio blanco no le permitió usar el lema del PN, así que en los hechos le prohibió candidatearse. Entonces, el candidato de la agrupación fue Soravilla, que le sacó más de 20 puntos a Mateo Ayala, de Espacio 40; en total los blancos obtuvieron 10.000 votos más que el Frente Amplio (FA).

Soravilla tiene 37 años, es el más joven de los intendentes electos y, en entrevista con la diaria, subrayó que espera tener “bastante por delante” en su carrera política. “Quiero hacer un gobierno de cinco años que sea bueno, y eso puede llegar a ser la base de una futura intendencia de Valentina, mía o de quien venga después”, señaló.

¿El resultado de la elección en Artigas era el que esperabas en números?

Sí, la votación que tuvimos reflejó nuestra pretensión. Obviamente que el PN en general tuvo una menor votación en comparación con 2020, pero las circunstancias son distintas: cambió el gobierno nacional y nuestras candidaturas también cambiaron. Pero la gente de Artigas supo reconocer las dos gestiones anteriores y el resultado electoral refleja esa realidad.

Individualmente, obtuviste aproximadamente 18.000 votos, mientras que en 2020 Caram tuvo 30.000. ¿No pueden haber influido las condenas de la Justicia que cayeron sobre Caram y Dos Santos?.

Puede haber una influencia, pero también hay que considerar que Pablo tuvo los 30.000 votos en su reelección, fue el primer intendente reelecto de la historia de Artigas. En su primer mandato la gestión fue excelente, hizo toda la transformación en infraestructura del departamento, estaba en un momento cúspide a nivel electoral, algo que es difícil de repetir. Pero, aun así, nuestra votación fue excelente para nuestra perspectiva.

Insisto: ¿no influyó el tema con la Justicia?

Sí, sin duda. Pudo haber incidido eso y que el candidato no era el que naturalmente habíamos programado. Nuestra agrupación se programó durante años para que fuera Pablo durante dos períodos y que después viniera Valentina, seguramente por dos períodos. Ese cambio en nuestra planificación y en cómo se fue construyendo políticamente la agrupación quizás haya incidido también. Y obviamente, la situación de las condenas y el hecho de que el propio Pablo no haya participado tan activamente en la campaña son cosas que inciden.

Hasta último momento tu agrupación insistió para que el directorio del PN habilitara a Dos Santos a que pudiera usar el lema blanco y así ser candidata. ¿Pensás que fue un error esa insistencia? Porque dentro del PN no cayó muy bien.

Valentina debería haber sido la candidata para poder tener una votación como la que tuvo Pablo. Es clarísimo: la gente de Artigas apoya a Valentina políticamente como candidata o como figura que gestiona y que resuelve problemas. Si el PN hubiese habilitado la candidatura de Valentina, podríamos haber tenido una votación similar o mejor que la que tuvimos ahora. No lo vamos a saber, no tenemos cómo medirlo exactamente, pero el apoyo a Valentina electoralmente está, porque hice toda la campaña con ella, anunciando que iba a ser la secretaria general [de la intendencia], y la gente votó a sabiendas. Si hubiesen querido tener otro resultado, hubiesen votado distinto.

En febrero, cuando anunciaste que Dos Santos iba a ser designada secretaria general de la intendencia si ganabas, la senadora blanca Graciela Bianchi dijo que “es una manera antiética de que ella tenga influencia en la intendencia” y “una manera oblicua de burlar la decisión del directorio”, que la inhabilitó a ser candidata.

Creo que no. Yo estoy facultado por el artículo 277 de la Constitución, como intendente tengo la potestad de designar a personas de mi confianza. Hoy Valentina es una ciudadana que tiene total libertad de ejercer cargos públicos; la Justicia nunca le impidió ejercer cargos públicos, no está en su condena. En la medida en que estoy facultado para hacerlo, entiendo que es una persona que me puede ayudar mucho en la gestión y que va a aportar lo suyo desde la gestión. Confío en que va a hacer el trabajo que espero que haga desde la función de secretaria general, porque no hay que confundir los roles.

¿No puede haber dudas sobre quién va a ser realmente el intendente, si vos o ella?

Dudas puede haber; la respuesta la vamos a tener un tiempo después. Quizás dentro de un año yo te pueda responder o tú me puedas dar una evaluación. Ser intendente es la responsabilidad política más importante de un departamento, y en mi caso la tomo como la mayor responsabilidad que he tenido hasta el momento. No pienso ceder ni amputarme ninguna potestad, hay que tener claro que el intendente es el primer y último responsable de todas las decisiones que se toman en la intendencia. No voy a dejar que Valentina ni nadie pase por encima de esa responsabilidad, porque voy tener que responder yo.

