“Tenemos bien claro que lo que el gremio quiere es un aumento de salarios”, estableció el secretario general de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL) –que integra Conaprole–, Gerardo Perera, ayer en conferencia de prensa. Pero desde la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), Heber Figuerola sostuvo que “el tema central del conflicto es el desconocimiento del sindicato”: “Nos extraña que la empresa no nos haya recibido y que incluso haya condicionado nuestra reunión al resultado del Consejo de Salarios. Son cosas distintas”, afirmó.

El conflicto entre productores y funcionarios del sector lácteo comenzó el 21 de junio, cuando la FTIL resolvió en asamblea general no realizar horas extras ni trabajar en horario de descanso a partir de “la negativa de dirección a tratar ciertos temas”. Según Figuerola, se apuntaba a tratar en ámbito bipartito el régimen de descanso de los funcionarios –que proponían pasar de 48 a 44 horas semanales, “sin costos extras para la cooperativa”– y la unificación de dos regímenes de trabajo “totalmente distintos”, entre otros. De acuerdo con la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC), esto último implicaría un aumento de 0,4% de la masa salarial, que no alcanza 15% del presupuesto de la empresa. Figuerola dijo que además esto no se propuso “como una cuestión de resolver ya, sino de instalar un ámbito para ir discutiendo en paralelo a los Consejos de Salarios”.

Al día siguiente a la votación, Conaprole canceló todos los ámbitos bipartitos y tripartitos. Figuerola manifestó que al sindicato le resultó “extraña” la reacción del directorio dado que “históricamente y aun en las peores circunstancias nos han recibido” y que “una cuestión es el conflicto y otra es la negociación”. Según el dirigente de la FTIL, desde hace un año “se instaló una nueva forma de relacionamiento” entre las partes, con “una dirección clara por parte del nuevo gerente de Recursos Humanos”.

Ayer en conferencia de prensa Perera pintó de manera resumida el escenario que enfrenta el sector: “Un precio de leche congelado, costos que han subido, incremento en los granos y ajuste de salarios de los funcionarios”. En este sentido, se mantuvo firme frente a los reclamos del sindicato; sostuvo: “No estamos dispuestos a que se ceda o se negocie en lo que son los pedidos en reivindicaciones en condiciones de trabajo”. Dijo que “los funcionarios piden un aumento de salario que manifiestan que es mínimo pero no es así”, y agregó que desde la ANPL “no hay disposición a que se otorgue más salario de lo que corresponde” porque eso sería “catastrófico para el sector”.

Perera pidió a los trabajadores “no tirar de la piola”, porque “se pone en riesgo la caída de la cooperativa”. Y agregó que “si Conaprole cae, la lechería va a caer también. La cooperativa son sus productores –los 1.800 que están en diferentes zonas del país– y si no hay productores, no hay nada. Somos el primer eslabón de la cadena que se está viendo debilitado. Entonces, si este desaparece, Conaprole deja de existir y ¿de qué van a vivir esos funcionarios y sus familias?”, se preguntó.

El secretario de la ANPL señaló que en los últimos cuatro años los productores no tuvieron aumento de ganancias por la cantidad de producto vendido, que su poder adquisitivo bajó 15% y que hay 400 –de 1.800– matrículas en saldo deudor. En este sentido, también indicó que Conaprole está otorgando préstamos a los productores por un millón de dólares al mes. Consultado sobre la posibilidad de que los productores “tiren leche”, Perera sostuvo que “todo es posible” y que “en la medida que todos colaboremos con racionalidad acerca de los perjuicios [...], puede ser que no lleguemos a estos extremos”.

El sector que comenzó a negociar en Consejos de Salarios desde enero clasificándose en situación económica “media” cuenta con las negociaciones interrumpidas. Figuerola recalcó que la FTIL se encuentra “abierta a los ámbitos de discusión y, en particular, a conversaciones con pequeños y medianos productores”. “Nos preocupa, y muchísimo, la actitud de la directiva”, agregó.

Versiones

Para Conaprole, el conflicto es salarial. En un comunicado, la empresa sostuvo que mientras que un “operario de fábrica promedio” percibe un salario mensual nominal superior a 50.000 pesos, la mitad de los productores –que “trabajan 365 días al año sin horarios ni feriados”– cobran como “único ingreso 31.000 pesos al mes”.

Según Figuerola, la cifra mencionada surge de “un promedio que incluye el salario los funcionarios, pero también de directores y de cargos de confianza”, y eso la eleva. Dijo que “un trabajador de zafra cobra alrededor de 20.000 al ingreso y un efectivo, 30.000”.