Por primera vez en la historia, el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT cumple con la cuota de género votada hace 15 años y cuenta con cinco mujeres entre los 15 miembros. A raíz de esto, desde la diaria nos propusimos presentar a estas nuevas integrantes, saber un poco de su historia y sus puntos de vista sobre la paridad y de las prioridades del movimiento sindical. La primera entrevista que publicamos es a Soraya Larrosa, una militante de más de 30 años en la Federación Uruguaya de la Salud que fue nombrada hace dos semanas vicepresidenta de la central.

¿En qué condiciones y por qué arrancaste con la militancia?

Cuando entré al CASMU recién terminaba la dictadura y se iban reincorporando una cantidad de compañeros que habían sido desafectados de su trabajo. Inmediatamente se empezó a organizar todo. Así como lo hacían los partidos políticos, también el movimiento sindical. Fue un momento maravilloso de la vida sindical de este país porque era una ebullición de la libertad de poder ejercer los derechos y había un gran sentimiento de unidad. Y, para mí, que tenía 13 años cuando comenzó la dictadura y por tanto viví mi adolescencia muy apagada, con una vida muy controlada, en los estudios, en la calle y en la vida familiar, era algo nuevo, que me llamaba.

¿Con qué te encontraste en estos más de 30 años en la militancia?

He tenido altibajos, como es natural. Lleva tiempo la militancia. Uno piensa que puede empezar con un poquito y es una vida que te va atrapando y te ocupa todo el tiempo, y hay períodos en los que podés hacerlo y otros en los que tenés que elegir dónde estar.

¿Alguna traba?

¿Como mujer? Yo no puedo decir que me haya encontrado con trabas, quizás porque trabajo en un gremio que fundamentalmente está compuesto por mujeres.

¿Qué significa para vos integrar el Secretariado Ejecutivo?

En lo personal es importante, pero más allá de eso el hecho de que tantas compañeras lo hagan es una muestra de la realidad que vivimos, porque si bien hay mujeres que han tenido una larga y reconocida trayectoria política y sindical, había sindicatos en los que las mujeres hacían el trabajo de hormiga y sin embargo permanecían anónimas. En la Federación [Uruguaya de la Salud] hay unos cuadros sindicales muy importantes: Graciela Villar, Cristina González, entre otras, y eso tal vez no se reflejó en su momento. Acá no hay nadie que esté por encima de los demás, porque si no hay trabajo colectivo no hay nada, si no hay compañeros y compañeras atrás que te sustenten no representás a nadie; es como una burbuja de aire que cuando se pincha, se desinfla.

¿Qué pensás que puede cambiar la presencia de un tercio de mujeres dentro de la dirección sindical?

En la discusión política no había un problema de género. Acá somos militantes y el hecho de que seamos mujeres no cambia nada porque no es que vamos las cinco compañeras contra el resto simplemente porque son varones. Incluso entre nosotras hay cosas que no compartimos. Lo importante es seguir matizando la unidad en la diversidad, que no quiere decir que pensemos todos igual, pero sí salir adelante dando las mejores señales hacia afuera, a los sectores más conservadores del país, desde el punto de vista de la clase, no del género. No estamos acá por ser mujeres ni para defender exclusivamente los temas de género, sino todos los problemas que tiene la clase trabajadora, que pueden ser en algunos aspectos diferentes para las mujeres que para los hombres, pero tenemos que empujar todos juntos.

¿Cómo se puede lograr un movimiento sindical más paritario?

Generando cambios en los núcleos de base, desde los Consejos de Salarios con cláusulas que propicien una mejor calidad de vida a las mujeres trabajadoras e incluso mejores condiciones para que puedan desarrollarse como mujeres militantes. Porque la paridad no es un tema de imposición ni de decreto. Acá, en el Secretariado Ejecutivo, no se puede hablar de un problema de cuota si los sindicatos de base no eligen compañeras mujeres en sus lugares. Nadie llega acá de un paracaídas.

¿Y a nivel general con qué prioridades entrás al Secretariado?

Prácticamente asumimos en la puerta de los Consejos de Salarios y de la Rendición de Cuentas, por lo que a lo que tenemos que abocarnos todos es a buscar cómo introducir en estos ámbitos cosas que no están contempladas y para nosotros son fundamentales. Este va a ser un año de gran conflictividad, con todo lo que ya se ha adelantado. Por los Consejos de Salarios hubo un interés del [Poder] Ejecutivo de adelantar las rondas y las cámaras empresariales se negaron como si eso fuera a adelantar los aumentos de salarios. La Rendición de Cuentas es algo que nos preocupa, porque un país en democracia debe tener más educación y más salud, y por un lado no se llega al 6% y por otro hubo una propuesta de cero peso a los compañeros de la salud pública. Ya estamos planificando el paro del 28 de junio, y está casi definido un paro de 24 horas para el día 25 de julio. Son cosas diferentes: uno es para que nos escuchen y salir a la calle y otro es político. Y esto es trabajo, porque lo importante no es convocar al paro, sino que este se llene de contenido.

Ficha | 58 años de vida y 33 de militancia. Dos hijas y siete nietos. Entró al CASMU en marzo de 1985 como auxiliar de servicio, fue planchadora y ahora trabaja como telefonista. La mueve la construcción de una sociedad con más justicia social. “Me cuesta permanecer impávida frente a las cosas que suceden”.