El decano de la Facultad de Química (FQ) de la Universidad de la República, Álvaro Mombrú, habló este miércoles en entrevista con el programa Doble Click, de radio Del Sol, sobre la situación del déficit hídrico y el eventual aumento de los niveles de cloruro y sodio en el agua de OSE en el área metropolitana. En ese marco, sostuvo que las recomendaciones que hizo la facultad para disminuir el impacto de los trihalometanos sobre la salud “pierden vigencia”.
Ante el incremento de estos compuestos químicos en el agua habilitados por el Ministerio de Salud Pública (MSP), el miércoles 15 de junio, en conferencia de prensa, las autoridades de la FQ recomendaron a la población “hervir el agua entre 3 y 5 minutos antes de cocinar”, “tomar baños cortos y en lo posible en sitios ventilados para disminuir la inhalación de estos compuestos” y en el caso de contar con pozos de agua y filtros “realizar análisis periódicos de su calidad y mantenimiento”.
Pero el panorama cambió luego de que el Poder Ejecutivo decretara la “emergencia hídrica” y OSE solicitara al MSP la duplicación de los niveles máximos de cloruros y sodio, según supo la diaria en base a fuentes de la cartera. En promedio, con la excepción del MSP, los niveles de sodio actuales son de 440 miligramos por litro de agua y la compañía estatal busca llevarlo a 900; mientras, el valor de cloruro actual está cerca de los 720 miligramos por litro de agua y la empresa busca aumentarlo a un promedio de 2.000.
El decreto 375/11, encargado de regular la calidad del agua, establece que el valor máximo permitido de sodio para que el agua sea considerada potable es de 200 mg/l y, en el caso de los cloruros, el nivel máximo es de 250 mg/l.
“Si hablamos de hervir el agua 5 minutos, sabiendo que aumenta la concentración salina, pero si ahora aumenta más todavía la cantidad de sodio y cloruros ya ni siquiera es válido el hecho de decir vamos a hervir el agua”, expresó Mombrú.
El decano explicó que la FQ inició “este periplo” con la idea de que esta situacion crítica del agua se extendería por “unos meses” o “unas semanas”, pero siempre con la idea de que “ya va a pasar”. No obstante, ahora lo ven como un “fenómeno que vino para quedarse”.
En esa línea, sostuvo que en un contexto de “situaciones variables” y “números que están cambiando cada dos semanas”, “preferimos no emitir más recomendaciones porque pueden, de alguna forma, ser malinterpretadas”. “Somos conscientes que la voz de la facultad es una voz que se escucha. Si nosotros decimos que se haga determinada cosa, una u otra y los parámetros siguen cambiando, es preferible quedarnos simplemente con que seguimos haciendo los análisis”, agregó.
Mombrú aclaró que si bien no ha hablado al respecto con el resto de los docentes de la facultad, considera que “no es saludable salir todas las semanas con una versión distinta” porque “nos volvemos poco creíbles”.
De todas formas, ante el posible incremento de los valores de cloruro y sodio en el agua de OSE, el decano de la FQ dijo que en ese escenario “superaríamos niveles de lo incluso aceptable por la gente y ni hablar de lo saludable”. “Estamos hablando de niveles de sodio que la población no debería ingerir” y en esa línea recomendó “evitar la ingesta”. “Superan en mucho lo tolerable por el organismo y si eso es día tras día, a la larga podría provocar un daño a la salud”, agregó.
“La cosa es fácil: cuando el agua estaba en condiciones normales la FQ no emitía recomendaciones porque no tenía sentido; cuando se superó un nivel de normalidad por un rango acotado, la FQ emitió recomendaciones; ahora, cuando se supera más allá de un rango acotado y se va a valores muy altos, ya la facultad deja de plantear recomendaciones precisamente para que la población no malinterprete y le parezca que si hago esto y lo otro puedo llegar a beber. Ya sería recomendable evitar la ingesta porque son valores extremadamente altos”, expresó Mombrú.