La aplicación del programa de gobierno, que ya era negativo para los trabajadores y los sectores populares en general, con la excusa de la crisis del coronavirus se agudizará en sus aspectos más retrógrados.
Así como un siglo atrás el sufragio universal parecía una utopía, la renta básica universal dejará de serlo en un breve plazo. La decisión política se tendrá que asumir tarde o temprano.