El jueves se conoció que el directorio de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) cesó al director del Hospital de Rivera, y que lo hizo para designarle una nueva función: coordinador entre la red de atención primaria y el hospital departamental. El doctor Lorenzo Cobas dirigía ese hospital desde el 1º de setiembre de 2017, días después de que el anterior directorio de ASSE –dirigido por Susana Muñiz– cesara del cargo a Andrés Toriani.

El hospital quedó ahora en manos de Florencia Eula, que se desempeñaba como subdirectora; se había hecho un llamado para ocupar el cargo de esa dirección, pero quedó vacante.

El diario El País publicó el viernes que el gremio de funcionarios del hospital reprobaba la gestión de Cobas porque no había respetado algunos llamados; además, en abril funcionarias del hospital habían denunciado en la comisión investigadora parlamentaria que habían desaparecido cajas de medicamentos y pañales, y que los medicamentos habían aparecido en la Cárcel de Carancho, institución a la que también estaba vinculado Cobas.

En diálogo con la diaria, el gerente general de ASSE, Alarico Rodríguez, explicó que Cobas era la persona indicada para ese puesto porque tenía experiencia en atención primaria y en la dirección. “Fue motivo del cese junto con regularizar otros aspectos administrativos del departamento”, remarcó Rodríguez, que negó que estuviera vinculado con las denuncias. Al mismo tiempo, ASSE atendió otro planteo de los funcionarios, que estaban molestos porque durante la gestión de Cobas un funcionario había asumido funciones de conducción del hospital, siendo que no le correspondía: “Se dispuso que ese funcionario tenía que hacer su trabajo y no estar en la dirección cuando no integraba el equipo de conducción, mucho menos estar bajo sospecha de persecución de los funcionarios”, puntualizó Rodríguez. Consultado respecto de si se hará una investigación administrativa por el faltante de materiales, Rodríguez dijo que, por el momento, no se ha ordenado.

Graciela Bertoche, presidenta del gremio de funcionarios, prefirió no hacer declaraciones a este medio hasta hoy, luego de que los funcionarios se reúnan para discutir el tema.

Intercambio fronterizo

Otro de los motivos de disconformidad de los funcionarios son las demoras de consultas y estudios médicos; para resolver esas carencias, Toriani contrataba recursos humanos a través de rubros de estudios médicos, y había desarrollado un mecanismo para hacer estudios de imagenología en Santana do Livramento, Brasil. Esas estrategias, a la larga, le costaron el puesto al ex director.

En diálogo con la diaria, Juan Carlos Aguirre, representante de usuarios del Hospital de Rivera, también se mostró preocupado por las dificultades para hacer resonancias magnéticas y centellogramas, estudios que no pueden realizarse en el departamento (las tomografías se encargan a la mutualista Casmer) y que antes se efectuaban en Brasil. Aguirre señaló que esos estudios ahora se hacen en Montevideo (lo que tiene costos asistenciales y económicos), cuando podrían realizarse a 22 cuadras (en Rivera); el referente de los usuarios dijo que por “burrocracia” todavía no se ha instalado el comité binacional de salud que se creó por ley hace diez años, para complementar el intercambio de servicios de salud entre los dos países. Asimismo, dijo que es ilógico que las mutualistas puedan comprar esos servicios en Santana do Livramento y que el hospital no pueda hacerlo. Consultado al respecto, Rodríguez respondió que el proyecto de Rendición de Cuentas tiene un artículo para comprar servicios en las zonas de frontera que apunta a solucionar este tipo de problemas.