Se presagia una nueva era “marcada por una mayor frecuencia en la aparición de brotes de consecuencias nefastas y propagación potencialmente rápida, cada vez más difíciles de gestionar”.
Estamos preocupadas por las personas que siguen invisibilizadas por un sistema que llama a quedarse en casa cuando “la casa” muchas veces no existe, y otras veces, no es un lugar de protección, sino todo lo contrario.