La Intendencia de Artigas tiene cerca de 1.500 funcionarios, y la de Montevideo, 8.500. Si calculamos la proporción cada 10.000 habitantes, Artigas tiene el triple de funcionarios. ¿No tiene demasiado peso en el empleo la comuna de Artigas? Eso genera que la gente dependa de ella para trabajar.

Esa es una realidad que también está en otros lugares del país. Históricamente, en el interior la intendencia era el resguardo laboral de gente que no accedía a otras oportunidades. Es verdad que la intendencia puede trabajar y funcionar eficientemente con menos funcionarios, pero habría familias del departamento que quedarían sin oportunidad. Eso es algo que se fue dando históricamente, no hubo un salto cuantitativo desde que nosotros asumimos hasta ahora. Cuando ingresó el FA, en el mandato anterior a nosotros [2010], puso 400 personas. Es una realidad que quizás hay más funcionarios municipales de los que se necesita, por eso cuando ingresamos a la administración siempre hacemos planes de retiro incentivado.

Fuiste secretario general de la administración anterior, de Caram. ¿No estuviste al tanto de lo que pasó con las horas extras?.

El problema que hubo en la Intendencia de Artigas con las horas extras se dio con una funcionaria puntual, de Recursos Humanos, que terminó con las condenas que sabemos. Quizás era la única funcionaria que tenía la posibilidad de hacer lo que hizo, digitarse horas extras sin descontar su horario laboral normal. De eso, por supuesto, no teníamos conocimiento. Cuando surgió el recibo, que se le dio difusión, dispusimos una investigación administrativa y esta determinó que había que pasar las actuaciones a la Fiscalía, porque había visos de que se podía estar cometiendo un delito. Previo a eso, también hubo denuncias del FA y del Partido Colorado [PC]. Después hubo denuncias de otros funcionarios, y todavía están en curso la investigación administrativa y la denuncia en la Fiscalía. Después de eso, la intendencia empezó a tomar medidas de prevención, protocolos que antes no estaban sistematizados, que hoy hacen que sea imposible hacer lo que hizo esta persona. Y ahora pienso crear una unidad de auditoría interna, con un equipo técnico que ejerza el contralor de los distintos procesos, no solamente en materia de horas extras y viáticos, también en proceso de compras.

El 7 de mayo, el Tribunal de Cuentas publicó un informe con la auditoría sobre el programa Vale Emprender, de Dos Santos. Allí se consigna que “se constató la ausencia de información detallada sobre los ítems entregados y los importes a los que fueron adquiridos”, entre otras falencias.

La auditoría la pidió la Junta Departamental [de Artigas] el año pasado, cuando empezó todo el tema de Valentina. El proyecto Vale Emprender era una manera de dar un pequeño empujoncito a distintos emprendedores del departamento para la salida del covid, porque realmente estaba complicada la situación. Se invirtieron unos 17 millones de pesos, distribuidos en 476 emprendedores, dando un promedio de unos 30.000 pesos por emprendedor. No se les daba dinero sino insumos, herramientas. Ese programa fue financiado por el Fondo de Desarrollo del Interior de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. La auditoría determinó que hubo algunas fallas. Por ejemplo, no quedaron con fotocopia de la cédula de los emprendedores, lo cual no quiere decir que no haya un registro: hay un registro de cada emprendedor. No se quedaron con fotocopia de la cédula, es un tema formal. La auditoría no dice en ningún lado que se desvió dinero.

¿Vale Emprender no es clientelismo? Porque no es explícito, pero en el fondo parece que la consigna fuera “te doy un electrodoméstico y me votás”.

Podemos hacer ese mismo razonamiento con las partidas que da el Mides [Ministerio de Desarrollo Social]. Creo que en la medida en que estás asistiendo, no con dinero, sino con una herramienta de trabajo… Puede terminar siendo clientelismo si la persona después te vota, pero no lo vamos a saber. No lo sabemos.

¿Cómo ves el caso de tu correligionario Guillermo Besozzi, el intendente reelecto de Soriano, que fue imputado por varios delitos contra la administración pública?.

