Tras cinco días, este miércoles llegó a la plaza Independencia la marcha a pie que partió desde Arazatí, en el departamento de San José, para manifestarse en contra del proyecto Neptuno, que propone la instalación de una planta potabilizadora en esa zona, y exigir su inmediata nulidad.
Bajo la consigna “Por la tierra y por la vida, el agua no se privatiza”, los manifestantes salieron el sábado y realizaron diversas actividades en las localidades por las que pasaban en el trayecto, como Libertad o Ciudad del Plata, antes de culminar frente a la Torre Ejecutiva este mediodía. Iván Kortysz, referente de la Coordinación por el Agua y vocero de la marcha, sostuvo, en diálogo con la diaria, que la movilización “fue muy emocionante”, ya que “era un gran desafío” y una iniciativa inédita en la lucha por el agua. “Una marcha por el agua, y en este caso concretamente para exigir que no se construya ningún Neptuno, todavía no había habido”, expresó.
“Arazatí es el lugar elegido para imponer un sacrificio, porque lo que querían hacer empresas privadas y el gobierno que firmó la adjudicación de la obra en enero era sacrificar otro lugar de la naturaleza”, dijo Kortysz al referirse a la elección del lugar para iniciar la marcha. El activista comentó que recibieron ayuda y apoyo de personas a lo largo del trayecto. “Nosotros teníamos que avisar a los vecinos que íbamos a pasar por ahí, para saber su opinión, para saber si querían participar, y fue enorme la ayuda que recibimos, los consejos, la ayuda en fruta y verdura, en solidaridad”, mencionó.
Kortysz expresó que el único objetivo de la marcha es que el gobierno rechace la construcción del proyecto firmado y que la Justicia haga “bien su trabajo” y lo anule, para que “el gobierno no tenga que pagar ninguna multa a las empresas privadas, porque el contrato no tiene validez”.
La marcha y la concentración en la plaza Independencia contaron con la participación de trabajadores de la Federación de Funcionarios de OSE (FFOSE). Marcos Míguez, secretario del sindicato, expresó a la diaria que, además de considerar que el proyecto es “inconstitucional por la forma en que se dio”, también, como trabajadores de la empresa pública, reivindican que “OSE no puede seguir adelante con el proyecto Neptuno porque profundizaría aún más su situación caótica”.
Aunque reconoció que les “gustaría tener más información y saber por dónde irán las negociaciones” entre el Poder Ejecutivo y el Consorcio Aguas de Montevideo –iniciadas el 30 de abril, para las cuales se suspendió la puesta en marcha del contrato–, Míguez dijo que consideran positivo que el gobierno abra espacios de diálogo con organizaciones sociales, sindicatos y empresas “para tener clara la postura de cada lugar”.
Por su parte, Kortysz aseveró: “No pedimos una mesa de diálogo o negociación, exigimos que se cumpla con lo que corresponde. Y hay 90 días de renegociación de este gobierno y nadie sabe qué están negociando. El activista expresó que el movimiento “desconfía” de la negociación entre el gobierno y el consorcio, y planteó algunas interrogantes por las que exigen transparencia: “¿van a hacer otra obra?; ¿van a dejar sin efecto el proyecto Neptuno?; ¿le están cambiando Neptuno por Casupá?; ¿el consorcio Aguas de Montevideo acepta hacer solamente Casupá o le está pidiendo más?”.
“Acá los gobiernos son los que tienen que tomar la decisión, porque el pueblo los puso donde están y porque les pagamos el sueldo. Que respeten la Constitución, que se declare nulo lo firmado en enero. Esa es la exigencia”, dijo Kortysz.
Míguez valoró que “la lucha no se puede parar”, por más que “haya un cambio de gobierno que esté afín o entienda que el proyecto Neptuno no es la solución al abastecimiento de agua potable”. “Seguimos entendiendo y demostrando que la lucha se tiene que dar en la calle, con movilización y con argumentos”, manifestó.