“Para los que no me conocen, soy un colono, soy orgulloso de ser colono de la colonia Mac Meekan desde el año 2013”, dijo Eduardo Viera, el pasado 2 de abril, cuando asumió la presidencia del Instituto Nacional de Colonización (INC). A nadie le llamó mayormente la atención. Fue a mitad de mayo cuando esto empezó a verse como un problema, varios días después de que el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, anunciase en el cortejo fúnebre de José Mujica la compra de 4.400 hectáreas por parte del INC “en honor al viejo”.
Viera anunció su renuncia a fines de mayo, pero permanecerá en el cargo hasta que el Parlamento apruebe la venia de su reemplazante, Alejandro Henry. Sobre la compra de la estancia María Dolores para establecer una colonia lechera en Florida, las críticas de la oposición y el rol histórico que ha cumplido y cumple el INC, Viera conversó con la diaria.
¿Qué te dejaron las ocho horas de comparecencia ante la Comisión de Ganadería del Senado?
Fue una experiencia diferente, rara. Fuimos con un equipo realmente muy sólido, con Colonización, el ministerio [de Ganadería, Agricultura y Pesca] y el Inale [Instituto Nacional de la Leche], y la sensación que tuvimos todos es que nos sentimos acosados por el presidente de la comisión [el senador del Partido Nacional Sebastián da Silva], porque éramos cortados permanentemente. Nos quedamos con la sensación de que, así estuviéramos tres días, no los íbamos a convencer, porque el objetivo era otro; el objetivo es que no se compre ese campo.
En la comisión dijiste que Da Silva fue el responsable de “argentinizar” la discusión y él te contestó que eras “un paisano atrevido”.
El hecho de que me llamen “paisano” para mí es un elogio, porque en esas palabras va mi vida, mi identidad. Y el “argentinizar” es porque estamos cayendo en una exposición mediática en la que se dice cualquier cosa, se repiten muchísimas cosas que no son verdades, y la opinión pública, que no tiene por qué saber qué es el INC, se queda con todo ese manoseo. Es lo más parecido a esos programas de chimentos que hay en Argentina; es un estilo al que Uruguay no está acostumbrado y que está llevando a ridiculizar a las personas.
Sobre la compra, el campo aparece en Colonización el 11 de abril por ofrecimiento del artículo 35 [de la Ley 11.029], pero incluso antes de que ingresara las gremiales de productores y la gente de la zona ya nos habían dicho que sabían que había un campo que se vendía y que qué bueno sería que Colonización lo comprara para lechería y para armar una colonia nueva. Eso había despertado mucha expectativa en la zona, porque una cosa es que el campo lo comprara un privado y otra cosa es que se creara una colonia lechera, con todo lo que significa por toda la mano de obra y todo lo que dinamiza la zona, que está en medio de industrias lácteas con una necesidad de materia prima.
Ahí en la zona hay dos plantas de Conaprole, en San Ramón y en Florida, y hay otras industrias lácteas más chicas en otras zonas del departamento de Canelones. La demanda, que es uno de los principales motivos que nos llevan a nosotros a tomar esta decisión, es muy alta. Hay una demanda de inscriptos para lechería de 1.500 familias. Esto está justificado por todos lados.
¿El retorno que espera el gobierno es de 7%? Desde la oposición se ha comparado ese porcentaje con el que prometía Conexión Ganadera.
Eso es una mala interpretación, y con mala intencionalidad, porque nunca se habló de rentabilidad, [sino que] se habló de lo que se genera de producto bruto. Son millones de dólares circulando en la economía, y todos sabemos que en lechería cada dólar se multiplica por seis. Hay estudios de hace muchos años. Nada de lo que se ha dicho escapa a la realidad.
El senador del Partido Colorado Tabaré Viera dijo que el informe técnico sobre el campo se agregó al expediente después de la compra. ¿Esto es así?
El informe técnico que corresponde se hizo en tiempo y forma. No lo subieron al expediente electrónico por un tema de que era pesado, pero eso estuvo desde siempre, es más, en la resolución del directorio está expresado que está ese informe y todos los directores tuvimos acceso a él. Que él [Tabaré Viera] quiera creer o no quiera creer, es un problema de él; no hay peor ciego que el que no quiere ver y peor sordo que el que no quiere escuchar.
¿Por qué pensás que hay tantas críticas contra el INC?
Colonización tiene resistencia desde siempre. Hay actores que a Colonización lo quieren desaparecer. No quieren reconocer que si Colonización no existiera habría más gente de los pueblos en asentamientos, porque un porcentaje muy importante de la población rural son colonos, y esas familias están produciendo y viviendo en el campo gracias a que existe Colonización. La creación de Colonización fue una lanza institucional que rompió el cerco del latifundio y abrió un camino a un país más justo y descentralizado.
Además, la gente piensa que el campo se da a cuenta de nada, pero el colono paga una renta de mercado en función de la canasta del producto que produce, es decir, la tipificación de la fracción. Si es lechera, paga por un precio que se saca a raíz del precio de la leche; si es ganadera, por el precio ganado; si es hortícola, se hace un promedio del valor de la canasta. El INC es autosustentable, funciona con lo que recauda del cobro de rentas, y además queda para reinvertir entre cinco y siete millones de dólares por año.
