En medio del ruido de la centrifugadora y el aroma característico de un lavadero –en este caso a perfume Buquett, fragancia de naranja, pomelo y pera–, Yuliana Martínez cuenta que un lavado que contiene unas diez prendas y cuesta unos 160 pesos. En invierno, en días de lluvia, llega a 100 lavados diarios, mientras que en verano el trabajo disminuye a unos 30 lavados por día. Yuliana nació en Los Cerrillos, departamento de Canelones, tiene 23 años y para ayudar a sus padres se vino “a probar suerte a la capital”. Hace tres años y medio que se mantiene como trabajadora independiente. El lavadero se llama El Principio y está ubicado en Andes y 18 de Julio, abajo del Palacio Salvo.