Ayer, en una conferencia de prensa, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García, anunció cuáles serán las tarifas que regirán a partir del 1º de enero. UTE aumentará 5,7% y Antel, en promedio, 7%, tanto para servicios de telefonía fija como de celulares. En ambos casos se trata de incrementos por debajo de la inflación: el indicador creció 8,05% entre noviembre de 2017 y el mismo mes de 2018.
En el caso de OSE el aumento será de 7,8%, mientras que Ancap no modificará los precios de los combustibles, excepto el del gas de garrafa, que se incrementará 7,8%. Consultado acerca de si este ajuste de precios será el único de 2019, García respondió: “De ser posible la idea es no volver a tocar las tarifas en el correr del año”.
Durante la semana se manejó la posibilidad de que las tarifas de electricidad no aumentaran, pero eso finalmente no se concretó. La Agrupación UTE, por ejemplo, publicó en su cuenta de Twitter que “bajar la tarifa eléctrica hogareña es justo, necesario y posible”.
No fue la única aspiración que terminó sin contemplarse: el director blanco de ANCAP, Diego Labat, votó en forma negativa la resolución sobre los precios de los combustibles y reiteró ayer, a través de un comunicado, su posición respecto de que los actuales precios del petróleo marcan la posibilidad de aprobar una baja en el precio.