Una vez anunciado el aumento de la salinidad del agua suministrada por OSE surgieron interrogantes relacionadas con el impacto del cambio en la salud, tanto de la población en general como en fracciones específicas, entre ellas, las consecuencias en la infancia y en las personas hipertensas.

En tanto, diferentes sociedades, academias y organismos emitieron comunicados al respecto alertando sobre riesgos o transmitiendo tranquilidad. Por su parte, la Sociedad de Dermatología del Uruguay (SDU) comunicó algunas recomendaciones basadas en el cambio en los parámetros del agua, pero aclaró que, en principio, las alteraciones “no representan un riesgo para la piel” de la población en general.

De igual manera, los especialistas alertaron que se puede percibir un “aumento en la resequedad” de la piel. Para “contrarrestarlo”, la recomendación es acentuar los cuidados que generalmente se recomiendan para cuidar el tejido a diario, es decir, realizar duchas “cortas”, utilizar jabones con “agentes limpiadores suaves” y cremas hidratantes “sin perfume ni color”. En tanto, se desaconseja limpiar la piel con productos perfumados, antibacteriales, jabones para la ropa, especialmente los que tienen soda cáustica en su composición, y el uso de esponjas.

En diálogo con la diaria, María Eugenia Mazzei, dermatóloga y presidenta de la SDU, agregó que las personas con patologías dermatológicas previas que sean “especialmente sensibles a la piel seca” pueden requerir aún más hidratación.

Puede ser el caso, por ejemplo, de quienes padecen dermatitis atópica, una de las afecciones cutáneas crónicas e inflamatorias más frecuentes, que suele comenzar en la infancia y puede estar presente hasta la edad adulta o desarrollarse por primera vez en la adultez, o de personas con ictiosis, otro trastorno de la piel que, entre otras cosas, puede generar sequedad, picor y enrojecimiento. Para ambas la recomendación es la misma: acatar con mayor exigencia los cuidados que se brindaron a la población en general y, sobre todo, aumentar la hidratación.

Sobre el impacto del agua en el cuero cabelludo y en el pelo sostuvo que sobre todo en las redes sociales circula “mucha desinformación al respecto”, pero que en cuestiones como la caída del pelo impactan factores tales como las hormonas o enfermedades autoinmunes, pero no el agua o los productos que se usen para su higiene.

De todas maneras, la recomendación general, tanto para quienes tengan afecciones como para quienes no las tengan, es que ante un eventual cambio en la piel o en el cuero cabelludo se consulte con un dermatólogo.