En principio, es una persona que está formalizada, que va a seguir un proceso judicial y veremos el resultado. Pero también te puedo decir que políticamente, en pleno proceso judicial, Besozzi pasó por una consulta popular y la gente votó su gestión. Así que hay que respetar la voluntad de los ciudadanos, tanto en Artigas como en Soriano. A veces es difícil desde Montevideo interpretar lo que la gente está votando. Es lo que yo digo de Artigas: me han preguntado si no me parece que Valentina estando condenada... No le pareció a la gente de Artigas, los ciudadanos de Artigas votaron esto.

Si el FA pusiera en algún cargo a alguien que fue condenado, seguro desde el PN lo criticarían.

Desde el PN capaz que sí, yo no. Porque si no estaríamos hablando de que tengo que seguir condenando lo que la Justicia no condenó. A Valentina la condenaron con seis meses de libertad a prueba, sin inhabilitación para ejercer cargos públicos. Si la Justicia hubiese querido y hubiese entendido que esta persona no tiene ninguna posibilidad de ejercer un cargo público, lo hubiese establecido. ¿Por qué lo tengo que establecer yo? Lo mismo puede pasar con Besozzi.

La condena de Caram termina en octubre. ¿Luego va a tener algún cargo en la Intendencia de Artigas?

Es probable. Él todavía no me manifestó una intención de lo que piensa hacer cuando termine su condena. En un primer momento, pensaba retirarse definitivamente; después, estaba evaluando. Lo veré con él, pero de la misma manera que Valentina, si él entiende que tiene ganas de aportar, es una persona que puede aportar. También, como te decía al principio, desde el rol que le corresponda, subordinado a un intendente, que voy a ser yo.

¿Qué opinás del proyecto de ley para que el ingreso a las intendencias sea por concurso o por sorteo, que se aprobó en Diputados y ahora se tratará en el Senado?.

Lo mismo que opina la bancada y muchos de los técnicos a los que se ha consultado: el problema de ese proyecto es que puede violar la autonomía de las intendencias. Es un tema formal. Si tú me preguntas si estoy de acuerdo con que haya concursos o sorteos, sí, estoy de acuerdo. Creo que hay que trabajar un poco más en el proyecto, porque también hay dudas sobre la aplicación. ¿Qué pasa con la gente contratada hoy? El 80% de la gente que trabaja en la Intendencia de Artigas tiene un contrato con vencimiento: se vence el contrato de una persona que trabaja desde hace 20 años y la quiero recontratar, ¿tengo que hacerla pasar por un concurso? Todas esas situaciones quedan pendientes de revisar, qué va a pasar en los hechos.

Cuando el fallecido senador colorado Adrián Peña presentó esta iniciativa, en junio de 2023, el senador blanco Sergio Botana lo criticó y llegó a decir que era producto del “centralismo histórico del PC”. ¿Pensás lo mismo?

Creo que es un proyecto políticamente correcto. Obviamente, uno queda bárbaro tirando ese proyecto arriba de la mesa, pero después están los problemas de aplicación. Capaz que tratando de ayudar a la gente terminás perjudicando a los que ya están. Y después hay otra: los procesos de selección públicos son lentos. Mañana me llega maquinaria nueva –como va a llegar a la intendencia, porque se hizo toda la compra ahora–, preciso un buen maquinista para empezar a hacer obras y, si me meto a hacer un concurso, capaz que termino demorando un año en contratar.

¿Por qué creés que desde Montevideo algunos tienen una visión distinta de lo que sucede en la Intendencia de Artigas?

Porque no se conoce y se maneja de otra manera. Porque la Intendencia de Montevideo no es cercana a la gente como la Intendencia de Artigas. Porque la gestión en Artigas es totalmente distinta y es mejor que la de Montevideo. Entonces, no se conoce realmente cómo funciona; no digo Artigas, sino en general el interior, porque también sorprende muchísimo lo de Besozzi, pero allá es normal. Es un tema de cercanías, de cómo los gobernantes se vinculan con la gente, y en Montevideo es difícil que te encuentres todos los días con el intendente.

Pero el caso de Besozzi no es normal porque fue imputado por varios delitos.

No digo que sea normal, sino el vínculo con la gente. Él está siendo investigado por hacer gauchadas, por atender directamente a la gente, y eso es una realidad. En las ciudades del interior te cruzás con el intendente, charlás con él, vas al almacén y lo ves; en Montevideo quizás las figuras políticas están más alejadas de la gente, por eso no se entienden tanto esas cosas. O no te dan una solución pronta: si tenés un problema, tenés que presentarte en alguna oficina de la intendencia y tendrás suerte a veces si te responden. Eso en el interior no ocurre tanto así.