A raíz de situaciones relatadas por médicos de centros de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) de Ciudad de la Costa, del Hospital Español, del Cerro y de la policlínica Tres Ombúes sobre demoras en la atención de pacientes complejos, el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) presentó este jueves una denuncia ante la Junta Nacional de Salud (Junasa).
Federico Preve, integrante del SMU, informó a la diaria que se dan tres tipos de problemas: “En la asistencia y en el seguimiento domiciliario que hace que los pacientes no puedan tener un adecuado control”, en la respuesta de la línea telefónica de ASSE (105) ante casos de gravedad, y problemas con la cadena asistencial por la demora para hacer traslados de un centro a otro y que han hecho que pacientes tuvieran que esperar 24 horas para ser internados.
En el Hospital Español, las dificultades estuvieron en el traslado interno de pacientes que debían ingresar a cuidados moderados o intensivos. Uno de esos casos fue el de una paciente del Cerro que tenía covid-19 y sufrió un paro cardíaco; la ambulancia demoró 65 minutos en llegar a su casa, y falleció.
Según informó Preve, estas denuncias habían sido planteadas verbalmente en la Junasa, en la que participa Juan Ramón Blanco, integrante de la gerencia general de ASSE, luego de no obtener una “respuesta adecuada” por parte del presidente de ASSE, Leonardo Cipriani.
Preve resaltó que este tipo de situaciones se podría haber evitado si el gobierno hubiera tomado “medidas generales sanitarias, como pidió en múltiples veces el sindicato”, y si ASSE hubiera implementado otra estrategia asistencial. “La gestión interna, que se abocó solamente a aumentar el número de camas de CTI, no consideró de forma integral la respuesta en el primer nivel ‒ni en la atención telefónica ni en el seguimiento de los pacientes en domicilio‒ y eso hizo que se agravaran muchos casos que de repente no se hubieran agravado con otra estrategia de seguimiento más adecuada”, planteó. El SMU espera que la Junasa haga una investigación y que cite a las personas involucradas a dar sus testimonios.
Consultado por la diaria, Eduardo Henderson, gerente general de ASSE, reconoció que hubo problemas de comunicación en el 105. Dijo que Antel descubrió que el servicio telefónico recibía 1.170.000 llamadas por mes, 39.000 por día, volumen al que podría haber respondido con 47 o 48 operarios, pero que tenía apenas ocho. El 19 de mayo, ASSE y Antel firmaron un acuerdo que permitió separar las llamadas de urgencia de las que no lo eran ‒“70% eran para hacerse un hisopado o para obtener el resultado”, detalló Henderson‒ y se trabajó para que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social validara la certificación del envío de resultados por SMS.
Agregó que hace menos de un mes ingresaron 50 estudiantes avanzados de Medicina que se ocupan de hacer el triage de las llamadas que recibe el 105, de modo de hacer una clasificación y derivación en función de la gravedad de los casos, y que se hizo un protocolo que especifica qué casos se pueden atender de forma telefónica. Dijo que con esas iniciativas, el sistema “está funcionando mejor”.
En cuanto a la crítica de la gestión centrada en las camas de CTI, Henderson reconoció que hay aspectos en los que Preve “puede tener razón”, pero alegó que si no se hubieran aumentado las camas de CTI hubiera colapsado la atención en ese nivel, y dijo que además se crearon 80 camas en unidades respiratorias agudas, que evitaron que muchos pacientes fueran intubados, con las consecuencias negativas que eso tiene. Argumentó, además, que cuando esta administración asumió, la asistencia era “policlínicocéntrica”, pero que en tiempos de pandemia no se recomienda concurrir a las policlínicas, por lo que ASSE tuvo que desarrollar la asistencia domiciliaria, que prácticamente “sólo se hacía en el área metropolitana”.