Como desde hace ocho años, la Unión de Exportadores lleva a cabo, con apoyo del Banco República y en el marco del programa Exportación Inteligente, una convocatoria a estudios sobre internacionalización y competitividad. Este año, la instancia apuntó a extender la comprensión del proceso de internacionalización de empresas de la región en Uruguay, estudiar la potencialidad del sector de diseño como exportador al Medio Oriente, analizar las posibilidades de desconcentración de las ventas al exterior –y en este sentido de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para la internacionalización de pequeñas y medianas empresas (pymes)– y las perspectivas y retos de la exportación de software, y el análisis particular de extrapolar el sistema de trazabilidad del sistema ganadero uruguayo a otros países.

Desarrollo de potencialidades al instalarse en Uruguay

Rodrigo Martínez de Álava y Gustavo Abib tomaron los casos de tres empresas latinoamericanas líderes del sector agroindustrial que internacionalizaron sus actividades hacia Uruguay para entender qué cambios tienen los recursos estratégicos de las organizaciones antes y después del proceso de internacionalización de sus actividades.

En este sentido, encontraron que las estudiadas presentaron “desenvolvimiento” en todos los tipos de recursos estratégicos, a excepción del legal, a partir de su llegada a Uruguay. Los recursos que presentaron mayor grado de desarrollo fueron el acceso a materias primas y productos de alta calidad valorados internacionalmente, la transferencia de conocimientos relacionados al proceso de producción –antes de la industrialización–, la visión internacional de los mercados y al acceso a mercados internacionales, el relacionamiento con los productores y clientes, y el acceso a marcas valoradas internacionalmente por la alta calidad de sus productos y las confiabilidad de las empresas.

El estudio establece que además de fortalecer estos recursos, se debería apuntar a generar otros que “permitan una ventaja competitiva sustentable y visible a nivel mundial”, a exportar “conocimientos y experiencias”, “buscar acuerdos con otras empresas, reclutar profesionales globales, hacer transferencia de tecnología, intercambio con universidades e industrias, de forma local e internacional”, y “buscar mercados emergentes para acuerdos, fusiones o adquisiciones con empresas locales que permitan captar nuevos recursos estratégicos, nuevos mercados y nuevas capacidades”.

¿Diseño uruguayo en Medio Oriente?

De cara a la próxima exposición internacional que se desarrollará en Dubái en 2020, Steffany Azuaje, Valentina Frioni, Florencia Pertuzatti y Ana Rodríguez presentaron “argumentos sólidos” de por qué Uruguay puede aprovechar la instancia para posicionar un sector de “gran potencial”como consideran al de diseño de calidad que utiliza materiales naturales y originales.

En este sentido, identificaron 17 empresas uruguayas con potencial exportador productoras de calzado, accesorios, bolsos, indumentaria, cartera y joyas. Establecieron que sería una “gran oportunidad para presentar ‘otra cara’ del país” y también ven la oportunidad en “el hecho de que no haya grandes exportaciones desde la zona”. Para esto, destacan la importancia de “definir la diferenciación”, “enfocarse en la elegancia de la artesanía, lo exótico de sus materiales y los detalles en el proceso de producción” –un atractivo cultural de la región–, establecer “alianzas estratégicas” con instituciones del Medio Oriente, traducir sus páginas web al inglés y el árabe, con fotos nítidas y ventas online, y apostar a la “conservación ambiental” en la producción.

Desconcentración de la matriz

Ya que casi 80% de las exportaciones uruguayas son de origen agropecuario, Marcos Soto analizó su composición, la participación de las pymes y la rotación existente en el grupo de empresas exportadoras, e hizo aportes para promover mejoras en aspectos identificados como limitantes en la desconcentración, en particular en relación al comercio electrónico.

En el período analizado –entre 2013 y 2017– sólo entre 27 y 30 empresas locales explicaron 50% de las exportaciones totales, y únicamente dos o tres empresas concentraron 10%, lo que da cuenta para Soto de una “ultraconcentración del fenómeno exportador”: “Sólo 1% de las empresas en el país consigue exportar”.

Soto propone que la atracción de pymes al circuito exportador traería como beneficios la desconcentración de exportaciones por empresa, la diversificación de canasta exportable y de riesgos, y en este sentido que la vía de comercio electrónico podría constituirse como “un proceso disruptivo en el comercio transfronterizo” mediante acuerdos “país” con proveedores globales y de reciprocidad aduanera.

TIC para las pymes

En línea con el trabajo anterior y considerando la importancia de la digitalización de los procesos de exportación y la participación de las pymes en esta dinámica, Natalia Macri y Rosina Garagorry establecieron en su estudio que si bien Uruguay “inició tardíamente una agenda digital” –en 2007– aún así “al día de hoy se encuentra entre los primeros países de América Latina y el Caribe”. En este sentido, identificaron que “las empresas que adoptaron exitosamente las TIC cuentan con mayor diversificación de mercados y productos” y “son más eficaces en sus procesos” y que, de apuntar a este paso, “las pymes podrían coadyuvar a un mayor dinamismo en la economía nacional”.

En este sentido, identificaron “la necesidad de alfabetizar a los empresarios” sobre el impacto de las nuevas tecnologías en los modelos de negocios, la prospección e ingreso en mercados extranjeros, y observaron la “falta de indicadores que permitan cuantificar el valor de la balanza comercial digital”, lo cual permitiría medir el aporte de la economía digital a la economía general del país.

Exportación de la trazabilidad

Dado que más de la mitad de las empresas socias de la Cámara Uruguaya de las Tecnologías de la Información pertenecen al rubro servicios de tecnología informática, Valentina Starcovich y Alfonso Vasconsellos consideraron que puede tratarse de un segmento “lo suficientemente maleable como para innovar respecto de las necesidades de mercado, permitiendo a las empresas uruguayas desenvolverse en este a través de la visualización de nichos de mercado”.

En este sentido, los autores analizan las posibilidades de extrapolar un diseño como el de la trazabilidad del sistema ganadero local a otros países del mundo, pero se encuentran con que “intentar reproducir modelos de negocios exitosos no parece ser la opción más viable”, dado que “la propuesta de valor de Uruguay se ve limitada por la disponibilidad de talento calificado”, “resulta demasiado ambicioso aspirar a ingresar por sí solos a mercados masivos por la vía de los productos” y “el diferencial de la industria está dado por el valor agregado y la personalización, no por la estandarización”.