Con una actividad que reunió a suscriptores en Café la diaria, la publicación Le Monde diplomatique conmemoró el 12 de marzo sus tres años de existencia. En la instancia se abordaron temáticas como la política internacional, los ejes centrales de la edición en Uruguay y las características que tiene trabajar en periodismo internacional.

El evento contó con una mesa integrada por Roberto López Belloso, director de Le Monde diplomatique edición Uruguay; Natalia Uval, directora periodística de la diaria; Sofía Kortysz, colaboradora de Le Monde diplomatique y periodista de la emisora M24, y Gabriel Peveroni, escritor y periodista.

La ocasión permitió dar a conocer al público presente la metodología de trabajo que tiene la versión uruguaya y, a su vez, las características de la publicación como producto periodístico.

Al inicio, López Belloso recordó que Le Monde diplomatique cumplió 70 años en Francia, en noviembre de 2024. Comentó que “cuando se miran los números de venta de la edición francesa, realmente son envidiables para un país como Uruguay, con 3.500.000 habitantes. Hay tantos lectores de Le Monde diplomatique en el mundo como habitantes en Uruguay. Es una rareza”. Resaltó que es el segundo medio francés más traducido y leído del mundo, y que la publicación francesa es traducida a 23 idiomas.

En ese sentido, comentó que con los años se conformó una red que hoy tiene 32 ediciones internacionales. La uruguaya es una de ellas: la primera edición fue en marzo de 2022. Destacó que favorece que exista una buena sintonía con los responsables de Le Monde diplomatique edición Cono Sur, que se edita en Argentina, con quienes se comparten criterios sobre la mirada del periodismo internacional. Además, en el país vecino se realiza la mayor parte de las traducciones de la edición francesa.

Acerca del vínculo con la edición francesa, López Belloso lo calificó como “muy bueno”, y dijo que una vez por año todas las ediciones se reúnen para debatir cómo analizar la situación internacional, algo que “enriquece” a los profesionales que integran el equipo en Uruguay. Por otra parte, dijo que la experiencia también “conecta” con una tradición y con el desafío de hacer periodismo internacional desde Montevideo.

En cuanto a los diferentes temas abordados por la publicación en Francia, explicó que “la idea es tratar de traer no solamente aquellos temas que forman parte de la agenda habitual de los medios, y analizarlos de una forma quizá con más profundidad, sino también traer, con el mismo rigor, artículos sobre lugares que no están presentes en la primeras páginas”.

Kortysz recalcó que, con el transcurso del tiempo, varios medios escritos han perdido la tradición de tener espacios destinados al periodismo internacional, con análisis, reportajes, columnas de opinión o informes. En ese sentido, resaltó que el semanario Brecha y la diaria son medios que mantienen esos espacios y segmentos que permiten a los lectores tener un conocimiento más claro y específico de la situación política tanto a nivel regional como en otros países y continentes.

Kortysz señaló que hacer periodismo internacional en Uruguay “no es fácil”. “No tenemos la posibilidad hoy de que nos financien los medios. No digo que en su momento no hayan financiado los viajes, pero no es sencillo. Sería bárbaro tener tiempo y dinero para ir a hacer coberturas al exterior”. Agregó que “es una pena realmente, y es difícil conciliar eso. Incluso cuesta ir al interior. Pensar en el exterior es complejo”.

Por su parte, Peveroni se refirió al momento actual en materia de política internacional. Sostuvo que “evidentemente este es un momento de mucha convulsión, en el que hay que estar bien parado, atento, y observar para dónde viene el juego”.

“Estamos ante un momento muy delicado de la historia, en el que es difícil tomar partido, en que vemos que el mundo va para un lado y para el otro, y creo que lo más terrible es lo que pasó en la Franja de Gaza”, dijo, y consideró que “es terrible en términos de que todos de alguna manera estamos tan impresionados que estamos perplejos. Hay una sensación de que si nos hubieran dicho hace cinco años que iba a pasar todo esto, no lo hubiéramos admitido, y lo estamos admitiendo”.

En referencia a la publicación, sostuvo que “hoy, para mí, Le Monde diplomatique es clase A, como son clase A también la diaria, la revista Lento u otros productos. Es algo que realmente celebré cuando salió, porque es como un oasis poder interpretar a través de lo que otros van pensando los estímulos que estamos recibiendo constantemente, que son todos contradictorios y falsos”. Señaló que “lo falso es la regla. Entonces, es cada vez más difícil poder pararse”.

En materia periodística, López Belloso compartió su preocupación acerca de “lo poco que pensamos en lo internacional fuera de Occidente. Es una de las cosas que me preocupan cada vez que seleccionamos materiales para Le Monde diplomatique. Creo que es uno de los diferenciales importantes que tiene la edición francesa”.

Respecto de la cobertura de temas y la vorágine y velocidad con que transcurren los acontecimientos en algunas partes del mundo, comentó que “el desafío es qué editar, ¿no?, y qué escribir y para dónde moverse”.