En febrero de 2022 se lanzó en Uruguay el Movimiento Salud 2030 (MS 2030), que se está desplegando en 29 países desde 2020, impulsado por Roche, Board of Innovation y el Copenhagen Institute for Future Studies. Con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), la iniciativa convocó a emprendimientos para desarrollar soluciones digitales en salud que aumentaran la colaboración entre los profesionales del sector, las instituciones y el gobierno. Luego de un año de trabajo, en el que siete de los 23 equipos que se postularon participaron de una etapa de cocreación, comenzará en marzo la fase de implementación de tres proyectos que cuentan con un financiamiento de hasta 80% del costo total, con un monto máximo de hasta 1.775.000 pesos uruguayos.
“El objetivo global es generar sistemas de salud a nivel país más integrados, accesibles, digitalizados y horizontales, donde la información fluya más entre las instituciones, los usuarios y los colectivos de técnicos”, contó a la diaria Hernán Voituret, coordinador del Área de Emprendimientos de la ANII. La digitalización, una de las claves de la convocatoria, forma parte de una actualización hacia “los sistemas que la gente prefiere transitar”. Aunque el enfoque de la institución suele apuntar a propuestas que, además del impacto nacional, “piensen en el mundo”, en este caso fueron observadas las particularidades de cada país, que construyen y afectan al sector de maneras diferentes. Según Voituret, Uruguay corre con determinadas ventajas sobre otros territorios, especialmente en relación a la integración de su sistema, pero aun así “quedan cuestiones por mejorar”.
En ese sentido, parte de la etapa de cocreación, desarrollada entre junio y setiembre, se dedicó a identificar carencias y necesidades. El proceso implicó la creación de mesas de diálogo, compuestas por representantes y referentes de los aliados implementadores -el Hospital de Clínicas, Casmu y Cams, de Soriano- y los investigadores de los emprendimientos seleccionados, en donde, tras detectar “una falta de integración de la información y del acceso a esa información de parte de los usuarios del sistema de salud”, se definieron dos temas a trabajar: la atención, el seguimiento y el diagnóstico de los pacientes diabéticos y la eficiencia en la gestión de los centros de cirugía, en términos de tiempo y recursos. Ambas problemáticas fueron identificadas y abordadas por los profesionales previamente, pero pese a su esfuerzo entendían que eran necesarios nuevos aportes y que las soluciones digitales suponían algo en lo que “valía la pena” detenerse.
Facilitar trámites
Luego de la finalización del primer período, fueron seleccionados tres proyectos compuestos por cinco emprendimientos. Uno de ellos es OnGuardia, una plataforma de gestión interactiva pensada para que el personal de los centros de salud pueda coordinar sus horarios de guardia. Bruno Demoro, químico farmacéutico, integrante del equipo detrás de este programa, dijo a la diaria que la idea surgió a partir de la observación de las dificultades que existen en materia de comunicación entre los profesionales y el sector administrativo de los hospitales. Allí las personas “trabajan en un área multidisciplinaria, donde prevalece el multiempleo y el régimen de guardias y turnos intercambiables”, algo que genera “un dolor de cabeza para el prestador” y para el profesional, quien “se ve desbordado y responde y gestiona su trabajo a través de múltiples canales, que no se comunican entre sí”.
En búsqueda de soluciones, Demoro y sus compañeros, que provienen de rubros como la medicina, la química y la ingeniería, desarrollaron un prototipo de la plataforma en 2018, gracias al financiamiento de la ANII y la Agencia Nacional de Desarrollo, y comenzaron a trabajar en el mercado nacional el año siguiente. Desde entonces, OnGuardia ha logrado centralizar y agilizar la organización de turnos e información técnica para el personal de la salud, y así reducir tiempos y costos a las instituciones.
Con su participación en el MS 2030, el objetivo pasa a ser el de llegar también a los pacientes y “potenciar la solución”. A través de un nuevo módulo, introducirán una herramienta que permitirá coordinar y acompañar a los usuarios en sus actos quirúrgicos, así como digitalizar la información correspondiente. De acuerdo a Demoro, es importante “que el paciente pueda estar al tanto” y “facilitarle los trámites” antes, durante y después de la operación.
