“Nos vamos juntos. Punto.”, decía el martes un cartel pegado en el ex Hospital Filtro -actual centro de salud Enrique Claveaux-, que tras el cierre momentáneo por una falla eléctrica y el anuncio de su reforma con una inversión de 300 millones de pesos, vuelve a abrir sus puertas el jueves, por lo pronto durante un mes y medio.

Según narró a la diaria Yanet Eizaga, delegada del núcleo base del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) en el centro hospitalario, desde el cierre no se sabía a dónde serían trasladados los médicos y funcionarios, ni los usuarios, que no estaban al tanto de a dónde dirigirse para tener un seguimiento con el mismo médico. El martes el tema fue abordado en una reunión, en el ex Filtro, entre parte de la directiva de la Red de Atención Primaria Metropolitana -el director, Federico Focco, y la adjunta, Lilia Martin- y la directora de la policlínica, Stefani Taberne. Los bomberos también se hicieron presentes para efectuar una recorrida y chequear el estado del edificio junto con las autoridades, a lo que se sumó la presidenta de la Comisión Interna del centro de salud, Margarita Burgueño.

Mientras tanto, los médicos y los usuarios esperaban a las afueras una respuesta. Burgueño fue quien les comunicó la resolución a la que llegaron las autoridades en el correr de la mañana.

Eizaga explicó que la propuesta es continuar con el cierre del ala que tiene los mayores daños y retomar el trabajo usual en el ala “un poco más ‘indemne’” durante un mes y medio. Al finalizar ese período, se informará si el centro “va a efectivamente funcionar con todo el Filtro como estaba, con esas pocas mejoras”, o si será trasladado a otros lugares. Por el momento, la única especialidad que tiene un destino asegurado y que comienza a funcionar desde ahora es la de salud mental, que tendrá su sede en Bulevar Artigas y General Flores.

El miércoles habrá una jornada para trasladar el mobiliario a la única ala que estará en funcionamiento dentro del centro hospitalario. Según Eizaga, estos espacios “no son suficientes”. “No son las condiciones más ideales. En definitiva, nos tendríamos que hacinar”, sentenció.

Por otro lado, la delegada aseguró que esta situación reafirma “la etapa anterior” y hace que los trabajadores sientan “incertidumbre, inseguridad”, porque no hay “nada definido”. Los médicos y funcionarios piden que los traslados se hagan “todos juntos, para que no se desmantelen los equipos”; pero aún no lo tienen asegurado, a pesar de haber empapelado el centro con esa consigna en la mañana del martes.