En su momento, el caso generó mucha polémica: el presidente argentino, Alberto Fernández, contrajo coronavirus pese a haber sido vacunado meses antes. Y es cierto, si una persona se vacuna puede contraer el virus igual y contagiar a otros, pero es menos probable que eso ocurra si está inoculada.
Ocurre con cualquier vacuna y con las de la covid-19 no es diferente. Las vacunas son efectivas, pero no 100%, por lo tanto, si bien son bajas, hay posibilidades de contraer una enfermedad pese a estar vacunado. El pasado 11 de junio, el New York Times informaba que, si bien son raros, se han reportado casos de contagio, hospitalización y hasta muerte por covid-19 de personas que se habían vacunado. Pero es que, justamente, son casos raros, no inesperados. Si la vacuna de Pfizer-BioNTech tiene más de 90% de efectividad, significa que cuando es administrada a una persona hay cerca de 10% de chance de que no sea efectiva y el inoculado se contagie igual y, además, pueda contagiar a otros.
La clave está no sólo en que son casos raros sino también en que cuanto más personas vacunadas haya más raros se volverán estos casos. Según un reporte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), al 30 de abril se habían vacunado contra la covid-19 más de 100 millones de personas, apenas 0,01% contrajo coronavirus posteriormente y la tercera parte no experimentó síntomas.
Otro estudio, también elaborado en Estados Unidos pero por el Departamento de Salud Pública de California (CDPH) y publicado el pasado 16 de junio, indica que de 18,4 millones de personas que fueron completamente vacunadas (es decir, recibieron las dos dosis y pasaron los 14 días para que se complete la inmunidad), 6.313 presentaron luego un resultado positivo a un test de coronavirus –0,034%–. De esas más de 5.000 personas, 453 fueron hospitalizadas y 51 murieron. Y estos datos pueden ser aún menores, porque en 47% de los casos de hospitalización todavía no se completó la información para verificar si la internación estuvo vinculada a la covid-19, y lo mismo pasa con las muertes.
Carga viral
El principal factor que determina la transmisibilidad del SARS-CoV-2 es la carga de virus nasal. Esto significa que cuanto mayor es la carga viral hay más chances de que una persona en contacto lo contraiga. En este sentido, la primera dosis de una vacuna contra la covid-19 logra disminuir esa carga viral de forma significativa, por lo que no solo es menos probable que una persona contraiga el coronavirus sino que también hace disminuir las posibilidades de contagiar a otros. Pero, de nuevo, que disminuyan las posibilidades no significa que sea imposible que ocurra.
De hecho, un estudio hecho en Israel y publicado en febrero de este año en el servidor MedxRiv de la Universidad de Yale señala que las inspecciones postvacunación son poco o nada infectantes y que la vacuna reduce hasta 20 veces la carga viral.
También los CDC de Estados Unidos investigaron esto, llegando en junio a la conclusión de que las personas que contrajeron el SARS-CoV-2 luego de inocularse con vacunas de ARN mensajero como la de Pfizer-BioNTech o Moderna tenían una carga viral menor en 40% y durante menos días que quienes contrajeron el virus antes de vacunarse. Esto no es un indicador directo de causalidad, aunque en el caso de otras enfermedades como la influenza o la varicela este tipo de relaciones sí está probada.
En el caso del coronavirus, hay que recordar que la principal protección que ofrecen las vacunas es para evitar la hospitalización y muerte. Y en este aspecto, todas las vacunas disponibles tienen una muy alta protección, demostrada en ensayos clínicos controlados (ECC) y efectividad en la comunidad.
En mayo Uruguay publicó un estudio preliminar sobre la efectividad de las vacunas aplicadas masivamente. Los resultados mostraron que luego de 14 días de aplicación de última dosis la efectividad para la reducción de casos en personal de salud fue de 78.2% con Pfizer y 66% con Coronavac. Entre la población de 18 a 60 años que fue vacunada con Coronavac la reducción de casos luego de 14 días de aplicación de última dosis fue superior al 60%. Chile también reportó en abril los primeros resultados de estudios de efectividad de vacunación con Coronavac, que arrojaron un 67% para prevenir COVID-19 sintomático. En Brasil por su parte, un estudio de Instituto de Butantán tras la aplicación masiva de Sinovac en la ciudad de Serrana, mostró que la infección sintomática se redujo en un 80%.
Variantes y no vacunados
Buena parte de los casos de contagios de coronavirus pese a haber recibido una vacuna están relacionados con la aparición de nuevas variantes. Sin embargo, los estudios publicados recientemente, como uno del New England Journal of Medicine en mayo, concluyen que la protección para cualquier tipo de infección o para los casos severos de covid-19 sigue siendo alta. Este estudio también incluye la variante Delta.
El efecto de las vacunas no solo ayuda a quienes se vacunan, sino también a las poblaciones que aún no pueden hacerlo. Por ejemplo, un estudio de marzo publicado en MedXRiv en Israel señala que por cada aumento de 20% en la vacunación de los adultos, las tasas de menores de 16 años infectados bajan a la mitad, al tiempo que la tasa de infecciones en vacunados es variable según la incidencia de infección en la comunidad y la tasa vacunatoria general. Por lo tanto, si estas dos bajan, las infecciones tienden a disminuir.
Este contenido forma parte del proyecto Aliados contra la Desinformación, apoyado por OPS/OMS y Unicef para brindar información de calidad sobre las vacunas contra la covid-19.
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