Si bien inicialmente el Hospital de Clínicas no estaba explícitamente incluido en el Plan Integral de Salud Mental y Adicciones que promueve el gobierno, el director del centro, Álvaro Villar, presentó en el Parlamento un programa de salud mental que contempla la participación del hospital, de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar).
En diálogo con la diaria Villar explicó que “el centro de la propuesta no son las ocho camas” que se proyecta instalar en el hospital para pacientes de “corta estadía”, sino que “la prioridad” son otras tres aristas. Primero, “resolver el problema de la emergencia” porque allí se necesita un equipo multidisciplinario para la atención de la salud mental. Según el director, en este momento esa es “una de las puertas más importantes del sector público” porque a diario recibe “entre tres y cuatro personas con intentos de autoeliminación”. Sostuvo que, por el momento, en estos casos es esencial la labor del Centro de Toxicología, que cuenta con un protocolo para diagnóstico y tratamiento. Aunque la demanda es significativa, la emergencia no cuenta con psicólogos o psiquiatras de guardia, “a pesar de que la Cátedra de Psiquiatría se encuentra en el hospital”.
El director del hospital sostuvo que el plan, que ya había presentado a principios de 2023 a la ministra de Salud Pública, Karina Rando, se armó sobre la base de “modelos que son exitosos en otras partes del mundo”, que buscan crear “un dispositivo común” e integrado para usuarios de salud mental. A su vez, otra de las ideas es que exista dentro del hospital un centro diurno al que los pacientes puedan asistir luego de retirarse de la emergencia para contar con un seguimiento de entre diez y 15 días, sin internación. Agregó que en los casos en que el psiquiatra crea que requieren internación deberían quedarse en el Hospital de Clínicas.
Asimismo, señaló que está de acuerdo con que se haya puesto como el objetivo “más importante” de la Rendición de Cuentas “encarar la salud mental” y la inversión que esto implica, pero “consideramos que no se puede excluir a la Universidad y al Hospital de Clínicas de esta solución”.
En la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda de la Cámara de Representantes el hospital solicitó 170 millones de pesos para implementar el plan. Según Villar, los diputados vieron con buenos ojos la propuesta y le consultaron “si puede haber una solución con un monto menor que luego se escalara”. “En ese caso planteamos que si se destinan 120 millones se podría asegurar las ocho camas” y un plan “un poco menos ambicioso” para la puerta de emergencia y un hospital de día con un “volumen menor”.
Bases de la propuesta
El plan, al que accedió la diaria, se basa en que debido a la alta prevalencia que tienen los trastornos y las patologías vinculadas a la salud mental, los hospitales universitarios “a nivel internacional” se insertan en los sistemas sanitarios mediante una “doble función”: terciaria y territorial. Se establece un territorio de responsabilidad en el que el hospital cumple funciones de “segundo nivel de atención”, ofreciendo atención especializada ambulatoria y en urgencias y, a su vez, se definen convenios de complementación a nivel regional y nacional para la derivación de prestaciones de tercer nivel.
También recuerda que a nivel nacional la Ley de Salud Mental 19.529 refiere a la organización de los servicios de salud mental en niveles de complejidad, mediante “el abordaje interdisciplinario e intersectorial, fomentando el desarrollo de redes territoriales”, y menciona la hospitalización como “un recurso terapéutico de carácter restringido” que debe llevarse a cabo en hospitales generales.
Por otra parte, el abordaje comunitario de las afecciones mentales, la reducción de las hospitalizaciones en instituciones monovalentes y el cierre de estructuras asilares previsto por la ley para 2025 determinan que en los próximos años sea necesario desarrollar dispositivos asistenciales alternativos hospitalarios y comunitarios que brinden una atención accesible y de calidad.
El plan menciona el suicidio como “una problemática social que debería estar presente en la agenda pública por múltiples razones”: por su relevancia o magnitud en las cifras epidemiológicas, por el impacto que genera a nivel social, en el entorno de la persona, y por la “evitabilidad” del evento en muchos casos. El enfoque debería abarcar un abanico de estrategias que atiendan en primer lugar acciones preventivas que aborden la temática de manera multifactorial, así como “disminuir las brechas y barreras en el acceso a la atención”.