Una de las consecuencias inmediatas de la pandemia por coronavirus fue el cambio en la forma de trabajo: muchas personas pasaron a realizar su jornada laboral desde sus casas. Ante esta nueva realidad, un equipo del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), coordinado por Gabriela Ormaechea e integrado por Fernando Tomasina, Estela Skapino, Alberto Sosa, Julio Vignolo y Clara Niz, elaboró un documento con recomendaciones.

El grupo advierte que el teletrabajo puede tener impactos en la salud. En relación a los “riesgos psicosociales”, se menciona el “aislamiento social, los conflictos intrafamiliares por la competencia de recursos (equipos informáticos, wi-fi), tiempos de trabajo excesivos y de descanso escaso, aumento de la carga cognitiva”. Además, se señala que el trabajo se entromete en “espacios y tiempos normalmente reservados para la vida personal y/o familiar”, lo que produce tensiones.

Existen, además, “factores de riesgo ergonómicos”, como mala iluminación o ventilación, así como problemas asociados a las características de las sillas o mesas que se utilizan para trabajar; y factores de seguridad, vinculados al espacio de circulación en el domicilio.

Todo esto puede llevar a posibles problemas de salud, como el “estrés y sus consecuencias (alteración del sueño, ansiedad, angustia, trastornos cardiovasculares, digestivos); osteomioarticulares (cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias, tendinitis de miembros) y alteraciones visuales”, como la fatiga visual.

Las recomendaciones

A nivel de la organización, el GACH recomienda “capacitar al trabajador sobre diseño ergonómico del puesto de trabajo”, entablar canales de diálogo individuales o colectivos, establecer las horas de trabajo y disponibilidad laboral -“con límites horarios claros”- y capacitar a los trabajadores para “pausas activas, periódicas”.

En cuanto al lugar y a su acondicionamiento para el trabajo, el GACH recomienda que la mesa en la que se trabaje debe ser “poco reflectante (mate)”; la mesa y la silla deben permitir que el trabajador tenga las piernas apoyadas en el piso “con comodidad”; usar la computadora en un escritorio, preferentemente con una silla regulable, buscando que no queden “los antebrazos y muñecas suspendidas en el aire”; el borde superior de la pantalla de la computadora “debe quedar al mismo nivel o ligeramente por debajo de los ojos” y a una distancia de 40 a 70 centímetros.

El GACH recomienda realizar cambios de postura y movimientos cada una hora de trabajo. En concreto, se sugiere “pausas activas de 5 a 10 minutos por cada hora de trabajo”. En ese tiempo se recomienda “realizar estiramientos en el cuello, zona dorsal y lumbar, además de hombros, brazos, antebrazos, manos y piernas. Cada grupo muscular se debe estirar suavemente durante 15 a 30 segundos”.