Entre los objetivos de la semana de prevención de cáncer de piel, que se desarrolló durante la primera semana de diciembre, la Sociedad de Dermatología del Uruguay (SDU), incluyó su apoyo al proyecto de reglamentación de camas solares que propusieron los senadores nacionalistas Amin Niffouri y Carmen Asiaín, explicó a la diaria Mercedes Laporte, integrante de la comisión directiva de la SDU.
El proyecto apunta a regular el uso de camas solares para menores de 18 años y fue presentado por Niffouri en la Comisión de Salud del Senado el 16 de noviembre. A pedido del senador, el 30 de noviembre tres médicas de la SDU asistieron a la comisión: Mercedes Laporte, Alejandra Larre Borges y Sofía Nicoletti.
“Todos los senadores que participaron en la sesión a la que asistimos coincidieron en que el proyecto está muy bien intencionado y se mostraron muy afines, realizando preguntas”, contó Laporte sobre la instancia. En cuanto al acceso a camas solares de menores de 18 años, dijo que al no estar reglamentado, “las empresas que ofrecen el servicio no cuentan con un registro porque no tienen que rendirle cifras a ningún organismo, por lo cual es imposible saber de qué número se habla”. Explicó que de lo que sí se tiene constancia es del daño que ese procedimiento le genera a la piel, ya que “incide en las capas más profundas del órgano”, señaló.
“La regulación, incluso la prohibición de las camas solares, me parece perfecta”, opinó en diálogo con la diaria la dermatóloga Magdalena Vola. Argumentó que “una de las cosas más preocupante es la publicidad engañosa que estos procedimientos suelen tener” y subrayó que “son rayos que penetran muy profundo en la piel”. “30 minutos de cama solar equivalen a un día de exposición al sol y producen más radiación UV que esa exposición”, explicó Vola.
Sobre lo que calificó como la “publicidad engañosa del servicio”, Vola agregó que “en muchos spots se menciona a la vitamina D como un beneficio que se obtiene en el bronceado, cuando ni siquiera lo justifica”. Por otra parte, detalló que eso se fundamenta en que “en la relación costo-beneficio no sirve someterse al sol para sintetizar esta vitamina, que de hecho después de los 40 años el cuerpo baja la producción, pero aún en los menores de esa edad, el costo del daño que le hace a la piel es tan alto que es más conveniente suplementar”, recomendó. Laporte informó que la SDU seguirá trabajando en conjunto con los parlamentarios, ya que lo del 30 fue “una presentación y un primer acercamiento”.
Prevención y recomendaciones
En la semana de concientización y prevención del cáncer de piel “se consideró implementar un semáforo solar en todos los departamentos del país y se planteó trabajar en un plan nacional contra el cáncer de piel”, detalló Laporte. Sobre el semáforo, explicó que se trata de una escala de colores creada por un ingeniero uruguayo y que “se está trabajando con varias intendencias para poder incorporarlo a diversos lugares públicos en todo el país”. La idea es que muestre el grado de exposición a diferentes horas del día. Las dermatólogas insistieron en que lo fundamental es no exponerse al sol, sobre todo, en las horas de mayor riesgo.
Las médicas hicieron hincapié en la importancia de tener una consulta anual con un especialista para detectar de manera precoz lesiones que puedan ser cancerígenas. La consulta debe ser sin ropa, “porque por más que la persona vaya por un lunar en especial, a través de otra lesión en la piel que tal vez el paciente ni identificó aún se puede detectar algo importante y prevenible”, planteó Vola. Laporte agregó que “si bien los pacientes suelen acudir a un dermatólogo en verano, es deseable que lo hagan en otro momento del año, para no saturar la agenda de consultas, algo que suele ocurrir en estos meses y porque la validez de la revisión es la misma”.
Sobre el cáncer de piel, del cual según el Registro Nacional del Cáncer hay 3.000 casos nuevos al año, Laporte agregó que “no se contabiliza el carcinoma basocelular porque a pesar de ser muy frecuente en los diagnósticos, tiene muy poco índice de mortalidad”. Los otros dos tipos de cáncer más diagnosticados son el carcinoma espinocelular y el melanoma, “que es el de mayor compromiso en cuanto al riesgo vital para las personas”, comentó Laporte.
En verano aumenta la exposición al sol a un nivel muy superior al del resto del año. “Es una época en la que, ya sea por recreación, por trabajo o hasta por deporte, las personas exponen gran parte de su piel al sol”, explicó Laporte. Al igual que Vola, afirmó que “no existe el bronceado saludable”. Para ambas especialistas, lo primero es evitar la exposición solar entre las 10.00 y las 16.00; en caso de que no pueda evitarse, aconsejó usar ropa de algodón oscura y ajustada, lentes de sol y aplicarse protector solar, por lo menos 20 minutos antes de exponerse. “Las personas suelen llegar a la playa, que es un escenario muy habitual para estas situaciones y colocarse protector solar allí; deben saber que el efecto se reduce, no es lo mismo”, explicó Laporte.
La especialista recomendó los protectores solares con un índice de factor 30 o más alto, tanto para irradiación ultravioleta A como B. En cuanto al costo, Vola opinó que “se podría regular si fuera una medida de prevención de primera línea, pero como lo primero es no exponerse al sol, y en los trabajos en los que esa exposición se requiere el protector es un insumo que se brinda -o al menos eso debería de ocurrir-, no es del todo urgente la regulación”, consideró.
Ambas dermatólogas insistieron en que “tiene que quedar bien claro que estar bronceado, es decir, que una persona cambie el tono natural de su piel, significa que la piel sufrió ese cambio porque estuvo expuesta a la radiación ultravioleta y se tuvo que defender a través de la pigmentación”, explicó Laporte. Entonces, concluyó que ya sea de modo artificial o natural, “el concepto de bronceado nunca se recomienda”. Sobre aquellas personas que aunque tomen sol no experimentan un cambio de color en su piel, es decir, no se broncea, Laporte explicó que “su piel es tan sensible a la exposición al sol que ni siquiera se broncean, pero esa capacidad de no poder broncearse aumenta el riesgo”, y que a futuro puede ser un factor para desarrollar cáncer de piel.
Para aliviar las quemaduras, Laporte recomendó “aplicar agua fría, cremas descongestivas y un reposo relativo en el cual la persona de ninguna manera puede exponerse al sol de nuevo durante el tiempo que se le indique”. Por último, dijo que “en algunos casos, si las quemaduras son muy grandes, la persona debe consumir antiinflamatorios vía oral”.