En el período pasado, el INC adquirió sólo 10.000 hectáreas. ¿Qué evaluación hacés del gobierno anterior?
Fue muy nocivo todo, y esto no es una crítica al directorio anterior [del INC], sino a la política que llevó adelante el gobierno, porque pasó de períodos en los que se compraban 40.000 hectáreas a 10.000 y algo de hectáreas, de las cuales 6.200 hectáreas quedaron para pagar en este período y dentro de las cuales hay campos muy discutidos, de muy mala calidad, sin alambrados, y con algunas compras que incluso fueron observadas por el Tribunal de Cuentas.
En los 15 años de gobierno del Frente Amplio, el INC adquirió, en promedio, unas 10.000 hectáreas por año. El compromiso para este quinquenio es comprar 25.000 hectáreas, es decir, la mitad. ¿No es poco?
Es poco. Habría que comprar muchísimo más, por muchas razones. Primero, porque hay mucha gente demandando la oportunidad. Segundo, porque es la única alternativa que esa gente tiene, porque si no llegan a través de Colonización es imposible que la gente acceda al campo, por el valor de la tierra. El tema es que la situación de recursos del país no admite poder volcar más recursos a Colonización. Una de las tareas del Parlamento debería ser poder recuperar recursos para Colonización, porque estamos limitados.
Hay un cambio de gobierno y nosotros no podemos estar rehenes del presupuesto del gobierno anterior. Una de las cosas que hizo el gobierno anterior fue quitarle recursos a Colonización para crear un fideicomiso para la erradicación de los asentamientos. Nadie puede no estar de acuerdo con trabajar sobre la problemática de los asentamientos, pero una cosa no quita la otra. Hay que trabajar en la erradicación de los asentamientos, pero si no se trabaja en que la gente se pueda quedar trabajando y viviendo en el campo, eso va a hacer que haya más gente en asentamientos. Se desviste un santo para vestir a otro.
¿Por qué no se incluyó tu condición de colono en la venia que aprobó el Senado?
Por una razón muy sencilla: cuando te piden un currículum tú ponés los méritos, pero el hecho de ser colono no es un mérito, es una condición. Yo soy arrendatario de una fracción de campo de Colonización, soy un colono arrendatario, eso no es un mérito que tengas que poner en un currículum. Más allá de que públicamente siempre lo dije, y mucho antes de asumir como presidente de Colonización.
Dijiste que te asesoraste especialmente por este tema. ¿Eso fue antes o después de que se envió la venia?
Cuando empezó todo ese ruido me asesoré para estar seguro. Acepto y entiendo que haya dos bibliotecas. A mí siempre me dijeron que yo no era funcionario, porque no dependo de Colonización, y además hay en el historial de Colonización varios antecesores míos como directores siendo colonos, y de diferentes partidos políticos.
Pero si está mal, estuvo mal antes y estuvo mal ahora.
Por eso digo, yo me quedo con el informe jurídico que a mí me hicieron. El tema es discutible. Llegado el momento, cuando se mediatizó tanto el tema y vi que era un manoseo para el INC y para el propio gobierno, entendí que lo mejor era dar un paso al costado. Si ese es el precio que hay que pagar para defender a los colonos, con mucho gusto, porque acá no se trata de la persona. Eso es lo de menos. Lo más importante son las ideas y estoy seguro de que quien venga en mi lugar lo va a hacer de gran manera y va a seguir adelante con el programa de gobierno, defendiendo a Colonización.
Estuviste en la sede del Movimiento de Participación Popular cuando el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, anunció la compra de la estancia María Dolores, durante el cortejo fúnebre de José Mujica. ¿El anuncio fue algo conversado de antemano?
Para nada, nunca se habló nada. No me corresponde a mí opinar de lo que manifestó [Sánchez] ese día. Sí me imagino que, sabiendo de la compra, porque estaban todos al tanto de que interesaba ese campo y se habían hecho las gestiones por los fondos, en ese momento de sensaciones tan raras, con la muerte del líder, de una figura tan trascendente, eso lo llevó a contar en ese lugar que se había hecho esa compra. Pero no fue nada programado.
¿Todo lo que vino después fue por eso o hubiera pasado de todos modos?
Y eso nunca se sabe. Yo creo que no hay que mirar para atrás, porque no aporta nada, se dio así. Lo que sí quedó claro es que hay gente que se opone rotundamente a la compra de campos por parte del INC. Cada uno tiene todo el derecho del mundo a no estar de acuerdo y opinar diferente, pero está claro que la misión y la idea de este gobierno es comprar tierras y darle oportunidades a la gente. ¿Qué hubiera pasado si no se hubiera comunicado ahí? No sé, pero creo que no suma, hay que mirar para adelante.
¿Te arrepentís de algo en todo este proceso?
De absolutamente nada, porque todo lo que se ha hecho –que es poco, porque en estos dos meses que hace que estamos no nos han dado los tiempos para nada y gran parte del tiempo nos lo ha ocupado la mediatización de este tema– es en beneficio de quienes creemos por los que hay que luchar. Como soy colono, y pasé por la etapa que viven muchos de estar años esperando una oportunidad, sé lo que es que te llamen para decirte que te adjudican un campo. Y como siempre dije, no se puede jugar con la necesidad y con la esperanza de la gente.