Esta semana trascendió que Fiscalía y la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) investigaban el fallecimiento de un bebé de un año en una policlínica, ubicada en Las Piedras. Según las primeras versiones del hecho, la familia habría llegado al centro con el bebé en estado inconsciente, pero aún así se le iniciaron maniobras de reanimación. Además, según los familiares, en el lugar no había desfibrilador, más conocido como reanimador, por lo que hubo que ir a buscarlo a un centro comercial de la zona.
Este miércoles en una conferencia de prensa, el director de la Región Sur, Blauco Rodríguez, y el subdirector de la Red de Atención Metropolitana, Freddy Sosa, dieron la versión del prestador sobre el hecho y sobre lo sucedido con los aparatos que se utilizaron para la reanimación, más concretamente, sobre el desfibrilador externo automático (DEA).
En principio, Sosa aclaró que el bebé llegó a la policlínica “sin vida” a raíz de una muerte súbita. Aún así, “rápidamente” el equipo del centro lo asistió y le brindó reanimación cardiopulmonar básica “durante 40 minutos”.
En cuanto a los aparatos utilizados, mencionó que aunque no hay ninguna normativa del Ministerio de Salud Pública que así lo establezca, en la policlínica había un DEA que no se pudo utilizar porque hubo “un problema relacionado a la fecha de vencimiento de las palas”. De todos modos, eso “no fue un impedimento” para brindar la asistencia ya que se aplicó un protocolo de ASSE que consiste en que al menos tres equipos de SAME 105 que estén en la zona, en este caso la oeste, que comprende Las Piedras, La Paz y Progreso, acerque en pocos minutos un DEA al centro. Eso “se logró” y en “dos minutos” llegó el aparato y se conectó al bebé. Hubo un tercer reanimador porque, según Sosa, ante “el nerviosismo”, alguien fue a un centro comercial cercano a buscar uno más.
Sobre por qué se reanimó al paciente si llegó al centro sin vida, Rodríguez explicó que si bien el DEA demostró que el bebé “estaba en un ritmo que no era reanimable”, se aplicaron los protocolos porque lo fundamental de estos casos es “si se conoce o no el momento en el que el paciente entró en paro cardiorespiratorio”, y, como no era el caso y “ante la duda”, se inició el protocolo.
A su vez, Sosa aclaró que ante las versiones trascendidas en la prensa el padre del bebé se comunicó con el médico que lo atendió en la policlínica para “agradecerle por la atención” y comentarle que “él ya sabía que su hijo había fallecido” antes de llegar al centro de salud.
Por último, comentó que el caso se está tratando en la Comisión de Seguridad del Paciente (COSEPAS) y que sólo si la comisión lo considera se realizará una investigación administrativa en ASSE.