El 28 de setiembre el Partido Socialista (PS) elige quién asumirá su secretaría general. De la instancia participarán alrededor de 1.500 afiliados: quienes participaron como delegados en su 51º Congreso Ordinario en el pasado mes de agosto –alrededor de 500– y quienes integran las líneas de suplentes. Los socialistas llegan a esta instancia con tres candidaturas y sin la posibilidad de que Gonzalo Civila pueda ser reelecto. El dos veces secretario general del partido y actual ministro de Desarrollo Social está inhibido por estatuto, dado que cumplió su tercer período consecutivo como integrante del Comité Central socialista.
Quien defenderá el legado de Civila será Pablo Oribe; actual integrante del Comité Central y del Comité Ejecutivo Nacional socialista, es también el secretario de Desarrollo Territorial del partido. Su nombre se impuso dentro de la corriente oficialista sobre el exsenador José Nunes, que también se manejó como candidato de la lista 4.
Como retadores aparecen Leticia Benedet, apoyada por la lista 6, y Juan Pablo Pío, respaldado por las listas 7 y 8. La actual directora adjunta de Inmujeres tiene el respaldo de los exsecretarios generales Mónica Xavier, Eduardo Lalo Fernández y Yerú Pardiñas. También de los exdiputados Hermes Toledo (Treinta y Tres) y Darcy de los Santos (Rocha). En tanto, detrás del abogado aparecen dirigentes como la directora general del Ministerio de Desarrollo Social, Ximena Muñiz, y la edila de Canelones Florencia Bielli.
La carrera hacia la secretaría general se vio marcada luego del congreso de agosto por la definición de “no hacer campaña por redes sociales” y “no discutir públicamente sobre la interna del partido”. Esto ha llevado a que las tres candidaturas se hayan volcado a recorrer el país, buscando el intercambio “mano a mano” con los afiliados.
La renovación oficialista
Oribe es profesor de Historia, y desde su entorno se destacó a la diaria que se trata de un perfil con “mucha militancia” territorial. Asimismo, por haber vivido muchos años en Argentina, desarrolló trabajo militante en ese país y ayudó al “fortalecimiento” del Frente Amplio (FA) en la vecina orilla.
Según reconstruyó la diaria, con la candidatura de Oribe se busca “renovar la apuesta” en la dirección del partido con “más participación comunitaria”, yendo a “un partido abierto y de escucha”. En línea con lo discutido en el Congreso, se sintetiza la idea en la necesidad de “tejer entre los distintos espacios”, como los sindicales, feministas y barriales.
Desde el entorno, se destaca la participación activa de Oribe en la Fundación Puente (impulsada por el partido), que ya conformada formalmente pretende “empezar a desplegarse” en los próximos años.
Partiendo de lo que fue un “revés electoral”, el oficialismo socialista se define como “autocrítico” de las cuestiones que “no fueron bien”. Sin embargo, la apuesta sigue en afirmarse “ideológicamente” como un “partido de izquierda” con “convicciones firmes” y “fraterno en la discusión”.
A pesar de las críticas internas, se apuesta a ser “capaces de convivir”. De todas maneras, se entiende que se atraviesa un período “desafiante”, marcado por el “desgaste” del período electoral y la “renovación de liderazgos”.
La aspiración a futuro es “mantener y aumentar” la presencia dentro del FA, siendo “veladores del cumplimiento de las bases programáticas y defendiendo “el proyecto de izquierda”.
Las oposiciones
Pío, abogado de profesión, trabaja como secretario general letrado del Banco de Seguros del Estado. Según supo la diaria con base en fuentes cercanas, primero militó en el FA como independiente para luego afiliarse al PS. Ya dentro del partido ha tratado de “trascender de las viejas lógicas de renovadores y ortodoxos”, dado que en su momento acompañó la candidatura a la secretaría general de Xavier, pero posteriormente también lo hizo con Civila.
Por su parte, oriunda de San José de Mayo y nacida en una familia socialista, Benedet se afilió a los 16 años al PS y al FA. Posteriormente, integró durante varios períodos la dirección de la juventud socialista. Según pudo saber la diaria, desde ese lugar lideró la agenda feminista del partido, abordando temas como la educación sexual en el ámbito formal, los derechos sexuales y reproductivos y la despenalización del aborto. Ese proceso la llevó a convertirse en licenciada en Psicología, con especialización en Igualdad de Género.
De cara a la secretaría general, el entorno de Pío valora su “énfasis en la construcción colectiva” y su carácter “autocrítico con el proceso del partido” en los últimos 20 años. A pesar de eso, se enfatiza que pretende encarar este proceso “desde la vereda de la construcción y no desde la vereda de la destrucción”, elemento que, según se asegura, lo distingue dentro de las propuestas de oposición.
Con miras al 28 de octubre, ha estado transmitiendo su idea en una “gira por el interior”, y usando redes sociales internas, como grupos de Whatsapp. En su recorrida por el país, se valora el “impulso” en territorio de la lista 8, que mantiene fuera de la capital un “peso importante”.
Benedet, en tanto, es la segunda mujer candidata a la secretaría general del PS en 114 años de historia, y desde su entorno se afirma que se busca que sea la segunda secretaria general. Su entorno asegura que aborda el desafío desde una posición de “mucha preocupación” por la situación del partido, fundamentalmente por elementos como la casi pérdida de la representación parlamentaria y los “cientos y cientos” de desafiliaciones que se han sucedido en los últimos años.
Esto se ve como una “crisis”, definida por la dificultad de “sostener a su militancia y cuadros políticos muy relevantes”. Para esto se pretende recuperar las “señas de identidad” del partido. En ese sentido, se apunta a posicionar en agenda “muchas referencias políticas”; se señala que el PS nunca fue un partido “centrado en una sola persona”. También se pretende “fortalecer” y “apoyar” la juventud y la presencia en el interior del país, puesto que “se descuidaron” las departamentales.
Por último, se sostiene la necesidad de dar un “apoyo responsable al gobierno” que se encuentra “en un contexto muy complejo”. Asimismo, también se cree en la necesidad de “ser proactivos y críticos”, pero de “una forma cuidada y responsable con la agenda de gobierno”.