La brecha abierta por Cristina no cesaría de ampliarse a lo largo del último cuarto del siglo XX para sucesivas generaciones de mujeres profesionales de la comunicación.
Elena decía que luego de haber conocido esta dolorosa realidad en la que vivían aquellos niños y niñas y sus familias, su existencia no podía ser la misma y que iba a dedicar su vida para cambiarla. Eso fue lo que hizo.
En última instancia, se trata de hacer política, en el sentido más elevado y profundo del concepto. Se trata de asumir que no estamos encerrados en un tubo de ensayo, observando la realidad desde su interior.
Entiendo y comparto la lucha feminista. Pero flaco favor se le hace a esa justa y noble causa, en la que tantos estamos comprometidos, cuando se la quiere imponer a la fuerza, censurando: la censura es una herramienta de los totalitarismos.
La celeridad por llevar adelante la transformación educativa que estamos transitando actualmente produjo una serie de incongruencias a nivel teórico y de posicionamientos epistemológicos.
Mediante estos decretos el Poder Ejecutivo termina creando un subsidio muy importante para beneficiar a unos pocos clientes, quienes ya son los principales favorecidos por la estructura tarifaria actual.
Hay una especie de capricho por instalar nombres complicados, como si esto “modernizase” la educación. En realidad esta manía provoca el efecto contrario: las disciplinas cliché no tardan en pasar de moda.
La caída del denominado socialismo real llevó a un desconcierto de todas las izquierdas a nivel global. El abandono de toda referencia a la revolución y la amnesia respecto a ésta parecen ser parte de esa caída.
La reciente afirmación de Javier García en el sentido de que “el FA”, en sus “15 años de gobierno”, “no tuvo voluntad política” para que se conozca “toda la verdad” es una falta de respeto, desleal y despreciable.