Por su parte, el ingeniero José Rodríguez Shaw, otro de los creadores de OnGuardia, mencionó que “la idea no es solucionarle algo particular a un hospital”, sino “llegar a una solución que sea global y adoptada por centros que no están participando ahora” en la investigación enmarcada en el movimiento. Sobre el proceso a partir del cual llegaron a estas metas, Rodríguez destacó el intercambio con los aliados implementadores, con quienes establecieron una relación que les permitió avanzar en conjunto y validar cada avance. En la misma línea, Demoro se detuvo en el carácter “exhaustivo” del análisis, mediante el cual descubrieron que las instituciones presentan dificultades en la gestión de cirugías, listas de espera y desfasajes en la comunicación entre el equipo médico y los pacientes.
Análisis profundo
Vinculado al otro punto, enfocado en las personas con diabetes, se encuentra Intelligentia Health (IH), que trabajará junto a Doctari, una plataforma que ofrece atención médica virtual, y Pills & Care, un dispensador de medicación que avisa a los pacientes cuándo deben tomarla a través de una aplicación. IH es una empresa de tecnología uruguaya, que desarrolló un software llamado Complexus Analytics para hacer análisis profundo de los datos y poner al descubierto problemas y oportunidades que no se detectan mediante los indicadores habituales.
Justo Miranda, ingeniero de sistemas y director de IH, explicó a la diaria el funcionamiento de la herramienta comparándola con un vehículo. Según su relato, el análisis profundo de datos ofrece un enfoque y una tecnología complementarios a los tableros de mando, que se asemejan a un panel de control. “Vos vas en el vehículo, ves que te falta nafta y tomás decisiones rápidas: echás nafta y listo”. Así funcionan los tableros de mando. En cambio, “el análisis profundo aporta otro tipo de información, detallada y precisa para optimizar el desempeño y tomar acciones de mejora, de alguna forma comparable a las herramientas que utilizan los talleres mecánicos de reparación y mantenimiento”.
En la salud, Complexus Analytics sirve para optimizar cualquier proceso para el que se disponga de datos registrados. Hasta el momento, han logrado identificar causas de demoras en compras hospitalarias, aumento de costos de análisis clínicos e incidencia del costo de medicamentos, sesgos inadecuados en diagnósticos de telemedicina por covid-19 y factores inesperados en la mortalidad relacionada a traslados para operaciones neurológicas, entre otras cosas. Esto se logra obteniendo información que “compara todo contra todo y analiza proporciones, desvíos, tendencias, aglomeraciones de eventos, saltos”, que sin la inteligencia artificial sería “prácticamente imposible” obtener. Aun así, Miranda hizo énfasis en que su acercamiento a la inteligencia artificial parte del sistema de interacción “hombre-máquina”, porque la herramienta no está diseñada por sí misma, sino que depende del análisis de los especialistas al combinar la capacidad de cálculo de las computadoras con el conocimiento humano, “contextualizado, que conoce exactamente qué es lo que está pasando”.
Centralizar la historia clínica
Finalmente, el tercer proyecto seleccionado fue el de Revai, una empresa que opera en siete países, con el objetivo de “potenciar la generación y recolección de data clínica” para que sea utilizada por médicos, pacientes y la comunidad científica, según dijo a la diaria Diego Cerruti, su cofundador. A través de un software, la plataforma procesa y centraliza “muchísima más y mejor cantidad de data”, que permite a los médicos obtener mayor información sobre los pacientes y a ellos actualizar su historia clínica en tiempo real. A la vez, la accesibilidad para la comunidad científica podría convertirse en una herramienta fundamental en los procesos de desarrollo de medicamentos, tratamientos y vacunas.
Cerruti contó que desde Revai aspiran no sólo a proveer a las instituciones un sistema para mejorar la gestión de la historia clínica de sus pacientes, también apuntan a que los estados puedan contar con una “torre de control” a través de la cual puedan acceder a información sobre pacientes y profesionales. Esta posibilidad, en tiempos de pandemia, “hubiera permitido saber cómo avanzaba la covid en cada una de las regiones de un país”, antes y después de las campañas de vacunación.
Dentro del MS 2030, la empresa se propuso hacer el seguimiento de las historias clínicas de los pacientes con diabetes, y luego, si todo concluye con éxito una vez finalizado el plazo de 12 meses, la idea es extenderlo a todas las especialidades.